Ecuador: ¿por qué nos oponemos a los megaproyectos mineros?

Nos oponemos, porque la minería transnacional en un país dominado significa: saqueo de materias primas y explotación de mano de obra barata, a la vez que condiciona a la dependencia y a la pobreza a los mayoría de seres humanos de dichas naciones...

Ecuador: ¿por qué nos oponemos a los megaproyectos mineros?

1.- Nos oponemos, porque la minería transnacional en un país dominado significa: saqueo de materias primas y explotación de mano de obra barata, a la vez que condiciona a la dependencia y a la pobreza a los mayoría de seres humanos de dichas naciones. Para el capitalismo, el control de los recursos naturales como recursos estratégicos es vital para sostener el sistema productivo que ha creado. Es un sistema basado en la ganancia particular y no en la necesidad de la colectividad, lo que provoca una feroz competencia de los grupos de poder, y una presión mayor de explotación de la naturaleza, por eso las transnacionales mineras y petroleras llegan a nuestras comunidades llenas de ambición para llevarse nuestros recursos. Las corporaciones mineras llegan con el cuento que las inversiones y los proyectos mineros darán un despegue económico a las comunidades locales, pero ese cuento ya lo tren desde hace siglos, y tales "inversiones" en vez de traer la anunciada bonanza, lo único que han dejado es colonialismo y miseria, también contaminación y desastres ambientales irreversibles. Las corporaciones mineras son parte de la cadena de saqueo y explotación internacional, y culpables del atraso económico, social, cultural de nuestros pueblos.

La "minería sustentable" es el más asqueroso engaño, un protervo invento de las corporaciones imperialistas por tratar de tapar la gravísima crisis ecológica cuyos responsables son ellos y su sistema productivo capitalista-imperialista. La industria minera imperialista nunca responde a las necesidades básicas de los pueblos, su lógica es la ganancia y los intereses particulares, sus proyectos y su tecnologías responden a la anarquía del mercado capitalista, al irracional consumismo, su punto es como producir más ganancias, aunque su realización tenga que matar a los ecosistemas y a las propia comunidades locales, a ellos nos les interesas salvar a la gente peor a la naturaleza. Por eso, en los países dominados como el nuestro, donde las corporaciones, como las mineras, han clavado su diente, la miseria y la pobreza es el destino inevitable. Si bien los países llamados del "tercer mundo" poseen tanta riqueza mineral, y en algunos casos se explotan ya por siglos, por ejemplo Bolivia, donde desde la época colonial ha sido convertido en cantera minera, esto solo ha significado mayor pobreza, digamos extrema pobreza y dependencia. Chile, con medio siglo producir y exportar cobre (máximo productor de cobre mundial) sigue siendo un país del tercer mundo. De Perú ni hablar, es un país gobernado por la agenda de las corporaciones mineras, las cuales, han colocado gobiernos títeres, como los genocidas Fujimori y García que han sido perros guardianes de las transnacionales, sin embargo, el pueblo peruano, con sus minas de oro, plata, cobre, etc., tienen que vivir marcado por la corrupción, contaminación y miseria . En África, donde miles de seres humanos mueren de hambre, y donde, el principal interés del dominio geopolítico de los países imperialista ha sido, procurar esquilmar al máximo la riqueza mineral de esos pueblos, los resultados están a la vista: guerras fraticidas, contaminación, invasión y muerte para los millones de pobres del continente africano, en cambio, dominación, riqueza, abundancia para una minoría malvada de burgueses y países ricos.

2.- Nos oponemos, porque el querer convertir al Ecuador en país minero es someternos una vez más a la política extractivista de materias primas para la exportación, la cual responde a las demandas del mercado y a lo lógica de mayor acumulación del capital internacional y de profundización de la dependencia y control social y político, a la vez que los estados imperialistas se aseguran una nueva garantía para el pago de la deuda externa. La experiencia de la actividad petrolera muestra con creces el brutal saqueo y las consecuencias socio-ambientales que los hermanos nororientales tienen que sufrir, mientras que las transnacionales petroleras se llevan alrededor del 80% de las ganancias en este negocio que para ellos es redondo. Depender de uno o unos cuantos productos de exportación dentro de la lógica capitalista mundial significa ponernos la soga al cuello, y enterrar las posibilidades de un desarrollo sostenido, con una producción diversificada y un avance tecnológico de acuerdo a las propias necesidades sociales y ambientales que cubran las demandas de las mayorías populares. La historia del monocultivo de exportación como el café, cacao, banano es otro ejemplo de imposición imperialista donde los beneficiarios han sido los ricachos nacionales y extranjeros, el camino extractivista de la minería es otro negocio millonario en que ya sueñan los explotadores, para colmo apoyados por los organismo de desarrollo internacional como el FMI, el BID y Banco Mundial cuya finalidad dizque es luchar contra la pobreza.

3.- Nos oponemos, porque el sistema político y jurídico actual esta hecho a la medida de las transnacionales y sus socios nacionales, y de ninguna manera son garantía para precautelar los derechos y la soberanía del pueblo ecuatoriano. Con la "nueva" carta constitucional se cumplió un viejo truco de los explotadores –muy usado en nuestros países-, donde, cada vez que su sistema político entra en una grave crisis de representabilidad, inmediatamente recurren a la medicina salvadora de llamar a una "asamblea constituyente" y hacer nueva constitución, con esto fabrican una nueva máscara y le dan "salida" a esa crisis política y jurídica, lo que hacen es reestructurar el Estado burgués para continuar con la dominación. Esta nueva máscara ha llegado bajo el nombre de "revolución ciudadana". Con este truco de la "nueva" constitución, se han creado también, las típicas ilusiones reformistas que los explotadores están llamando "grandes avances", con lo que han complacido autollamados "izquierdazos", estos "grandes avances" incluye el "ecologismo infantil" concretado en una serie de artículos de ley que les tienen a orinar de alegría a las ongs que viven del negocio de la "lucha ambiental" y de la "lucha por los DDHH".

Pero, ¿cual es la cruda verdad? Resulta, que este nuevo marco jurídico, que incluyen los "grandes avances" está abriendo las puertas de par en par para dar la bienvenida al imperialismo minero, justo lo que necesitaban las transnacionales, como complemento la nueva ley minera será la puñalada final que legalizará la invasión y el saqueo en perjuicio del pueblo ecuatoriano. El Estado ha dado todas las ventajas a los grupos de poder extranjero y nacional para conseguir millonarias ganancias en base a nuestros recursos naturales, ha entregado a las corporaciones mineras miles de hectáreas en concesión y casi gratis (1 dólar por hectárea) para operaciones mineras, incluso en algunas provincias como Zamora se ha concesionado la totalidad de su extensión física, el nuevo marco jurídico garantiza el negocio de las transnacionales mineras. Incluso, todo fue diseñado, para no afectar en nada los intereses de las mineras, la mismas leyes que se pretenden aprobar, están imposibilitadas de intervenir en las ya otorgadas concesiones, la ley no puede ser aplicada retroactivamente, por eso las transnacionales como Iamgold, Corriente Resources-Ecsa, IMC, Kinroos-Aurelian están en su fiesta, apoyan dedicadamente el nuevo proyecto de ley minera y apuntalan decididamente al gobierno vendepatria de Correa, pues sus títulos mineros están plenamente vigentes.

Las Fuerzas Armadas, parte esencial del Estado, han estado muy comprometidas en actividades mineras en contubernio con las transnacionales, como Goldmarca, TVX; con razón se han constituido en guardianas celosas de los intereses mineros transnacionales, y a vez entendemos la brutal represión que provocaron contra los pueblos de Gualaquiza y Pangui diciembre del 2006.

4.- Nos oponemos, porque el marco institucional que evaluará y controlará la actividad minera será otro tongo burocrático permeable y al servicio de las transnacionales y ricachos locales, de hecho el estado y sus instituciones de control ni siquiera han podido aplicar el llamado Mandato Minero. Lo que se hará es crear nueva burocracia para servir a la mineras, y los llamados controles o mecanismos de control ambiental serán puro parapeto tecnocrático y el caldo de cultivo para la corrupción. El ministerio de Minas y Petróleos y el de El Ambiente, serán caras de una misma moneda, actuaran en protección de los intereses de los poder del negocio minero internacional y en contra del pueblo como ya lo han venido haciendo todo un siempre. El "gran avance" es que los estudios de impacto ambiental estarán a cargo del ministerio de El Ambiente, vociferan chifladamente los "comisionados" del congresillo que están imponiendo la nueva ley minera, ¿acaso las mineras se oponen a eso?, ¡claro que no!, como tampoco se oponen a que haya que "sacar permisos" de la secretaria del Agua, peor aun, cuando las transnacionales y vendepatrias saben que en dichos organismos estarán las mismas sabandijas que actuarán como sus recaderos, por ejemplo, el actual director de la Secretaría del Agua es el mismo Jorge Jurado, que fue Subsecretario del Minas, un conocido personaje que con su "fundación ecológica" participó activamente del proyecto imperialistas Minerales, Minería y Desarrollo Sustentable MMDS, cuyo financiamiento vino de la corporaciones mineras, entre ellas la Newmont, este proyecto fue para posesionar la llamada "minería sustentable".

5.- Nos oponemos, porque la decisión sobre los proyectos son tomadas por los interesados del negocio minero, la misma constitución que se acaba de aprobar niega tajantemente la participación del pueblo en las decisiones, el Art. 398 sólo da "derecho" de "información" y "consulta" sobre tal o cual proyecto, la decisión de oposición del pueblo no es vinculante, el pueblo es considerado como un "tonto" al que hay que informarle y aunque se oponga no hay que hacerle caso, solo se hará un "consulta" como quien se dice para que no jodan, quien decidirá será la ley minera y el ministerio de Minas y Petróleos, y como el Estado Burgués ecuatoriano, sus ministerios y su ley están sometidos al imperialismo, en última instancia, quien verdaderamente decide, son las transnacionales mineras, esto pasó y está pasando en Ecuador.

El estado y el gobierno de turno gastan millones en manipular las conciencias y dar informaciones falsas sobre el supuesto desarrollo que dejaría la industria minera. Pese a la envergadura de los proyectos y sus impactos, el Estado no ha gastado ni una sola hoja volante para informar al pueblo el verdadero significado de estos proyectos, ¿por qué el ministerio del Ambiente, el de Salud o cualquier otro, no han dicho nada sobre las graves consecuencias sociales y ambientales que provoca la minería a gran escala?, porque tanta farsa. Mas bien, la actitud sesgada del gobierno, ha hecho que el ciudadano Correa sea el promotor número uno de lo megaproyectos mineros, esta política servil a favorecido y se ha encadenado a la millonaria campaña que hacen las transnacionales mineras para comprar conciencias y ganarse una opinión favorable a sus proyectos. Es un circulo vicioso entre el imperialismo y un Estado dominado a su servicio: crear pobreza y aprovecharse de ella a través de míseros regalos y discursos de "apoyo al desarrollo" para permitir el visto bueno a los proyectos.

6.- Nos oponemos, porque consideramos: que este tipo de actividad, no es sustentable al explotar recursos naturales no renovables. Como una de las actividades industriales más contaminantes a la integridad de los ecosistemas. Pone en peligro la disponibilidad y la calidad del agua. Contamina el aire y la tierra.

Como una actividad de enorme conflictividad y violencia social que ha llevado incluso a guerras y horrorosos crímenes en muchos países del mundo. Esta realidad se ha confirmado en nuestro propio país, en donde, las empresas transnacionales han sido las causantes de crear un clima de alta violencia social en todos los lugares donde se llevan adelante los proyectos. Muchos dirigentes y personas que se oponen a la actividad de estas empresas están siendo perseguidos y acosados judicial y extrajudicialmente, la resistencia de las comunidades y organizaciones populares es criminalizada con afán de deslegitimar su verdadero carácter y objetivos.

Por eso, las compañías que desarrollan la minería a gran escala, se han constituido en una grave amenaza a los Derechos Fundamentales que han adquirido las personas y comunidades y que están reconocidos en los mismos sistemas jurídicos. Algunos de estos Derechos tienen que ver con el respeto a la integridad física, al derecho de calidad de vida, a la salud y la alimentación sana, al derecho a vivir en un ambiente sano y libre de contaminación; el derecho a tomar decisiones (en el nuestro ya no hay), el respeto de acuerdos y convenios internacionales sobre los pueblos originarios y campesinos, el respeto al derecho de la cultura, el derecho a no ser desalojados, el derecho de precaución ante peligro inminente. Todos estos derechos humanos han sido violados sistemáticamente por las empresas mineras en su ambición de enriquecimiento.

Ante toda esta injusticia, el pueblo conciente, las organizaciones y comunidades afectadas por los megaproyectos han levantado una lucha consecuente para parar estos proyectos de muerte y resistir por la vida, la dignidad y la soberanía.

¡POR UNA LINEA DE CLASE EN EL CAMPO,UNIDAD Y LUCHA CAMPESINA!

¡LUCHAR CONTRA EL OPORTUNISMO Y LA POLITIQUERIA!

¡FUERA MINERAS TRANSNACIONALES!

¡ABAJO EL GOBIERNO VENDEPATRIA!

COORDINADORA CAMPESINA POPULAR CCP DE MORONA SANTIAGO

Temas: Minería

Comentarios

05/01/2009
Por fin, por Medelius
Bravo!!!
Por fin encuentro un artículo realista, valeroso, clasista, que pone los puntos sobre las íes. Esto, entre tantas voces genuflexas y medrosas.
Esta actitud valerosa, y con agallas, es parte de lo que se necesita frente a la catástrofe ambientalista.