Productores ecológicos de Bolivia denuncian irregularidades en el proceso de aprobación de la soja transgénica

Por SEPRIN
Idioma Español
País Bolivia

La Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia(AOPEB) y otras organizaciones sociales del país han denunciado irregularidades técnicas y legales en el proceso de aprobación del cultivo comercial de soja transgénica por parte del Gobierno,a través del Comité Nacional de Bioseguridad y del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG)

"La intención de los millonarios consorcios extranjeros para introducir soja transgénica" en el país y ampliar su producción representan "un grave peligro para los productores locales", que ven "con creciente preocupación" que el Gobierno "hace poco o nada para detener esta amenaza", señalan.

Según AOPEB, además de haberse realizado de manera irregular y sin respetar los procedimientos legales nacionales ni internacionales de política ambiental, esta decisión "no considera los riesgos de los transgénicos en la salud de los consumidores debido a los microorganismos patógenos y resistentes a antibióticos que intervienen en su construcción genética".

"La población boliviana ha sido sorprendida por la aprobación en un tiempo récord de cuatro días" de la solicitud presentada por la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (ANAPO) para la realización de pruebas con soja transgénica resistente al herbicida glifosato", aseguran estas organizaciones en una carta abierta hecha pública esta misma semana.

En su opinión, esta 'precipitada aprobación' es consecuencia de la presión ejercida sobre ANAPO por parte de empresarios brasileros de la zona de Matto Groso con tierras en propiedad, "quienes esperan controlar el negocio" de la venta de OGM "a costa de los pequeños y medianos productores de soja de Bolivia".

En este sentido, exigen que las autoridades bolivianas "dejen de promover el cultivo de transgénicos". "En lugar de ello deberían estar defendiendo la postura de Bolivia hasta el momento, pues se trata de un país libre de cultivos transgénicos", aprovechando además las oportunidades y mejores precios que se están abriendo para la comercialización de soja convencional.

La AOPEB asegura que existen implicaciones socioeconómicas que resultan
de la dependencia de las semillas transgénicas y los productos agroquímicos producidos por la transnacional estadounidense Monsanto, así como del pago de patentes por el uso de semilla OGM y el desplazamiento de pequeños y medianos productores, ya que esta tecnología sólo es económicamente rentable cuando se practica en extensiones superiores a 50 hectáreas.

Además, el cultivo implica riesgos ambientales causados por el uso de altos niveles de agroquímicos tóxicos y el potencial de contaminación genética, sin mencionar la ampliación de la frontera agrícola con la consiguiente destrucción de ecosistemas naturales para aprovechar la economía a escala de la soja genéticamente modificada.

Según recuerdan, el proceso de aprobación de la soja transgénica en Bolivia, después de la solicitud de Monsanto en 1998, se ha caracterizado por la autorización de pruebas de manera "prácticamente clandestina" con diseños de estudio inadecuados a través de un Reglamento de Bioseguridad "incompleto" y sin la convocatoria del Comité de Bioseguridad ni registro público.

Asimismo, señalan que este Comité de Bioseguridad está compuesto "sólo por representantes de ministerios y universidades, excluyendo a representantes de consumidores, organizaciones de base, representantes de territorios indígenas que se encuentran en el área de influencia de la actividad agroindustrial y empresas nacionales elaboradoras de alimentos", quienes serían "los principales damnificados ante la posible aprobación del cultivo de soja transgénica con fines comerciales".

La empresa Monsanto y las instituciones que apoyan su solicitud "se mueven en función de sus propios intereses económicos, sin dar espacio a la opinión de los pequeños productores, que son el 70% de los agricultores del país, o de los consumidores".

Según recuerdan, la aprobación de soja transgénica en Bolivia "sería el inicio de la apertura a otros cultivos genéticamente modificados como la patata y el maíz".

Los productores ecológicos están seguros de que la producción de transgénicos "destruirá la competitividad de la industria nacional de oleaginosas", que exporta aceite de soja convencional no transgénica a los mercados internacionales, impactando "severamente" en los ingresos por exportaciones y la generación de empleo.

"La legalización de la soja transgénica en Bolivia niega el derecho de los consumidores a una alimentación sana y libre de sustancias peligrosas, y representa una violación a las leyes y atentado a la salud pública y bienestar socioeconómicos de nuestra sociedad", asegura la AOPEB.

Seprin, Internet, 13-4-05

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