Colombia: Las semillas son la vida, las patentes son la muerte. Declaración final II Encuentro de Economías Indígenas y Campesinas

"La articulación y la construcción de un mercado regional propio, indígena, campesino y popular es un reto con los obstáculos, trampas y leyes que impone el Estado y las multinacionales, por eso hemos realizado una discusión amplia y profunda sobre los mecanismo de despojo del modelo neoliberal que nos quieren imponer, al igual que sobre nuestro papel como sociedad civil organizada en los diálogos de paz y su incidencia en el campesinado y las zonas rurales del país."

El II Encuentro Regional de Economías Indígenas y Campesinas por el Territorio, la Resistencia y la Vida pretende definir acciones específicas para articularlas en torno a la defensa del Territorio a partir del fortalecimiento de las economías campesinas, indígenas y populares. En este bello encuentro nos acompañamos campesinos, indígenas, afrodescendientes y diferentes expresiones organizativas sociales y populares, tales como la Mesa Ambiental de Jericó, el Comité de Concertación de Pueblorrico, el Movimiento Ríos Vivos, el Movimiento Agrodescendientes, el Congreso de los Pueblos, la Corporación la Ceiba, la Corporación Cier, la Corporación Coredi, los Jóvenes por la Defensa del Territorio Jódete, la Escuela de Comunicación Ciudad Comuna de Medellín, Confiar Cooperativa Financiera y su Fundación Confiar, la Corporación Mundo Eco de Andes, la Corporación Hamm, la Corporación Valle del Paraíso de Valparaíso, la Mesa Interbarrial de Desconectados de Medellín, la Mesa Ambiental los Farallones de Ciudad Bolívar, el Proyecto Manada Libre, el Comité por la Defensa Ambiental del Territorio Codeate de Támesis, Agrosolidaria, el Colectivo de Trabajo Pachakuti, la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra – Red Agroecológica Nacional ACVC-RAN, la Revista Kabái de la Universidad Nacional sede Medellín, el Resguardo Indígena Bernandino Panchí de Támesis, la Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño Cahucopana, el Resguardo Indígena Karmata Rua de Cristianía, la Corporación Centro Taller Recreo, la Alianza de Medios Alternativos Ama, el Movimiento Social y Político Marcha Patriótica, la Red de Acción Frente al Extractivismo Rafe, la Corporación Censat Agua Viva, la Asociación Agropecuaria de Productores Asap Caramanta, las Escuelas Campesinas Agroecológicas del Valle y Risaralda, el Circuito Económico Solidario de Támesis Cesta y el Cinturón Occidental Ambiental Coa.

 

Con todos ellos realizamos un ejercicio de reconocimiento de los Circuitos de Economía Solidaria en las zonas rurales con el propósito de promover la agroecología, construir mercados regionales en resistencia económica, consolidar la organización para el mercado alternativo y el consumo responsable, la incidencia política, la movilización y la defensa de las semillas y la biodiversidad; en resumen para fortalecer los distintos procesos organizativos de resistencia del campesinado y permanencia en el territorio colombiano y principalmente en el Suroeste de Antioquia.

 

Estuvimos cuatro días, del 13 al 16 de noviembre, aprendiendo del hermoso ejercicio de resistencia económica que está realizando El Circuito Económico Solidario de Támesis Cesta, compartiendo la palabra, el saber, el hacer, la experiencia y el ejemplo de dignidad, de persistencia y de construcción colectiva. Junto con Cesta tuvimos también otros ejemplos de lucha y resistencia del suroeste y de distintas zonas del país.

 

Aprendimos y nos enriquecimos desde la práctica y el hacer con los convites, columna vertebral del proceso que lleva Cesta, en la cual se vive la integración y la relación con los demás, siendo fundamental para avanzar en las transformaciones que el campesinado y el pueblo colombiano requiere, sabiendo además que el trabajo mancomunado ayuda a aprender lo valioso del que hacer de cada campesino o unidad productiva familiar y de la importancia vital que tiene este sector en la economía del país.

 

En esta lógica del circuito de economía solidaria el proceso se organiza de forma que la autonomía es eje fundamental para el ejercicio de economías propias y en resistencia. En ese sentido para depender sólo de las ganas y la voluntad para trabajar en equipo, para sacar de la lista de presupuesto los insumo químicos contaminantes, los intermediarios en el ciclo económico y algunos paquetes tecnológicos que ofrece el mercado, planteamos un circuito compuesto por todos los eslabones de un ciclo económico, de producción, transformación, comercialización y consumo. Pero no es un sistema convencional basado en la individualidad y el egoísmo, por el contrario se fundamenta en principios de solidaridad y reciprocidad que además de fortalecer la economía local, insista en la permanencia en el campo y vele por la conservación de la cultura campesina, se configura también como propuesta organizativa de resistencia al modelo neoliberal-extractivo que amenaza la paz en nuestros territorios y que nos obliga a ser parte en la disputa por los bienes naturales.

 

El circuito se fundamenta en principios de agroecología, siendo consecuentes con las iniciativas de protección y defensa de la naturaleza. Por eso cada unidad productiva asume el reto y el compromiso de respetar las dinámicas naturales y aprovechar los servicios ambientales que ésta brinda para dejar de depender de las ofertas tradicionales del agro en Colombia que cada vez más son orientadas a la producción y acumulación de capital que significa la reducción de la producción y soberanía alimentaria del pueblo colombiano. Ya que conocemos cuales son las formas con las que el Estado quiere someter a las comunidades rurales, volviéndonos dependientes de economías foráneas vía tratados de libre comercio, se hace un llamado a los campesinos, indígenas afrodescendientes y sectores populares para que los productos generados por el común, sean consumidos por el común. La apuesta es por un consumo responsable y consciente ya que, si bien la organización de las unidades productivas con sus saberes y acciones puestas al servicio del Pueblo, por él y para él, son una expresión de la resistencia contra los monopolios, es necesario que seamos nosotros mismos quienes las apoyemos desde abajo.

 

El llamado a la unidad es también un llamado al acompañamiento reivindicativo del consumo de lo propio, pues este apoyo es el apoyo a familias y compañeros en lucha y organización.

 

Los procesos de circuito económico solidario nos permitieron evidenciar que la calidad de los productos, la confianza del comprador y los lazos entre productores no requieren una certificación corporativizada y/o avalada por parte de organismos de Estado y gobierno, ni la figura institucional de personería jurídica que no son más que aparatos de control y persecución a los pueblos que con esfuerzo han cultivado y transformado sus productos. Así pues el mayor reconocimiento y la forma de legitimar lo nuestro será recibir y apoyar las buenas acciones del pueblo para la unidad de nuestra resistencia económica y solidaria en contra de un mercado rapaz, saqueador, extractivista, contaminante y neoliberal.

 

La articulación y la construcción de un mercado regional propio, indígena, campesino y popular es un reto con los obstáculos, trampas y leyes que impone el Estado y las multinacionales, por eso hemos realizado una discusión amplia y profunda sobre los mecanismo de despojo del modelo neoliberal que nos quieren imponer, al igual que sobre nuestro papel como sociedad civil organizada en los diálogos de paz y su incidencia en el campesinado y las zonas rurales del país.

 

Se ha puesto en cuestión el hecho de que la firma de acuerdos entre gobierno e insurgencia sea el cese de la conflictividad social. La paz debe involucrar muchos otros componentes como el respeto integral de los derechos humanos, las garantías de no repetición hacia las víctimas, un cambio del modelo económico neoliberal y en estructuras sociales tan importantes como el modelo educativo que no corresponde a las realidades de las comunidades tanto urbanas como rurales. Además los grandes medios de comunicación manipulan y maquillan los acontecimientos y naturalizan la injusticia social despojándonos de herramientas críticas de reflexión.

 

Por tanto nos preguntamos si en una situación de pos-acuerdos la arremetida neoliberal se hará más intensa en pos del modelo extractivista que amenaza los territorios y con ello las posibilidades de vida digna de campesinos indígenas afro descendientes y comunidades populares urbanas. Por ello se hace necesaria una articulación más intensiva de las organizaciones sociales y especialmente populares que permitan articularnos en la generación de autonomía tanto económica, como políticamente y la organización social en defensa de los territorios.

 

Una vez más en las calles de Támesis desarrollamos nuestra alegre movilización con todos aquellos que nos oponemos de manera activa al despojo planteado por el Estado y las transnacionales mineras. Allí marchamos, brincamos, gritamos y cantamos por el agua, la tierra y el aire en contra del capitalismo y su lógica extractivista basada en la miseria de nuestros territorios. Con nuestras apuestas de comercialización popular en toldos y carpas dimos nuestros mensajes y nuestras razones; intercambiamos y vendimos los frutos del trabajo de las organizaciones, semillas e ideas, demostrando como trascender de discursos abstractos de unidad y lucha a través de prácticas que conectan lo que decimos con lo que hacemos. Confirmamos una vez más nuestro potencial movilizador y los niveles de impacto que nuestra lucha ha venido surtiendo, por la validez y suficiencia de las razones que nos acuden cuando decimos NO al modelo actual de “desarrollo” que en nada tiene que ver con los intereses del pueblo.

 

Por todo esto, como resultado de la construcción colectiva, planteamos las siguientes propuestas:

 

1. Requerimos una educación en relación con las problemáticas y propuestas sociales, por ello se propone crear escuelas regionales de formación agroecológica que posibilite el hacer intercambios de saberes y conservación de nuestras culturas. Se propone una universidad popular que dé respuesta a las necesidades planteadas en el encuentro y además de ello se plantea que es necesario que se integren a los niños en las propuestas de formación.

 

2. Medios alternativos de comunicación: fortalecimiento de la Cumbre Agraria Antioquia a través de un comité de comunicaciones que se desdoble en las diferentes subregiones del departamento, con formación en telecomunicaciones y redes que permitan hacer seguimiento a los pactos acordados entre las organizaciones y apropiación de los medios alternativos que existen.

 

3. Organización y participación política: Acoger el componente de participación política juvenil e infantil. Se plantearon propuestas a través de cine-foros, poesías y demás expresiones artísticas como apuesta cultural. La creación de grupos juveniles regionales para incidir en el territorio.

 

4. Fortalecimiento de estrategias organizativas: Fortalecer el nivel organizativo, articular las diferentes formas de resistencia campesina, indígena y urbana popular. Visibilizar los graves problemas de los territorios. Involucrarse en audiencias públicas y otros mecanismos jurídicos para la lucha organizativa y sus posibilidades de incidencia en los planes de desarrollo.

 

5. Hacer diagnósticos locales y veredales para la planeación de siembras y procesos productivos y a partir de esto, hacer un catálogo para facilitar la comercialización y fortalecer estrategias de comercialización autogestionada y popular.

 

6. Aprovechar los procesos de huertas urbanos para desde allí ampliar la interacción campo-ciudad.

 

7. Continuar la articulación a las plataformas nacionales en pro de la defensa del territorio.

 

Agradecemos a todos por su participación en el II Encuentro Regional de Economía Indígenas y Campesinas y continuamos en nuestra convicción de que sólo desde la organización, la movilización y la lucha podremos construir el acuerdo necesario para la transformación social deseada.

 

Somos territorio sagrado para la vida, que quiere agua tierra y autonomía por eso decimos no a la minería.

 

Sí vamos a marchar para defender el agua, la tierra y la hermandad. Agua sí, oro no

 

Las semillas son la vida, las patentes son la muerte.

 

16 de noviembre de 2015
Támesis, Antioquia

 

Fuente: Prensa Rural

Temas: Agricultura campesina y prácticas tradicionales, Derechos de propiedad intelectual, Semillas