Argentina: Córdoba, la patria sojera y la patria inundada

Idioma Español
País Argentina

La provincia está declarada en emergencia agropecuaria, fruto de las fuertes lluvias. Especialistas reconocen que el monocultivo sojero ha sido central a la hora de generar las inundaciones. Mientras que el Estado reparte financiamiento a los productores de la Pampa Húmeda, el campesinado resiste a los diluvios frente a la ausencia del apoyo estatal.

Por Lea Ross | @LeandroRoss

 

Según un relevamiento satelital que realizo el productor agropecuario Pablo Ginestet, para el diario La Nación, hubo en total 7.122.018 de hectáreas inundadas en la pampa húmeda. Con esto, se estima una pérdida de 8,7 millones de toneladas de soja, que sería un 15% a toda la cosecha prevista.

 

Hace días atrás, el presidente Mauricio Macri recorrió las zonas inundadas por la provincia de Santa Fe y que afirmó que se trata de un “desastre ambiental”. También aseveró que “fueron muchísimos años en los que no se han hecho obras y las que se han hecho no fueron las indicadas, pero nos hacemos cargo del tema”.

 

Actualmente, la provincia de Córdoba tiene declarada la emergencia agropecuaria en diez cuencas hidrológicas.

 

La primera fue en enero, donde se decreto la emergencia (Decreto 30/2016) en seis regiones. La más amplia es la cuenca del Río Carcaraña, donde concentra gran parte de la pampa húmeda, sobre todo la parte norte. También están declaras el Sistema Vicuña Makenna, la cuenca del arroyo Santa Catalina, el Sistema de Canals, el del Río Quinto o Popopis y el Sistema General Roca, todos concentrados en el sur provincial.

 

Y en abril, se declaró las otras cuatro cuencas en emergencia (Decreto 317). Esta vez, ubicadas en el centro-este de la provincia. Estas son las cuencas de Morteros, Carcaraña, Río Xanaes y San Francisco.

 

Una reciente estimación que hizo la Bolsa de Cereales de Córdoba afirma que las pérdidas monetarias del campo cordobés ha sido de 5.850 millones de pesos, un 1,5% del Producto Bruto Geográfico. De ese número: $ 5.000 millones se debe a que los campos en sí no se pueden cosechar. Mientras que los $ 850 millones restantes es porque los cultivos en sí han perdido su calidad.

 

Dentro de las pérdidas, 60% lo acapara las localidades concentradas en la pampa húmeda: Márcos Juárez, Unión y Roque Sánez Peña. La primera ha perdido $1.200 millones

 

Mientras tanto, el gobernador Juan Schicaretti y el ministro nacional de agroindustria Ricardo Buryaile acordaron una ayuda económica a la provincia con un financiamiento nacional de 40 millones de dólares para ayudar las zonas que están declaradas en emergencia, según portales del sector agropecuario.

 

Córdoba es un caso testigo que muestra una geografía compleja sobre el origen de esta “catástrofe ambiental”y que todo está enfocado en el modelo productivo actual.

 

Bosque nativo

Famosos mapas donde se muestra el avance contra el bosque nativo, hecha por Marcelo Cabido, Marcelo Zak, entre otros. // UNCiencia.

 

Para arrancar, hay que señalar que el bosque nativo cumple un rol fundamental dentro del ciclo del agua. Desde la filtración del agua a los suelos hasta la absorción del mismo por las raíces, permite lograr un equilibrio hidrológico dentro de los procesos ecológicos.

 

Lo que había 120.000 km2 de bosque nativo en toda la provincia de Córdoba, a comienzos del siglo XX, hoy solo queda 6.400km2. Los cordobeses solo tienen un 5% de lo que tenían hace un siglo atrás. Lo que es la pampa húmeda, la existencia de bosque nativo es prácticamente cero.

 

El desierto verde

 

“Nosotros no manejamos el agua de lluvia, la cantidad que va a llover o que no va a llover. Nosotros lo que tenemos injerencia es en la tecnología de cultivos. Hacer monocultivo de soja es una falla del modelo”, señala Pablo Belluccini, ingeniero del INTA de Jesús María a ECOS Córdoba.

 

Según un informe del INTA, titulado Ascenso de napas en la Región Pampeana: ¿Consecuencia de los cambios en el uso de la tierra?, en la década de los ’70, en la localidad cordobesa de Marcos Juárez –instalado en el corazón de la pampa húmeda- un 40% de su superficie estaba ocupada por cultivos agrícolas y el resto de forrajes perennes y pastizales. Hoy, los primeros ocupan el 90% de esa superficie.

 

Los segundos tienen una capacidad de absorción de agua de entre 1500 y 2000 milímetros. Sin embargo, millones de sus hectáreas reemplazas por cultivos agrícolas –sobre todo de soja- disminuyeron esa capacidad a tan solo de 500 y 800 milímetros. “De esta manera, las pasturas y pastizales generaban menores ingresos de agua a las napas (freáticas) y, en aquellos lugares o períodos en los que éstas se acercaban a la superficie, se registraba un consumo más intenso, mientras que los cultivos anuales modificaron dicho balance, incrementando el ingreso de agua y limitando los egresos por consumo, empujando los niveles freáticos hacia la superficie”, señala el trabajo realizado por Nicolás Bertham y Sebastián Chiacchiera. Ese empuje del agua hacia la superficie, es lo que origina las inundaciones.

 

Hace 40 años, las napas freáticas se encontraban a 11 metros bajo tierra. Y ahora, están a tan menos de un metro. Para el informe del INTA, a partir de variables estadísticas, un 60% de la subida de las napas a la superficie es por el crecimiento de los cultivos, mientras que la cuestión específica de los campos de soja, alcanza un 70%.

 

El gráfico de abajo muestra la relación de función de la profundidad de las napas con la proporción de cultivos y con la superficie cubierta de soja. Como se puede observar, el crecimiento de la proporción de cultivos como la superficie sojera va en aumento, en forma paralela a la subida de las napas hacia la superficie. Las respectivas fórmulas matemáticas demuestran que estas dos relaciones son lineales.

 

“Si yo voy a hacer soja, sobre soja y sobre soja, continuamente en el tiempo, en algo estoy errando. La naturaleza va a reaccionar de alguna manera. De hecho, evidentemente, lo demostró. No lo estoy diciendo yo, lo dicen todos los especialistas y lo estamos viendo”, señala Bellucchini.

 

“Si no se modifican las rotaciones o el uso de la tierra, con el objetivo de incrementar estratégicamente el consumo de agua, sobre todo en los años en que las precipitaciones superan la media, no sólo se seguirá incrementando el nivel freático, sino también la superficie, con un alto riesgo de anegamiento en algún momento del ciclo del cultivo”, concluye el informe.

 

Resumen del informe del INTA sobre el ascenso de las napas en la pampa húmeda >>

 

Ascenso de napas en la Región Pampeana: ¿Consecuencia de los cambios en el uso de la tierra?

 

Los otros inundados

 

En la localidad de La Rinconada, ubicada en el departamento de Río Seco al norte de la laguna Mar Chiquita, tampoco ha quedada ajena a la situación, incluyendo las regiones del noreste de la provincia. “Es una zona que históricamente ha sufrido muchas inundaciones”, sentenció Germán Pez, del Movimiento Campesino Córdoba (MCC). De hecho, si se revisa el mapa de Pablo Ginestet, se observa la abundancia de agua acumulada en esa región.

 

“Esta es una zona baja, donde las aguas de las napas están casi superficialmente y que en todo el proceso de las lluvias de este año han ido subiendo y mucha de las inundaciones vienen por debajo de la tierra –apunta Pez-. Esto sumado a la gran problemática que tiene que ver con el mosquito, que se sitúan en la zona y esto trae consecuencias en la salud de las personas y que termina por matar a los animales o afiebrándolos. Y eso en el plazo inmediato, tiene una repercusión inmediata en la familia porque la producción de vacas y cabras es lo que sostienen económicamente. a la familia”.

 

La Rinconada es uno de los pocos espacios de la provincia donde distintas familias se subsisten a partir de actividades comunitarias. Los trabajos de desarrollan en campos abiertos y para la cría de vacas y cabras. “El sistema productivo que tiene esa zona, que es de trashumancia, si uno privatizara esas tierras, estaría por matar esa producción”, señala el MCC. “Gran parte de la pelea que venimos dando desde el movimiento campesino es que se mantenga ese modo de producción y que, obviamente, eso tiene que ver con la titularidad de la tierra”.

 

Cuando uno revisa las zonas declaradas en emergencia, se observa que La Rinconada quedó por fuera de dichas regiones: “En estos momentos, se ha declarado la emergencia en el centro y este de la provincia, en la zona tambera sobretodo. Y con esas emergencias, se destinan recursos que se destinan a algún tipo de obra y al apoyo de algún tipo al productor. Pero hay una negativa histórica de declarar ésta zona, históricamente castigada también, en emergencia para no transferir recursos a los pequeños productores. De ahí el lobby de la Mesa de Enlace y todos los demás es el de no declarar en emergencia esa zona para que esos recursos que se transfieren vayan a los sectores donde están ellos. Esa es la pelea que nosotros estamos dando”, sentenció Germán Pez.

 

Para el Movimiento Campesino, el origen de esas inundaciones se debe a la falta de cuidado de parte de los estados, como así también los desmontes que ocurren en otras provincias, cuyas consecuencias acarrea La Rinconada: “En esta zona, tiene que ver con la costa del Río Dulce que viene arrastrando el crecimiento del río que en algún momento en Tucumán se junta con el Río Salado de Tucumán, en donde algún momento también ha habido un abandono sistemático de esa cuenca de parte de las provincias, en donde todo el desmonte del este santiagueño, parte de Tucumán y de Salta, va haciendo que las lluvias corran al rio y al llegar al punto final del Río Dulce, que es (la laguna) Mar Chiquita, se ve éste tipo de situaciones donde justamente en épocas del año, viene muy crecido y va bañando todas las costas y generando inundaciones”.

 

La palabra oficial

 

“Nosotros tenemos un problema estructural que se ha generado en la zona más productiva de Córdoba que es que al sembrarse soja, la soja solo absorbe 700 milímetros al año. O menos. Me lo decía el secretario de Recursos Hídricos: con lo que se avanza la soja para las regiones más secas, absorbe nada más que 500, 600 milímetros. ¡Y llueve más de 1.000!”.

 

Quien dijo esto fue nada más y nada menos que el actual gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. Ésta declarado en un video institucional de la provincia, en enero de éste año, cuando se declaró la emergencia en el sur provincial, fruto de las primeras inundaciones de 2016.

 

Finalmente, cierra el especialista del INTA de Jesús María, con una mirada más alejada a responsabilizar solamente al cambio climático: “Hablar de biodiversidad es muy importante, pero hay que tener en cuenta que el productor siembra para hacer un negocio. No siembra porque le gusta ver plantas de soja. Entonces, tenemos que tratar de que la producción sea sostenible en el tiempo. Y claramente, el monocultivo de soja no es sostenible en el tiempo”.

 

Entrevista a Pablo Beluccini, de INTA Jesús Maria

Fuente: Ecos Córdoba

Temas: Agronegocio

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