México, las profundas heridas del TLCAN

Idioma Español
País México

Cada día son más los mexicanos que se preguntan qué beneficios les ha traído la entrada del país, hace 11 años, en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)

Un rápido análisis indica que lejos de ayudar a las grandes mayorías, el Tratado ha impulsado la pobreza, el desempleo, y la desnacionalización de las empresas, mientras unos pocos han visto incrementadas sus ya millonarias cuentas.

México llega al 2005 con 53,2 millones de ciudadanos que no pueden satisfacer sus necesidades de alimento, educación, salud, vivienda, vestido y transporte, lo que representa más de la mitad de su población.

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) indicó que la pobreza se encuentra desigualmente distribuida entre las sociedades rurales y las urbanas y entre las distintas entidades federativas.

El CEESP señaló que en las ciudades existe una gran concentración poblacional, mientras en las áreas rurales hay una importante dispersión entre unas 200 000 localidades, con severas incidencias de pobreza.

Entre los estados con mayor número de pobres se hallan Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz, Puebla e Hidalgo.

Estadísticas oficiales puntualizan que el sector agropecuario representa el 5,1 % del Producto Interna Bruto (PIB) de México, y de su quehacer depende el 25 % de los 104 millones de habitantes. Para el Banco Mundial, esa disparidad es la consecuencia de la aguda pobreza que padecen los campesinos, además, con salarios 35 veces menores que los de la ciudad.

El TLCAN tampoco ha dado resultado en el empleo pues de los 41,5 millones de personas en edades de trabajar, solo lo hacen 15 millones (36 %), mientras que la desocupación afecta al 63 %.

Desde que hace cuatro años se inició el gobierno del presidente Vicente Fox se han incrementado a la lista negra otros 532 000 desocupados.

En el campo se incrementaron las quiebras de los pequeños agricultores, que ha llevado a la pobreza a más de 3 000 000, pues sus productos no pueden competir con las grandes extensiones de terrenos de producción intensiva que tienen los grandes propietarios y las transnacionales.

Además, las empresas multinacionales estadounidenses, adueñadas del mercado mexicano, controlan las importaciones que hace la nación azteca de maíz, sorgo y frijol, soya, carne, arroz y edulcorantes.

El Tratado de Libre Comercio les abrió las puertas para controlar el mercado agrario y la industria nacional pues las privatizaciones tomaron fuerza increíble y hasta los bancos del país, con una sola excepción se hallan en manos extranjeras.

Tanto es así que hoy en día, en México operan 15 120 empresas con participación mayoritaria de capital estadounidense que representan el 56 % de las 27 290 sociedades económicas que integran los receptores de inversiones extranjeras.

Las inversiones estadounidense se han dirigido fundamentalmente a sectores estratégicos como el financiero, las telecomunicaciones, la industria automotriz y ahora con denodada fuerza lo hacen en la petroquímica y la energética donde la política de Fox de abrirse al capital privado está poniendo en crisis a la empresa petrolera mexicana que fue nacionalizada durante el gobierno de Lázaro Cárdenas.

Se estima que con el avance indiscriminado registrado en ese sector, las transnacionales Sempra, Shell, Maratón y Chevron-Texaco controlarán en el 2007 más de la mitad de la recepción depósito y entrega de gas natural en el mercado mexicano, cuando estén terminadas cinco plantas de regasificación en Altamira y Baja California.

Recientemente, una página de Internet que responde al jefe de gobierno de la Ciudad de México, Andrés López Obrador, denunció que los saldos de la política neoliberal están a la vista y hoy son menos los bienes y servicios para cada mexicano de los que se poseía hace 20 años a lo que se agrega que de 1983 a la fecha la deuda pública pasó de 80 000 millones de dólares a 273 mil millones.

Añade que con el impulso del libre comercio se han agudizado las diferencias entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco, por lo cual a esa nación aparecer entre las de mayor diferencia social en el mundo.

La revista de negocios Forbes informó en uno de sus últimos números que 11 mexicanos poseen una fortuna conjunta calculada en 35 500 millones de dólares, un incremento del 48 % desde el 2002.

La riqueza personal conjunta de esos empresarios se compara con el valor de la producción anual agropecuaria mexicana y ellos controlan grandes empresas de la nación.

El economista y experto en distribución de ingresos, Julio Boltvinik afirmó que resulta sorprendente cómo un pequeño grupo puede enriquecerse tanto en años de recesión económico como los que ha vivido México desde 2001.

Mientras esto sucede, la pobreza se extiende por la nación, y las transnacionales disfrutan de todas las bondades que le ofrece el TLCAN o la también llamada desnacionalización de la economía azteca.

Revista Rebelión, Internet, 11-4-05

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