Brasil - Auto-demarcaciones: alternativa al genocidio

Idioma Español
País México

Un fenómeno se ha extendido por todo Brasil: cansados de esperar por el Estado, los pueblos indígenas de norte a sur del país han dado la espalda a las promesas vacías del gobierno – ocupan y demarcan las tierras que reclaman como suyas.

18 de noviembre de 2015

 

Una de las acciones más recientes y destacadas ocurre en la región del río Tapajós, en el oeste de Pará, en la selva amazónica. El gobierno federal quiere construir un complejo de centrales hidroeléctricas en la región y, para evitar obstáculos a los proyectos, ha paralizado los procesos de reconocimiento de las tierras del pueblo Munduruku. La identificación oficial del territorio ya está garantizada, pero el informe está archivado en la Fundación Nacional del Indio (Funai) desde 2013.

 

Una vez que la motivación política de las agencias federales era evidente, los Munduruku, luego trataran ellos mismos, de definir e instalar marcos que establecen la zona conocida como Daje Kapap Eypi, o Tierra Indígena Sawre Muybu. “Si deja el papel, el Complejo Hidroeléctrico Tapajós inundará parcialmente Daje Kapap Eypi, hiriendo a las disposiciones constitucionales sobre las tierras tradicionalmente ocupadas”, dice el comunicado que acompaña reciente carta de apoyo de la sociedad civil a la acción munduruku.

 

“Durante este proceso [de la auto-demarcación] guerreros se enfrentaron a la invasión de taladores de madera, mineros y “palmiteiros” ilegales en su territorio”, denuncia el texto. Un video producido por gente de la red de apoyo a la auto-demarcación, “Munduruku Indígenas: Tejiendo la resistencia” se publicó hace unos meses, con versiones en español ( aquí) e Inglés ( aquí).

 

Es una región en medio de la Amazonía, y además de una rica biodiversidad, paisajes que son un patrimonio natural como las playas fluviales de Alter do Chão están en el área que se verá afectada por los proyectos. En Pará, el río Tapajós es alabado como “el río más hermoso en el mundo.” Los Munduruku resistiran valientemente durante gran parte del período colonial en ponerse en contacto con los blancos. Tenían tan completo domínio de la región que hasta el siglo XIX la área era conocida como Mundurukânia.

 

La acción en el Tapajós es similar a lo que sucede desde hace décadas en Mato Grosso do Sul, donde los Guarani Kaiowá y Terena ocupan decenas de fincas que están en las tierras que ellos reclaman como suyas. La única diferencia es que no usan el término auto-demarcación – hablan em “retomadas” o recuperación de tierras, una vez que la tónica de su movimiento está en la ocupación total de las áreas (que, por cierto, son mucho menores que en la Amazonia).

 

Una vez más, la motivación de los indígenas es la lentitud de las agencias federales, combinada con la falta de acción de la Justicia. Como han destacado varios observadores nacionales e internacionales, el Poder Judicial sigue como una de los principales trincheras de las élites tradicionales del país, esquivando las reformas que han democratizado muchas de las instituciones brasileñas en las últimas décadas.

 

En el sur de Bahía, los Tupinambá y los Pataxó también han llevado a cabo decenas de ocupaciones de las tierras que reclaman en los últimos años. En 2014, las Fuerzas Armadas fueron llamadas para contener el conflicto. En reciente evento en la región, el cacique Babau, de los Tupinambá, instó indígenas y quilombolas (cimarrones) a ir aún más lejos: en su opinión, además de autodemarcar las tierras, indígenas y quilombolas en Brasil deben empezar a producir sus propios procesos de identificación de las tierras.

 

Para Babau, estas comunidades ya cuentan con un número importante de licenciados en derecho, ciencias sociales y otras áreas, que bien pueden ser capaces de producir la documentación requerida por la ley para enfrentar incluso debates jurídicos lentos y penosos, cada vez más comunes en Brasil.

 

“A menudo la excusa que dan es que no tienen plata para contratar a alguien. Para que vamos esperar por años hasta que puedan pagar a un blanco que viene no sé dónde hacer este estudio? Nosotros mismos lo haremos!”, sugiere el líder tupinambá, que ha surgido como uno de los exponentes más lúcidos del movimiento indígena brasileño hoy.

 

Entre las comunidades de quilombos, por cierto, está uno de los mecanismos más intrigantes: una agencia federal, la Fundación Palmares, es encargada de reconocer las comunidades que se reconocen como cimarrones, haciendo la publicación de una lista oficial. Es casi kafkiano: tiene el gobierno que reconocer que el quilombo se reconoce como quilombo.

 

En junio, la Asociación de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) publicó carta en la que declaraba que la estrategia de ocupación y auto-demarcación es el camino a seguir para las comunidades de todo el país. Para la entidad, el cuadro actual es “tan alarmante que podemos caracterizar como un verdadero genocidio”. “Ante esta situación, entendemos que no hay otra opción: autodemarcar y reanudar nuestras tierras tradicionales, aunque cueste la vida de muchos de nuestros líderes y muchos de nuestros guerreros.”

 

Liga para la carta de apoyo a la auto-demarcación Munduruku: http://www.peticaopublica.com.br/…

 

https://autodemarcacaonotapajos.wordpress.com/

Por Spensy Pimentel

Periodista y Antropólogo brasileño. Ha Colaborado con publicaciones independientes de Brasil como Caros Amigos, Brasil de Fato, Carta Capital, Retrato do Brasil, entre otras. Acompaña a los Guarani Kaiowa, de Mato Grosso do Sul, divulga su problemática y su proceso autónomo.

 

Fuente: Desinformémonos

Temas: Pueblos indígenas, Tierra, territorio y bienes comunes

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