Movimientos exigen comercio justo

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Los movimientos y organizaciones sociales y políticas de América Latina, el Caribe y Europa reunidos en Viena, Austria, divulgaron las declaraciones finales del encuentro social Enlazando Alternativas 2 (EA 2)

En el documento se posicionan contra los acuerdos de libre comercio de la Unión Europea con América Latina y el Caribe; contra el "ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) europeo", y la creación de cláusulas de seguridad y militares para defender los intereses del capital; así como por la no profundización de los acuerdos de libre comercio con México y Chile y la concretización de acuerdos de libre comercio con América Central, Región Andina y Mercosur.

También se declaron a favor de la abolición de la deuda externa de América Latina y el Caribe con la UE y del reconocimiento de la deuda histórica contraída, contra el Tratado de Constitución Europea, a la represión de emigrantes, a la "Europa Fortaleza", a la directiva Bolkestein y a la privatización de los servicios públicos en la Unión Europea. "Por el fortalecimiento de la unidad y confluencia bi-regional de los movimientos sociales de ambos continentes, para alcanzar otro mundo posible, justo, equitativo, antipatriarcal y en paz con el planeta".

La declaración final propone un diálogo político y social entre los pueblos, reivindicando el derecho de los movimientos sociales de pensar las alternativas al neoliberalismo y de crear la capacidad de formularlas. Los acuerdos comerciales son, según la declaración, causas de los procesos de desindustrialización y de deforestación de los sectores públicos de servicios que colocaron a América Latina en una situación crónica de pobreza y exclusión social.

Las transnacionales europeas en América Latina, a diferencia de lo que la campaña a favor del neoliberalismo hace creer, están lejos de ser un factor de desarrollo y paz social, "dieron lugar a conflictos masivos, especialmente entre usuarios de los servicios públicos, poniendo en riesgo el acceso a los servicios básicos (como agua, electricidad, telefonía), estimularon el saqueo y la extracción indiscriminada de recursos naturales, generando una degradación del medio ambiente", afirma el documento.

Las transnacionales aumentaron sus lucros a costa del patrimonio natural de América Latina, mientras el pueblo de esa región tuvo el poder de decisión sobre sus territorios y sus vidas afectado. La privatización aumentó las tarifas de los servicios, deterioró el sistema hídrico y bajó el nivel de vida de los trabajadores. Las multinacionales petroleras de Europa explotaron las riquezas en hidrocarburos de los países latinoamericanos por décadas, ejerciendo un saqueo sobre sus recursos, destruyendo sus pueblos, comunidades y medioambiente.

El documento sitúa el acceso a la tierra como un derecho humano fundamental, así como la defensa de la propiedad colectiva de las tierras de campesinos e indígenas, que, actualmente, son amenazadas por programas de titulación individual de organismos internacionales. Y se pronuncia a favor de la reforma agraria, pues los recursos naturales y el conocimiento tradicional y la biodiversidad son patrimonios de los pueblos.

Un posible Acuerdo de Asociación entre la UE y América Latina, en los moldes de los acuerdos actuales, es repudiado por el EA2: "Para que sea justo y benéfico para nuestros pueblos debe salir del modelo y de las reglas de un tratado de libre comercio; no queremos "libre comercio" entre Europa y América Latina. Queremos relaciones comerciales, para promover espacios de cooperación entre ambas regiones, que favorezcan el bienestar de nuestros pueblos y la soberanía de nuestros países"

En crítica a los organismos internacionales, el documento pide "un sistema multilateral económico que regule los flujos de capital, que estimule la complementariedad de las economías, que promueva reglas claras y justas de intercambio comercial, que deje afuera los bienes públicos, que permita cerrar las brechas económicas entre el sur y el norte, agravadas por una deuda externa en constante aumento; hablamos de un sistema multilateral que obviamente no es la Organización Mundial de Comercio".

Los movimientos se pronunciaron en contra de la privatización de la comunicación y de la información y por la democratización de la misma; por el fin del mandato de fuerza de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Haití, que refuerza la militarización de la región; por el fin del conflicto interno armado de Colombia y por la instauración de una paz con justicia social.

Los movimientos sociales de América Latina, el Caribe y de la Unión Europea reafirmaron "su voluntad de fortalecer la cooperación, coordinación y solidaridad en todas las luchas conjuntas contra la flexibilización de las leyes laborales, por un empleo digno y de calidad, por el control ciudadano de las corporaciones y multinacionales, contra las políticas neoliberales de los gobiernos, por la defensa y profundización de las conquistas sociales y laborales, por la renacionalización de nuestros recursos y reservas naturales y de los servicios públicos actualmente privatizados".

Traducción: moc.liamg@leinad.setnarrab

Adital, Internet, 15-5-06

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