Análisis de Alejandra Mora, geógrafa y experta en manejo ambiental, sobre catástrofe ambiental en Chiloé

Idioma Español
País Chile

En el artículo escrito por la geógrafa Alejandra Mora se contrastan las versiones del gobierno y de la ciudadanía con datos empíricos. “Es urgente detener el modelo de desarrollo basado en el uso abusivo de los recursos, que al final no aporta al desarrollo ni de las comunidades ni de su ambiente a largo plazo” sostiene.

El día 25 de abril se encendieron las alarmas: las playas de Cucao y Huentemó estaban presentando varazones masivas de animales marinos, lo cual ha causado una ola de protestas de los habitantes de Chiloé en contra del gobierno.

La causa de las varazones, según indican los habitantes de la zona [1] fue el vertimiento al mar de 4500 toneladas de salmones podridos a mediados del mes de marzo. Sin embargo, distintas instituciones y científicos han indicado que no existe una relación entre ambos fenómenos [2]. De hecho, desde el sitio web de la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G., se indica que “No hay relación entre la marea roja y el vertimiento de salmones en alta mar”, citando declaraciones del colegio de Biólogos Marinos, los cuales responsabilizan a los efectos causados por la corriente de El Niño[3].

Frente a eso, es necesario contrastar ambas posturas con información geográfica. Primero, la extensión de la corriente de El Niño se puede identificar por la temperatura superficial del mar. O sea, se debería identificar un aumento significativo de la temperatura para poder decir que eso afectó a la fauna marina. Para identificar ese aumento, busqué imágenes satelitales procesadas con la Temperatura Superficial del Mar (SST), provenientes del sensor MODIS- Aqua (NASA), desde Diciembre de 2014 a Febrero de 2016, fecha que se indica que fue la mortandad masiva de salmones (todavía no están disponibles las imágenes de marzo y abril) [4]. El resultado se puede ver en las imágenes 1 y 2.

Como pueden ver, los colores azul claro indican una mayor temperatura y azul más oscuro, una menor temperatura relativa (ojo que en el extremo sur se muestra un celeste igual al continente, pero eso se debe a la nubosidad que tapa al sensor). Existe una fluctuación estacional normal: la temperatura es mayor en verano que en invierno. Si la corriente del Niño mató a los salmones, debería verse un aumento excepcional en el mes de Febrero, y a lo largo de toda la costa, dado que la corriente de El Niño va en dirección Norte a Sur. Eso no se observa en las imágenes, porque de hecho en Febrero 2016 las temperaturas relativas en el sur de Chile son incluso menores que Diciembre y Enero.

Eso descarta la hipótesis de la industria del Salmón. Veamos qué pasa con la hipótesis de los habitantes de Chiloé.

Según la resolución de la Dirección General de Territorio Marítimo y M.M de la Armada de Chile, firmada el 14 de marzo de 2016 [5], se indica lo siguiente: 10.- Que, el lugar dispuesto de vertimiento corresponde a un área circular de 05 millas náuticas (MN) de radio, ubicado a 75 MN a Weste de Punta Corona, con centro en la siguiente posición: Centro 1 Latitud Sur 41° 46’ 15’’ Longitud 075° 43’ 31’’

En la imagen 3, se muestra el punto donde la autoridad marítima autorizó el vertimiento de los salmones. Este punto está ubicado fuera del talud y plataforma continental. Sin embargo, las playas donde se encontraron las varazones masivas de pescados, moluscos, peces, mamíferos y crustáceos (Cucao, Huentemó, Chanquín, Mar Brava, Puñihuil, Punillahue, Duhatao y Chepu) están justo al frente. ¿Qué pudo haber causado esta clara correspondencia espacial?

Parece que la autoridad marítima no consideró algo clave: el movimiento de la Corriente de Deriva del Oeste, que desplaza las aguas superficiales que vienen desde el otro lado del Océano Pacífico y las mueve hacia nuestro continente. Justo a la altura de los archipiélagos de Chiloé y Chonos, la Corriente se bifurca hacia el Norte y hacia el Sur, en las corrientes de Humboldt y Cabo de Hornos, respectivamente (Imagen 4).

Imaginen una corriente que desplaza al menos 10 Sv (un sverdrup equivale a 1 millón de metros cúbicos de agua por segundo) a lo largo del Océano Pacífico desde el Oeste. ¡Es simplemente inevitable que llegue a las costas chilenas! La pregunta es a qué velocidad y en qué dirección. El primer lugar que recibió animales muertos, el 25 de abril, fue la playa de Cucao, a 163 Km del área de vertimiento. Si suponemos que este vertimiento ocurrió un mes antes, fue avanzando aproximadamente 5 Km por día, en dirección NW- SE. No sabemos cómo fue contaminando a su alrededor, pero esta hipótesis es bastante plausible.

Por lo tanto, en vista de los antecedentes aquí mostrados, me inclino por aceptar la hipótesis de los habitantes de la zona y los apoyo en su lucha. No es posible que se trate de minimizar el efecto del vertimiento de los salmones e indicar argumentos sin pruebas. Los habitantes deberían ser reparados por todos los daños causados por esta negligencia absurda.

Finalmente, este evento catastrófico debe ser el último de la historia. Es urgente detener el modelo de desarrollo basado en el uso abusivo de los recursos, que al final no aporta al desarrollo ni de las comunidades ni de su ambiente a largo plazo.

Por Alejandra Mora - Geógrafa y MSc. Monitoreo, modelamiento y manejo ambiental. Docente Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Fuente: Universidad Academia de Humanismo Cristiano

NOTAS

[1] http://www.radiovillafrancia.cl/...
[2] http://www.latercera.com/...
[3] http://www.salmonchile.cl/...
[4] http://giovanni.gsfc.nasa.gov
[5] http://www.elmostrador.cl/...

Publicado por MapuExpress

Temas: Pesca

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