Argentina: Crisis pesquera en Puerto Madryn

Idioma Español
País Argentina

"La depredación insustentable fue alertada por organismos científicos, pero el contexto de crisis social fue la excusa para que el Estado fuera permisivo con los empresarios. Entre los noventa y la primera década del siglo XXI, se perdió el 80 por ciento de la población merluza hubbsi... Un ex-trabajador cuenta cómo los barcos cada vez debían ir más lejos para conseguir la misma captura. Un modelo extractivista, que hoy pone en peligro de extinción al trabajador pesquero."

En una Ciudad de 80 mil habitantes, por el eventual cierre de una empresa pueden perder su trabajo 1.300 personas. Así de grave es la crisis que atraviesa Puerto Madryn, por el devenir errante de una compañía emblemática: ALPESCA. La situación del sector se trasladó a otros, porque los trabajadores reclamaron allí donde la atención se dirige: la corporación industrial ALUAR y el muelle que recibe a los cruceros turísticos. Sin embargo, cuando las ballenas no están, los titulares de los medios nacionales no informan sobre una realidad difícil, que involucra la sobrepesca de la merluza, y que demuestra con creces la inviabilidad de un modelo extractivista.

Por Eduardo Soler / Desde Puerto Madryn

Los trabajadores pesqueros, en peligro de extinción.
Foto: Diario de Madryn.

“¿Qué van a pescar? ¿Pececitos de colores?”, así resume la situación una madrynense, que demuestra la profundidad de una crisis que se arrastra de los últimos años, pero que está llegando a un punto cumbre. La localidad estuvo por unas horas con sus accesos jaqueados por cortes de ruta, a la vez que dos cruceros de gran envergadura no pudieron tocar puerto por las protestas, que ayer entraron en suspenso por una medida de "paz social". Pero más allá de la responsabilidad de la intendencia y de la gobernación, lo cierto es que se trata de algo más amplio.

El problema que enfrenta la ciudad patagónica es similar al que también atraviesa hace años otra población portuaria, donde la fama obtenida por el turismo oculta la crisis social que significa el ocaso de la industria pesquera. Mar del Plata ya no es tan feliz como en otros tiempos de pujanza, porque la ambición a corto plazo de los empresarios del sector, convalidada por la falta de control del gobierno de turno, destruyó el propio recurso que los alimentaba. Matar a la gallina de los huevos de oro aquí se dice matar a la merluza. La depredación insustentable fue alertada por organismos científicos, pero el contexto de crisis social fue la excusa para que el Estado fuera permisivo con los empresarios. Como se difundió en 2010, entre los noventa y la primera década del siglo XXI, se perdió el 80 por ciento de la población merluza hubbsi. Pero como decía en su momento Guillermo Cañete, de la Fundación Vida Silvestre: "no está en peligro de extinción, sino el pescador". Esto es así, porque se trata de la especie que domina el 60 por ciento de la industria pesquera, que se destina en un 90 por ciento a la exportación. Los datos son elocuentes y por ello las medidas de "veda pesquera" tuvieron que tomarse, aunque sin perspectiva a futuro. La situación de crisis no hizo más que hacer compleja la situación, porque en esta situación de escasez (producida por la propia industria), tomaron mucho más valor las "cuotas de pesca". Ello mismo también se tiñó de disputas políticas, en tanto que el sector de Puerto Madryn entró en virtual competencia con el de Mar del Plata, por ejemplo. Esto fue otro aspecto que preocupó, ya que si cierra Alpesca podrían perderse la cuota asignada: un 7,1 por ciento de la pesca nacional. Ello representa unas 27 mil toneladas anuales. En 2013, la captura máxima permisible para la merluza hubbsi se estableció en 277 mil toneladas. En 2011, Fundación Vida Silvestre recomendaba reducir de 290 mil a 210 mil la pesca total para poder brindarle sustentabilidad al sector. Sin embargo, mientras no se recortan las ganancias empresariales, entonces las urgencias sociales obligan a seguir depredando, en un modelo de pesca minera.

Responsabilidad Empresarial.

“¿O no es cierto que la ciudad está al borde del estallido?”, se comenta en una reunión del Centro Patagónico (CENPAT) del CONICET, donde participan varios investigadores de las pesquerías. El encuentro es más bien informal, para debatir desde el punto de vista científico el paradigma actual de la conservación, paradójicamente en relación con el aporte de las corporaciones. Sin embargo, la dura realidad social no deja de entrar en la conversación, a la vez que se admite que el organismo no está en el Consejo Municipal Pesquero, convocado para intentar resolver la crisis. “Nos fuimos con ganas”, dice uno allí, dando a entender la inoperancia de esta iniciativa. No obstante ello, la preocupación aumenta, en tanto que la investigación básica no alcanza cuando se trata de lidiar con una situación donde los intereses económicos y políticos son grandes. Luis Nuñez, del Sindicato Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), no se cansa de repetirlo ante todo micrófono que lo consulta. Los trabajadores de Alpesca reclaman mantener sus fuentes de trabajo, en una situación tan caótica como que, a la fecha, no se sabe a ciencia cierta quién es el dueño de la empresa. En el medio, ellos afrontan el perjuicio que ocasiona la deuda de tres meses de sueldo.

Por ahora, el gobierno provincial y el local lograron un acuerdo con los trabajadores para garantizar una "paz social" de un mes. La respuesta consiste en un subsidio no reintegrable de 4.500 pesos, alcanzada para permitir que pudiera ingresar un crucero turístico al puerto, luego de que dos embarcaciones no pudieran hacerlo. En términos políticos, la provincia está atravesada por la interna del justicialismo. Chubut llegó a tener la conducción de la Secretaría de Pesca, en la figura de Norberto Yauhar, quien como candidato kirchnerista, perdió en las últimas elecciones a diputado nacional, contra el aún influyente Mario Das Neves.

El último "dueño" nominal de Alpesca es Omar "cura" Segundo, un conocido empresario local, que fuera implicado en la causa de los "narco-langostinos" de otra pesquera, Poseidón. En septiembre del año pasado, hubo una posibilidad de venta que fue abortada por la irregularidad del comprador, en medio de sospechas cruzadas. Hace semanas, se anunció el traspaso de la empresa a Federico Otero, otro supuesto empresario sin solvencia personal para afrontar el pasivo de 260 millones de pesos.

Por supuesto, antes de todo ello, del 2001 al 2010 la corporación de origen sudafricano Irvin & Johnson (I&J) explotó el recurso pesquero en Puerto Madryn. Especializada en pesca y el sector alimentario le compró Alpesca a la compañía original, nada menos que Alpargatas, con una inversión de cien millones de pesos. En esa década, puede decirse que fueron los "años dorados" de la compañía. Sin embargo, un ex-trabajador cuenta cómo los barcos cada vez debían ir más lejos para conseguir la misma captura. Un modelo extractivista, que hoy pone en peligro de extinción al trabajador pesquero.

Ver también:
ComAmbiental: " Pescando merluza, pescando problemas" (junio 2010).
ComAmbiental: " Día de los océanos con la merluza en veda" (2011)

Fuente: Comunicación Ambiental

Temas: Pesca

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