La lucha del agua debe ser de todos, planteó Galeano en el Foro Social

Idioma Español
País Brasil

Porto Alegre, 28 de enero. "La prensa dice que este foro 2005 va a ser el último en Porto Alegre", afirmó hoy el escritor uruguayo Eduardo Galeano en perfecto portugués al intervenir en una mesa redonda sobre el agua, "y por eso quiero decir, en nombre de todos los ciudadanos del mundo que creemos que otro mundo es posible: "obrigado Porto Alegre".

El tercer día de actividades del quinto Foro Social Mundial de Porto Alegre se llevó a cabo en uno de los más cálidos días del verano brasileño y en decenas de mesas redondas de discusión que se efectúan en tres turnos, a lo largo de amplísimos terrenos en las márgenes del Río Guaiba, y el entusiasmo de todos hace ver que sin duda regresará aquí, como se sostuvo en uno de los múltiples debates que se dieron sobre el tema del agua.
El agua está en una creciente crisis y esa es una amenaza para el mundo sobre la cual no existe todavía una clara conciencia. El problema es universal, pero en donde se hallan la injusticia y la inseguridad mayores es en América Latina, pues en este continente donde se tiene proporcionalmente la mayor cantidad de agua y existe el menor consumo per cápita, ya que las trasnacionales se han estado apoderando de este recurso estratégico, como lo han estado haciendo en los otros continentes.
Al día siguiente de terminado el Foro Social de Mumbai 2004, según se recuerda, muchos de los participantes marcharon en apoyo a varias comunidades indias que luchaban contra el intento de la Coca Cola de apoderarse de este bien común, y desde entonces esta lucha de resistencia global se ha venido extendiendo, como lo muestran los casos significativos de Uruguay y Bolivia.
Al menos hubo cuatro mesas redondas hoy para discutir el tema del agua y de la lucha que libran en diversas partes del mundo muchas comunidades contra las corporaciones multinacionales para defender este recurso estratégico, pero la más concurrida y combativa fue la que organizaron la Fundación Rosa Luxemburgo de Alemania y la Casa Bertolt Brecht de Uruguay, y en la que se alertó una vez más sobre el hecho de que la ola de privatizaciones impulsadas por el Banco Mundial y el FMI se centrará en el futuro inmediato en el más preciado de los recursos naturales: el agua. Pues como muchas veces se ha dicho, el agua es el petróleo del mañana y no cabe duda que las guerras se harán por el agua.
La Coca Cola, recordó la autora del libro Planeta azul, está utilizando todos los aparatos estratégicos del gobierno estadunidense para apoderarse del agua en múltiples rincones del planeta ante una situación que ya no se puede ocultar: en todo el mundo se está dando el caso de comunidades que se ponen en pie de lucha para defender este recurso vital que debe seguir siendo de todos. La situación que se ha dado en 2004 se ha visto por el gran capital como muy grave y la revista conservadora inglesa The economist ha reportado por eso, en varias ocasiones, que los movimientos sociales están ganando esta guerra y no hay que olvidar, agregó, que cuando los
dirigentes de las multinacionales se enojan suelen ser muy agresivos, por lo que es de esperarse que van a multiplicar sus acciones para apoderarse del agua. La Red Vida, por lo mismo en reciente reunión decidió buscar una mayor unión con gente de todo el mundo para pelear contra Suez y después contra Coca Cola y Nestlé, y en el Foro Mundial de México sobre el agua, que se reunirá en marzo de 2006 auspiciado por el Banco Mundial, esta red va a estar presente para boicotearlo y decirle "no a la privatización del agua".
El agua debe seguir perteneciendo a todo el mundo, y nadie tiene el derecho de apropiársela, se insistió en esta mesa. No está en venta y los pueblos del mundo no van a abdicar de sus derechos. Adriana Marquisio, de la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida de Uruguay, elogió al FSM de Porto Alegre 2005 por ser un espacio excepcional para compartir experiencias y defendió la necesidad de que se establezcan mecanismos de democracia directa en el mundo para evitar que los gobiernos privaticen los recursos básicos, como los que existen en Uruguay en donde el pueblo ha defendido el combustible, la telefonía, los ferrocarriles y el agua.
Adriana se manifestó porque la gestión de los servicios de agua potable sigan siendo públicos, el dominio de las aguas superficiales y subterráneas continúe en manos públicas y, como se aprendió en Bolivia, la exportación del agua sólo se haga a los pueblos desabastecidos y tras un voto plebiscitario de mayoría calificada, así como porque la organización y el control de los servicios básicos estén en manos del pueblo. Las normas legales, recordó, no detienen al modelo neoliberal pero son una valla, y en
Uruguay, por ejemplo no puede haber ya más concesiones en la materia. Deben
por eso detectarse las reglas legales que facilitan la desregulación, pero también han de recuperarse las áreas ya privatizadas. La lucha, sostuvo, apenas empieza, pues no existe una política de aguas ni de forestación y alertó sobre la urgencia de defender el acuífero guaraní, enclave en el que convergen varias naciones, para lo que dijo no debe temerse a los tribunales internacionales, a donde Suez y otras trasnacionales están tratando de llevar a los defensores del agua.
La lucha por el agua es en realidad una lucha por la vida, sostuvo a su vez Oscar Oliveiro, de la Coordinadora de Defensa del Agua y la Vida de Bolivia, y dirigente social de Cochabamba, en donde tras 50 años de escasez de agua, luego de cinco meses de lucha contra la trasnacional Bechtel, que tenía una concesión por 40 años, se logró la desprivatización y la expulsión de la empresa. Esa fue una lucha, recordó emocionado, que se enlaza con la de los trabajadores de Arequipa (Perú), la de los piquiteros
de Cucuy y de Salta (Argentina) y la de los campesinos de Atenco (México), y que se ha inspirado con el ejemplo de los compañeros zapatistas del EZLN, mención que hizo que el anterior se pusiera de pie en una estruendosa ovación. Las nuevas formas de organización, que recuperan recursos naturales, entienden ya que para que el Norte mantenga su actual nivel de vida se necesitaría la superficie de cinco planetas, por lo que es urgente poner un cerco (al módulo de las trasnacionales) y construir (una nueva forma de vida) y respondernos qué significa terminar con el neoliberalismo
y qué queremos como sociedad. Porque el "hombre nuevo", del que hablaba el Che, tiene que ser, dijo, "igualito que el agua: transparente y en movimiento".
El acto, que tenía también como objetivo presentar el libro Las canillas abiertas de América Latina ("canillas" es el vocablo uruguayo para grifos), contó con la presencia del escritor uruguayo Eduardo Galeano, que habló cuando ya cientos de jóvenes escuchaban en el exterior ante la imposibilidad de entrar, y quien empezó señalando que 2004 había sido un año excepcional para los uruguayos.
Una compañera que vive en México, relató, habría leído en La Jornada, "diario en el cual escribo y le hago aquí publicidad", comentó sonriente, que según una profecía maya, el primero de enero de 2004, por primera vez, coincidían el calendario gregoriano y el maya, lo que no volvería a ocurrir en 7 mil 800 años, y señalaba algo excepcional, y en efecto para él eso había ocurrido en Uruguay, en donde en un mismo día -el de las elecciones- se había dado una doble victoria del pueblo: había nacido una izquierda en el poder por primera vez, y además ese día el pueblo uruguayo había ganado, por 65 por ciento de los votos, un plebiscito en el que se afirmó que el
agua es "un derecho de todos y no un privilegio de pocos".
Esta doble victoria creció, dijo, como dice nuestra mejor voz, Alfredo Zitarrosa, "desde el pie", "como las rosas y los amores". Y yo no quiero que esta esperanza se acabe nunca, pues como decía Carlos Quijano, "el único pecado que no tiene redención es el pecado contra la esperanza". Y luego de defender el derecho de todos al agua, insistió en que hay que recuperarla y que esta lucha es de todos, como también habría que recuperar al Estado. El Estado, afirmó, no expresa a la sociedad en su conjunto sino
a la minoría dominante (que hace todo lo posible por desprestigiarlo). Y esa lucha debe hacerse a pesar de los medios, a los que comparó con el poeta de un cuento que relató y que siempre buscaba agradar al sultán.
Hay que ignorar, dijo, a los poderes trasnacionales que nos dicen: "ustedes no pueden, y si pueden se joden porque no van a recibir en su vida un puto dólar".
El FSM, pertenencia de la gente. El entusiasmo de ésta y otras mesas de discusión muestra que el Foro Social Mundial pertenece ya a la gente, que ha rebasado a fundadores y organizadores. Esto se hizo palpable por la tarde en una mesa sobre el
Foro, con el motivo de la presentación de dos libros sobre el mismo; el del portugués Boaventura de Souza Santos y el del brasileño Chico Whitakes, mesa que se tituló "Los desafíos del Foro". Boaventura reconoció que el FSM es "una gran innovación" en el mundo, pues es ya "un arma" de la izquierda para la transformación, pero que hay mucho que hacer pues tiene muchas limitaciones. No está representada por ejemplo siquiera la diversidad de Brasil y, de acuerdo con una encuesta, 73 por ciento de los asistentes guardan principios religiosos y 70 por ciento tiene una formación universitaria, lo que evidencia que no es el espacio de los excluidos. Oded Grajew replicó que, a pesar de todo, es ya una instancia de poder, y aún con lo señalado y de que no están los africanos sigue siendo además de todo una gran "innovación política", en lo que coincidió Chico Whitaker uno de sus fundadores, quien insistió que deben seguirse corriendo riesgos al modificar su estructura y su organización.

La Jornada, México, 29-1-05

Comentarios