La UE impondrá mañana a Syngenta un certificado que acredite que su maíz no contiene el ilegal 'Bt-11'

Idioma Español
País Europa

La UE no tiene métodos de detección de transgénicos que tengan prohibida su circulación en territorio europeo

BRUSELAS, 14 Abr. (EUROPA PRESS) - La Unión Europea tiene previsto imponer mañana a las empresas la obligación de presentar un certificado que acredite que el maíz destinado para harinas animales no contiene la variante ilegal 'Bt-10', después del caso descubierto en la firma suiza Syngenta, que introdujo alrededor de mil toneladas de este transgénico no autorizado en la UE entre 2001 y 2004 sin conocimiento de los Estados miembros.

El portavoz de Sanidad y Protección de los Consumidores de la Comisión Europea, Philip Tod, indicó que Bruselas presentará mañana esta recomendación al grupo de expertos de los Veinticinco reunidos en el Comité de la Cadena Alimentaria y Bienestar de los Animales de la UE.

Este órgano dará su visto bueno previsiblemente y el Ejecutivo comunitario adoptará la medida formalmente mediante procedimiento escrito. Tod no quiso prejuzgar el resultado de la reunión del citado comité, por lo que dejó abierta la posibilidad de que haya otras sanciones.

Por otro lado, el portavoz reaccionó a la denuncia de la organización ecologista Greenpeace sobre una eventual importación desde China de arroz transgénico, variante no autorizada en el conjunto de la Unión Europea.

En este sentido, recordó que los Veinticinco importan en conjunto entre 1.000 y 1.600 toneladas al año de arroz chino, lo que equivale únicamente a entre "el 0,001 y 0,002 por ciento" del total de importaciones de arroz que lleva a cabo anualmente la UE.

El principal socio comercial en este área es Reino Unido, que importa entre 400 y 500 toneladas de arroz chino. "La Comisión Europea se ha puesto en contacto con las autoridades chinas que afirman que es imposible que arroz genéticamente modificado ilegal sea exportado a la UE. Por lo tanto, esperamos confirmación de esta información que hemos recibido esta mañana", sentenció.

El Ejecutivo comunitario desveló el pasado martes que son las compañías agro-químicas y los países terceros los responsables de evitar que no entren organismos genéticamente modificados (OGM) no autorizados en los Veinticinco.

Tod reconoció entonces que la UE no tiene métodos de detección de transgénicos que tengan prohibida su circulación en territorio europeo, a raíz del descubrimiento de que la firma suiza Syngenta introdujo ilegalmente un millar de toneladas del maíz 'Bt-10'.

"Tenemos métodos de detección para los transgénicos autorizados en la UE, pero no para los que no están autorizados", aseveró en rueda de prensa, antes de subrayar que "es la responsabilidad de los exportadores y de los países terceros el asegurarse que importan a la Unión Europea solamente los alimentos y OGM que están autorizados para circular libremente en la UE".

Syngenta sigue sin facilitar la información que permita detectar el maíz 'Bt-10', prohibido tanto en la UE como en Estados Unidos ya que necesita tiempo para comprobar el sistema de detección y evitar que surjan falsos positivos en el futuro.

La firma suiza exporta anualmente a territorio europeo alrededor de 3,5 millones de toneladas de maíz proveniente de Estados Unidos. Su caso podría implicar que los Estados miembros afectados inicien los pasos necesarios para la imposición de multas a la empresa exportadora.

Washington ya ha impuesto una sanción económica de 375.000 dólares (300.000 euros) a Syngenta por esta causa. Una vez que la firma aporte la información necesaria, Bruselas la transmitirá a los Estados miembros para que puedan realizar los controles necesarios a la llegada de maíz transgénico de esta compañía a sus respectivos territorios.

DESTINO DEL 'BT-10'

El Ejecutivo comunitario indicó desde el principio que la prohibición del autorizado 'Bt-11' sería una medida desproporcionada en estos momentos. El millar de toneladas del ilegal 'Bt-10' que entró en la UE entre 2001 y 2004 suponen el 0,27 por ciento del total de exportaciones de maíz proveniente de territorio estadounidense.

Estas mil toneladas de 'Bt-10' sirvieron esencialmente para consumo animal, aunque Bruselas ha pedido información suplementaria a Syngenta y las autoridades estadounidenses para conocer en qué lugares se distribuyó este OGM.

El 'Bt-10' y el 'Bt-11' tienen la misma proteína aunque genéticamente son diferentes. El primero contiene un gen que es resistente a un tipo de antibiótico denominado 'ampicilina' y por ello su comercialización no ha sido autorizada por las autoridades sanitarias de la UE y Estados Unidos.

Syngenta informó, en paralelo, de la importación de diez kilos de 'Bt-10' a España y Francia en 2004 destinados a trabajos de investigación. España recibió dos de ellos y el resto fue a parar a Francia, aunque Bruselas dejó claro que esta partida de 'Bt-10' fue destruida tras su utilización sin que pasase a la cadena alimentaria.

Ambos países recibieron estos kilos de 'Bt-10' sin su conocimiento debido a que la petición a Syngenta era para suministrar 'Bt-11'. La UE puso fin el 19 de mayo de 2004 a cinco años de su controvertida moratoria de transgénicos que se autoimpuso en junio de 1999, una vez que la CE autorizó la importación del maíz genéticamente modificado 'Bt-11', diseñado por la citada empresa a pesar de las presiones de los ecologistas.

EUROPA PRESS, Internet, 14-4-05

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