Mineros amenazan reserva de indígenas Yanomami en Brasil

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País Brasil

Mineros que han invadido una reserva amazónica habitada por indígenas Yanomami han introducido armas y enfermedades a una de las últimas tribus de la edad de piedra que aún sobrevive, afirmó el jueves un grupo de defensa indígena

El Consejo Especial Indígena para los Yanomami y Ye'Kuana dijo que los mineros han construido cinco pistas clandestinas de aterrizaje para la explotación de yacimientos de oro en por lo menos ocho localidades de la remota y densa reserva natural, ubicada en la frontera entre Brasil y Venezuela.

"No es difícil pronosticar que estamos volviendo a la situación de caos social y sanitario como la que vivimos a fines de la década de 1980 y comienzos de la de 1990, cuando al menos un quinto de la población Yanomami murió de enfermedades traídas por los mineros", dijo el Consejo en una carta dirigida a los ministerios de Justicia y al del Ambiente.

Un líder Yanomami dijo que el creciente influjo de mineros ha provocado brotes de malaria, gripe y enfermedades de transmisión sexual entre los indígenas.

"La situación está empeorando, los mineros están regresando y con ellos llega la malaria", dijo el líder Yanomami, Davi Kopenawa, en conversación telefónica desde Boa Vista, cerca a la reserva y a unos 3.400 kilómetros al noroeste de Río de Janeiro. "El número de mineros está aumentando porque la Fundación Nacional del Indígena y la Policia Federal no están haciendo nada para sacarlos".

La minería es ilegal dentro de las reservas indígenas. También lo es la presencia de personas ajenas a las etnias sin el permiso de la tribu y la autorización de la Fundación Nacional Indígena (FUNAI), que se encarga de las políticas nacionales con los pueblos autóctonos.

Pero estas reglas no siempre se aplican rigurosamente.

En 1987, reportes sobre importantes reservas de oro provocaron una carrera de cerca de 40.000 mineros hacia la reserva hasta que las autoridades federales lograron expulsar a la mayoría de ellos en la década de 1990.

Una de las peores consecuencias de la llegada de mineros es la distribución de armas de fuego. En muchos casos los mineros dan armas a los indios para ganarse su favor o a cambio de su permiso para explotar recursos en sus reservas.

Las heridas provocadas por armas de fuego se han convertido en una de las principales causas de muerte entre los indígenas, según antropólogos en el gobierno.

Kopenawa dijo que las armas han sustituido a los arcos y las flechas entre la población de la combativa tribu, conocida por sus viejos conflictos internos.

"Usan las armas para matar a sus parientes, nunca para cazar", dijo Kopenawa. "He tratado de sacar las pistolas, pero es difícil que los indios las entreguen. Hasta que los mineros no sean desalojados, las armas siempre van a volver", dijo.

Según el Consejo Distrital Indígena, 47 indios murieron por armas de fuego entre 1995 y el 2003. En el mismo período, cerca de 17 indígenas fallecieron por heridas de fechas y mazos. Entre el año 2000 y el 2003, 42 Yanomamis murieron por armas de fuego.

Cerca de 15.000 indios Yanomami viven en una reserva de 9,6 millones de hectáreas.

En los últimos años, las autoridades federales han lanzado varias operaciones para expulsar a los mineros, pero Kopenawa afirmó que siguen regresando.

El Nuevo Herald, Estados Unidos, 21-7-05

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