La cara que la Botnia no le mostró a los uruguayos

Idioma Español
País Uruguay

Un integrante de la entidad ambientalista Guayubira viajó a Finlandia y trajo su versión

Una historia oculta de contaminación

Del martes 7 al miércoles 15, un integrante del grupo ambientalista uruguayo Guayubira, Ricardo Carrere, tuvo oportunidad de recorrer la zona finlandesa donde opera el grupo Metsa Botnia, invitado y guiado por integrantes de la Asociación Finlandesa para la Protección de la Naturaleza. En la oportunidad recopiló información independiente sobre las fábricas de celulosa en ese país y recorrió el sudeste de Finlandia, sobre el lago Saimaa, donde se ubican las plantas de UPM (Lappeenranta), Metsa Botnia (Joutseno) y Stora Enso (Imatra). Tanto allí como en Helsinki y Tampere tuvo contacto con pobladores, ambientalistas, agencias de monitoreo ambiental y sindicalistas, obteniendo información de primera mano sobre los impactos sociales y ambientales de la producción de celulosa, que no pudieron ser percibidos por quienes viajaron al país europeo invitados por la empresa Botnia, “que mostró lo que quería mostrar y demostró lo que quería demostrar”, indicó. En un completo informe del viaje detalla aspectos vinculados al pasado y presente de la industria que pretende instalarse en Fray Bentos, junto con la española ENCE.

Contaminación histórica
Carrere indicó que el mismo grupo de empresas que hoy se presenta como respetuoso del medio ambiente tiene una larga historia de contaminación en su país y que fueron las luchas ambientalistas de la década del 80 y principios de los 90 las que finalmente obligaron a esta y otras industrias pasteras a adoptar tecnología para limitar sus emisiones y efluentes contaminantes. Sin embargo, pese a las mejoras, la contaminación y el olor aún existen. Si bien durante la visita Carrere no percibió olores, aclaró que las fábricas no estaban funcionando por una medida de “lockout” (cierre) adoptada por la patronal en un conflicto con sus obreros. En ese lapso el Centro de Naturaleza del Sureste de Finlandia y la Asociación para la Protección del Lago Saimaa realizaron el día 10 una investigación sobre calidad del agua que concluyó que “estando las operaciones de la fábrica suspendidas, se constató una fuerte caída en materia de presencia de nitratos, de sodio y de fósforo, así como una menor demanda química de oxígeno”. Carrere también relató que ambas oficinas proveyeron informes y gráficos sobre la calidad del agua, en donde se percibe una mejoría entre la situación reinante en 1982 y la de 2004, pero de cualquier manera se constató que sigue habiendo contaminación en las áreas cercanas a las fábricas. En cuanto a la calidad del aire también se notan mejoras entre 1989 y 2004, pero aún persisten importantes emanaciones de dióxido de azufre y de compuestos sulfurosos olorosos. Sobre los olores, los investigadores estimaron que alrededor de una vez al mes se perciben olores fuertes y desagradables. Algunas personas opinan que son más frecuentes y otras ya no los perciben. Por otra parte Carrere hizo la salvedad de que ninguna de las fábricas de la región visitada tiene el porte de la proyectada para Uruguay, cuya producción sería casi dos veces mayor que cualquiera de las tres visitadas. “La contaminación será por lo tanto el doble o más, teniendo en cuenta también la radicación de ENCE”.

Molesto y peligroso
Carrere concurrió además al Instituto de Karelia del Sur sobre Alergia y Ambiente, donde a principios de los 90 se encararon estudios sobre la incidencia de compuestos como sulfuro de hidrógeno, metil mercaptan y sulfuros de metilo sobre la salud humana. El resultado fue que estos olores no son sólo desagradables, sino que incrementan el riesgo de afecciones respiratorias agudas como asma y alergia, cefaleas, problemas dermatológicos, de visión y neuropsicológicos entre otros.

Peligro químico
En su completo informe de viaje Carrere destacó que las pasteras utilizan grandes cantidades de compuestos químicos peligrosos. Entre estos, el dióxido de cloro para blanquear la pasta, que es un gas explosivo. En ese sentido aportó que una directiva de la Unión Europea establece que nadie debe vivir en el entorno de cinco kilómetros alrededor de una fábrica de estas características por el riesgo de accidentes vinculados a los productos químicos utilizados.

Mitos y comparaciones
Por otra parte, Carrere señaló que cuando preguntó a los encargados del monitoreo del aire y del agua sobre el control de dioxinas, le respondieron que no se hacía en la actualidad ni se había hecho antes. “Esto es extraño, ya que de acuerdo con las afirmaciones de los representantes de Botnia en Uruguay, en su país el tema estaba bajo control”, dijo. Asimismo señaló que estas empresas utilizan sistemas de bombeo para empujar sus efluentes lejos de las costas y destacó que, en Finlandia, durante muchos meses el agua del lago Saimaa permanece congelada y que los efluentes fluyen por debajo de la capa de hielo sin que se perciba la contaminación. “Esto no será así en Uruguay”. El informe de Carrere se extiende en otros detalles aportados por el sindicato de papeleros de Finlandia, que desmitifican los argumentos del bienestar de los trabajadores y otros aspectos de patronales corruptas. También ahonda en el tema de la exportación de los problemas ambientales, la finitud de los recursos naturales del norte y los problemas que ocasionará el monocultivo en Uruguay.

Diario Uno, Argentina, 27-6-05

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