México: proyecto turístico sacrificará riqueza biológica de la isla El Mogote en BCS

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País México

Paraíso del Mar prevé edificación de 6 mil residencias, condominios y habitaciones. Riesgo medioambiental y de desarrollo urbano en La Paz al no haber planes de desarrollo

Semarnat, el gobierno y el Congreso de Baja California Sur priorizaron la construcción de un megadesarrollo turístico en la ínsula El Mogote, rompeolas natural de 500 hectáreas que alberga plantas en riesgo de extinción, sobre la existencia de 21 zonas de vestigios arqueológicos, 100 hectáreas de manglares y alrededor del cual habitan comunidades de delfines, leones marinos, ballenas y tiburones ballena, que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.

El proyecto Paraíso del Mar, a cargo de la empresa Desarrollos Punta La Paz, representará una inversión de mil 200 millones de dólares a aplicarse en 12 años y generará 3 mil empleos. Consistirá en la construcción de 2 mil residencias, 2 mil condominios y 2 mil cuartos de hotel, cifras que fueron modificadas por recomendaciones de especialistas, "para mantener el equilibrio", ya que la propuesta original con la que el empresario Luis Cano Hernández ganó la licitación consideraba la construcción de 12 mil unidades.

Paraíso del Mar representa un severo riesgo a la ecología, pero también al desarrollo urbano de La Paz, debido a que no existen planes de desarrollo que garanticen el crecimiento ordenado de la ciudad, los empleos por generarse no serán de calidad, se perderán actividades productivas propias de la región y se incrementarán la migración y la marginación, advirtió la organización Ciudadanos Preocupados.

En tanto, el secretario de Turismo de la entidad, Alberto Treviño, señaló que el desarrollo turístico y económico no se pueden detener, por lo que el gobierno estatal opta por los proyectos turísticos que ocasionan el menor impacto ambiental.

El funcionario repartió responsabilidades y dijo que, además de las autoridades estatales, hay instancias encargadas de vigilar el cumplimiento de las normas ambientales.

En defensa del negocio que representará ventas de mil 500 millones de dólares en bienes inmuebles e ingresos anuales al municipio de 2 millones de dólares, sólo por el traspaso de dominio, la abogada Lorena Von Borstel aseguró que cuentan con todos los permisos locales y federales, pero además exaltó la vocación de conservación de la empresas al enfatizar que Desarrollos Punta La Paz "está profundamente comprometida con el cuidado ambiental" y minimizó las protestas en contra de su construcción.

El Mogote es un verdadero paraíso del que pronto quedarán sólo vestigios, ya que está en vías de convertirse en un millonario y moderno desarrollo turístico en el que las casas o condominios tendrán un costo de 200 mil a 700 mil dólares en la etapa inicial.

En contraste, la venta de la ínsula aprobada por el Congreso local durante la administración del entonces gobernador Leonel Cota se hizo a un costo de 12.85 pesos el metro cuadrado, algo así como "de a taco de pescado el metro", aseguró el secretario general de la organización Ciudadanos Preocupados, Emmanuel Ruiz Acosta, quien precisó que una vez cerrada la operación de venta "cada metro se vende a 2 mil dólares, como precio especial para fundadores".

Con esto, aseguró, se evidencia la doble moral de los perredistas y la clara pretensión de continuar con modelos turísticos equivocados, que no benefician a nadie más que a los propios empresarios, en menor medida a los municipios y en muy poco a la población, a costa de la venta de los recursos naturales.

Señaló que instancias como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aprobó en manifestaciones de impacto ambiental deficientes en el caso de Paraíso del Mar, pero también ha tolerado otro tipo de irregularidades, como la destrucción de manglares o corales, como ocurrió en Costa Baja, propiedad de los empresarios Manuel Arango y Gastón Azcárraga, que consiste en una marina y hotel recién inaugurado por el presidente Vicente Fox, en el marco de los festejos del Día Mundial del Turismo.

En ese sentido, Ruiz Acosta y la maestra en biología marina Dení Ramírez puntualizaron que de continuar con el desarrollo de este modelo turístico, dentro de poco La Paz y otros puntos de Baja California Sur empezarán a sentir los efectos de la mala planeación como una intensiva migración de personas en busca de trabajo, a las cuales esta ciudad no está preparada para recibir.

Junto con esto, advirtieron, se generarán cinturones de miseria propios de ciudades sin servicios, pero también de la falta de empleos o la generación de éstos con sueldos mínimos, así como por la pérdida de actividades productivas propias de la región, como la pesca.

Por lo pronto de la transformación de El Mogote se puede esperar la desaparición de plantas como el garambullo y el ococel, especies marinas como el tiburón ballena, la afectación a colonias de ballenas del Mar de Cortés, leones marinos, delfines, pargos, cabrillas y jaibas, que se crían de forma natural en los manglares.

El Mogote guarda entre esa mezcla de dunas, plantas desérticas y manglares 21 puntos en los que se han localizado vestigios arqueológicos, de gran importancia porque se trata de conchas, caracoles, puntas de flecha y rocas que son una importante fuente de información sobre esta tierra de la que fueron exterminados los indígenas con la llegada de los misioneros españoles.

Hasta el momento no se ha definido cuántos de estos sitios se excavarán y conservarán, señaló el arqueólogo investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Alfonso Rosales, quien trabaja con las arqueólogas Sandra Elizalde, Ursula Méndez y Elizabeth Camacho en estos descubrimientos de destino incierto.

"El desarrollo no se puede detener", advirtió el secretario de Turismo de Baja California Sur, Alberto Treviño, quien justificó que en la entidad se estén promoviendo proyectos turísticos como Paraíso del Mar o Balandra, de la familia Alemán, en los que el mayor atractivo son los recursos naturales.

Señaló que el gobierno estatal "está conciente" y pendiente de que los empresarios cumplan con las reglas ambientales, pero también hay instituciones como Semarnat para cuidar que no se rompa el equilibrio.

La Jornada, México, 29-9-05

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