Paraguay: la expansión sojera empuja a labriegos a migrar a la capital

Idioma Español
País Paraguay

La migración del campo a los centros urbanos del país es un fenómeno que se inició durante la década del ''70, con el Gobierno de Alfredo Stroessner (1954-1989), y que fue acrecentándose en los últimos 10 años, no solo por la falta de una reforma agraria integral –que considere la entrega de tierra, apoyo técnico y crediticio– sino también por la alta expansión que ha cobrado el cultivo de la soja transgénica, según revelan investigadores del sector

Según el sociólogo Tomás Palau, anualmente se cultivan en el país un promedio de 2.400.000 hectáreas de soja transgénica, cantidad que aumenta cada año, y que impulsa a unos 70 mil campesinos –según datos extraoficiales– a abandonar sus tierras anualmente y afincarse en las zonas marginadas de los centros urbanos del país. En el caso de Asunción, Palau indica que los bañados localizados a orillas del río Paraguay constituyen barriadas con un porcentaje cada vez mayor de pobladores expulsados del campo, entre ellos, a causa de la expansión sojera.

Para comprender este fenómeno migratorio campesino es importante antes que nada entender el modelo de agricultura que impusieron en el campo las grandes corporaciones trasnacionales, que controlan la producción de alimentos a escala mundial, afirma la especialista argentina Javiera Rulli. Ella es miembro del Grupo de Reflexión Rural de la Argentina, y se encuentra en el país desarrollando un proyecto con los recicladores de Cateura, quienes en su gran mayoría provienen de sectores rurales.

Según Rulli, las grandes corporaciones han impuesto al Paraguay el rol de producir forraje que sirve de alimento a los chanchos, vacas y gallinas europeas, chinas y japonesas.

Agrega que con este sistema de producción sojera ya no se precisan de campesinos en los sectores agrícolas, ni un control sobre los dueños de la tierra, pues lo que prevalece es el dominio del mercado y el mayor acceso a los consumidores.

CONTROL. Rulli afirma que diez son las corporaciones transnacionales que controlan el 50% del mercado de las semillas transgénicas en el mundo. Entre ellas, la más destacada es la Monsanto, que domina el 90% de la provisión de granos genéticamente modificados a nivel mundial. Con relación a la industria de agroquímicos, el panorama es similar, pues esas mismas corporaciones tienen el control del 80% del mercado de herbicidas e insecticidas, asegura Rulli. "Como las mismas empresas son las fabricantes de semillas y agrotóxicos el negocio les sale redondo", apuntó la investigadora.

Por otro lado, el cultivo de la soja necesita de muchos recursos –"que los campesinos paraguayos no tienen"–, para destinarlos a la compra de semillas, agroquímicos y maquinarias.

"A nivel internacional nos han vendido la historia de que el cultivo de la soja representa la agricultura desarrollada y moderna que debíamos adoptar, pero nunca nos dijeron que para llevarla adelante era necesario contar con por lo menos 300 hectáreas y mucho dinero, dos elementos vitales que justamente los campesinos paraguayos no tienen".

En estas condiciones, se torna imposible para la mayoría de los labriegos paraguayos, que poseen un máximo de 50 hectáreas, competir con los grandes productores sojeros como Tranquilo Favero. En consecuencia, sólo les resta alquilar sus tierras o venderlas y emigrar a la ciudad para evitar morir intoxicados por los peligrosos efectos nocivos de los agroquímicos utilizados en la siembra de soja transgénica, concretó Javiera Rulli.

Postura de especialistas

Sin títulos, pero con propiedades

Javiera Rulli expresa que la falta de titulación de las tierras obtenidas por los campesinos les ayudó hasta ahora a no perder sus propiedades a causa de las deudas que les ocasiona sembrar soja. Sin embargo, el Banco Mundial está impulsando una ayuda financiera al país para legalizar las propiedades rurales. "La titulación solo servirá para beneficiar a las entidades financieras que podrán despojar de sus tierras a los labriegos que no condonen sus deudas", afirma Rulli.

Coimas impiden evitar migración

"El cumplimiento de las legislaciones ambiental, sanitaria y migratoria podría solucionar el problema social que ocasiona al país la producción sojera, que es la causante de la migración de los campesinos a lo centros urbanos del país. Pero estas leyes no son aplicadas por las autoridades administrativas del país para no arriesgar las comisiones que algunos altos funcionarios reciben de las empresas multinacionales proveedoras de insumos."

yp.moc.aroh@iloicicr,19-11-01

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