Colombia: Todas las formas de la guerra destruyen la naturaleza - Comunicado Público de CENSAT Agua Viva

Idioma Español
País Colombia

"Llamamos a parar la guerra, que es una agresión contra la vida misma de los territorios y las poblaciones campesinas, barequeras, pescadores artesanales, étnicas y tradicionales; exigimos la declaración de un cese bilateral del fuego y respeto por la voluntad popular que se expresa en la movilización pacífica, legal y constitucional, para la defensa del territorio."

2 de julio de 2015

 

CENSAT Agua Viva manifiesta su profunda preocupación por el amplio deterioro ambiental que se evidencia en Colombia, y que, entre los deslaves por las fuertes lluvias en el oriente de Colombia y la sequía que no da tregua en la costa Caribe, nos alertan sobre las mayores complejidades que se avecinan para el ambiente colombiano. Rechazamos un contexto en donde se agudizan los ataques y las acciones de guerra contra la naturaleza por parte de diferentes actores armados, y denunciamos el embate de un modelo de desarrollo que sigue agrediendo a la población civil.

 

Condemanos los derrames de petróleo atribuidos a las FARC en el municipio de Tumaco, que contaminan las aguas, las selvas y los suelos y conllevan en particular una grave situación para las comunidades de la región y, en general, para ecosistemas esenciales del país.

 

Asimismo, llamamos la atención y rechazamos la continuación de las estrategias de una guerra de baja intensidad del gobierno de Juan Manuel Santos, favorables a la imposición del modelo minero – energético y para el beneplácito de las empresas privadas y trasnacionales, que se convierten en contundentes ataques a la población civil, a sus organizaciones y territorios, al tiempo que, contradictoriamente, se difunde ampliamente por parte del ejecutivo hacia la opinión pública un discurso de paz.

 

Desde dichas estrategias de guerra disfrazada de desarrollo, durante los últimos días se han escalado una serie de acontecimientos en diversas regiones, que tienen graves repercusiones socio – ambientales:

 

En el municipio de Valparaíso, en Caquetá, fueron desalojadas las comunidades campesinas que se encontraban en manifestación pacífica por los conflictos socio ambientales ocasionados por la implementación del proyecto petrolero Bloque El Nogal concesionado a la empresa Emerald Energy. La incursión del Escuadrón Móvil Antidisturbios -ESMAD- dejó como resultado tres heridos y dos personas detenidas.

 

En el Departamento del Huila se se autorizó el llenado de la represa El Quimbo sin el cumplimiento de las obligaciones económicas, sociales, ambientales y culturales establecidas en la Licencia Ambiental; entre ellas, la restitución de 5.300 hectáreas en producción; los reasentamientos sin las condiciones establecidas tales como la legalización de los Planes de Ordenamiento Territorial, con proyectos productivos con garantías de comercialización; distritos de riego; agua potable; el desacato de la Sentencia T-135 de la Corte Constitucional que ordenó un nuevo censo de afectados; los planes de reforestación y revegetalización, conservación del patrimonio arqueológico, entre otros, según informó la Asociación de Afectados por este proyecto, ASOQUIMBO.

 

En el municipio de Tasco, Boyacá, la comunidad se mantiene en movilización por la defensa de las aguas, ya que, en contra de la voluntad popular, la empresa minera Minas Paz del Río -Votorantim- pretende reabrir la mina de hierro El Banco, en la zona de amortiguamiento del Páramo de Pisba y en donde antes fueron destruidos más de 20 nacederos de agua.

 

Ante estos acontecimientos y situaciones de riesgo para los territorios y las comunidades que históricamente los han construido, exigimos:

 

- Se investigue la responsabilidad de la fuerza pública por las heridas causadas a las personas que se encontraban ejerciendo su legítimo derecho a la protesta pacífica. Ademas se tengan en cuenta las demandas presentadas por la mesa de concertación y diálogo manifiestas en su comunicado del 28 de junio frente al proyecto petrolero El Nogal.

 

- Se suspenda el llenado de la represa del Quimbo, respetando las definiciones judiciales y hasta tanto no se cumpla con las compensaciones sociales y ambientales estipuladas en la licencia ambiental, sentencia T 135,- que no han sido realizadas por la multinacional EMGESA.

 

- Se detengan los planes de explotación de hierro y carbón en Tasco, y se garantice la protección especial de los ecosistemas que regulan el ciclo del agua como el territorio del Páramo de Pisba y circundantes, respetando la voluntad campesina.

 

Como lo manifestamos en días pasados, llamamos a parar la guerra, que es una agresión contra la vida misma de los territorios y las poblaciones campesinas, barequeras, pescadores artesanales, étnicas y tradicionales; exigimos la declaración de un cese bilateral del fuego y respeto por la voluntad popular que se expresa en la movilización pacífica, legal y constitucional, para la defensa del territorio.

 

¡Que cese la guerra, que se respete la vida!

 

Foto: Rebelión

 

Fuente: CENSAT

Temas: Extractivismo, Geopolítica y militarismo

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