Pobres marginados

Por ADITAL
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Solo unos días antes de la decisiva reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Hong Kong, que representa un último esfuerzo para alcanzar un acuerdo sobre la liberalización del comercio agrícola, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación) advirtió que los beneficios de una reforma en este sector podrían marginar a los más pobres, a menos de que se desarrollen con urgencia políticas complementarias e inversiones adecuadas

El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2005 (SOFA) analiza el comercio agrícola y la pobreza intentando responder a una pregunta: ¿Puede el comercio favorecer a los pobres?

Sí, dice el SOFA, pero la liberalización del comercio, por sí sola, no es suficiente. Hay que completarla con políticas e inversiones que permitan a los más pobres sacar beneficio de las nuevas oportunidades y protejan a las franjas vulnerables de los altibajos en las relaciones comerciales. "El comercio agrícola y su ulterior liberalización podrían desatar el potencial del sector agrario, encauzando su crecimiento en favor de los más pobres, pero no se puede garantizar que vaya a suceder así."

El informe de la FAO explica que la liberalización favorecerá sobre todo a los países industrializados, porque sus sectores agrícolas son los más distorsionados por las políticas actuales. "Los consumidores de los mercados protegidos y los productores de los países con bajo nivel de ayuda interna tienden a ser los más beneficiados."

Los países en desarrollo, en conjunto, también se beneficiarían de la liberalización, pero el SOFA 2005 advierte que algunos grupos podrían resultar perjudicados a breve plazo. Entre ellos los países importadores netos de alimentos y los países con acceso preferencial a los mercados protegidos de las naciones más ricas, miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

Para los países en desarrollo, los beneficios más sustanciosos de la liberalización agrícola no dependerán de la reforma del sistema de apoyo a la agricultura en los países de la OCDE, sino de la reforma de sus propias políticas comerciales, lo que debería impulsar el comercio entre ellos. Se estima que entre el 70 y el 85 por ciento de los beneficios potenciales para esas naciones derivarían de la reforma de sus políticas agrícolas.

El SOFA 2005 afirma que los beneficios de la liberalización del comercio van mucho más allá de las repercusiones inmediatas en los productores y consumidores, ya que las reformas contribuirán significativamente al crecimiento económico y al aumento de los salarios de los trabajadores no especializados en los países en desarrollo. El comercio puede ser un catalizador para el cambio cuando fomenta las condiciones para que los más pobres aumenten sus ingresos y su vida sea más larga, sana y productiva.

Teniendo en cuenta que la mayor parte de la población pobre del mundo vive en zonas rurales y depende de la agricultura para su sustento, el SOFA 2005 sostiene que el crecimiento del sector agrario es crucial para la reducción sostenible de la pobreza. Pero, advierte el documento, los pobres a menudo sobreviven con tan poco que son particularmente vulnerables durante cualquier proceso de reforma, especialmente a corto plazo durante la fase de transición de los sectores productivos y el mercado de trabajo.

El SOFA solicita la creación de instituciones básicas de mercado y de infraestructuras antes de la apertura de los mercados agrícolas nacionales a la competición internacional, sobre todo en el caso de competidores que disfruten de subvenciones. También recomienda políticas sólidas y duraderas "para conseguir resultados que favorezcan el crecimiento y redunden en favor de los más pobres" y advierte que las reformas que carecen de continuidad son particularmente nocivas.

Para garantizar que el comercio beneficie también a los más pobres, el SOFA 2005 insiste en la urgencia de un enfoque de doble componente. Por una parte hay que invertir en la educación, la creación de instituciones e infraestructura y por otra facilitar redes de seguridad para proteger a los sectores más vulnerables de la sociedad durante la fase de transición al comercio más libre.

Del estudio de casos citados en el informe de la FAO se desprende que las reformas contribuyen a reducir el hambre y la pobreza cuando se proyectan y se llevan a cabo en el ámbito de una estrategia que incluya a los pobres. Estos estudios demuestran además la clara necesidad de inversiones cuidadosamente orientadas y de medidas de compensación transitorias durante las etapas iniciales de la liberalización del comercio.

ADITAL, Internet, 14-12-05

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