El comercio de servicios ecosistémicos: cuando el "pago por servicios ambientales" se convierte en un permiso para destruir

Por WRM
Idioma Español

"Esta nueva publicación examina el concepto de “Pago por servicios ambientales” tal como se presenta actualmente; estudia las afirmaciones de quienes argumentan que la única manera de salvar a la naturaleza es ponerle precio; muestra cuáles son algunos de los actores y qué los motiva para interesarse en el PSA."

Nos complace anunciar el lanzamiento de una nueva publicación “El comercio de servicios ecosistémicos: cuando el “pago por servicios ambientales” se convierte en un permiso para destruir”

 

El Pago y comercio por servicios ambientales es una tendencia promovida por el sector financiero, la banca multilateral, organizaciones conservacionistas, gobiernos y otras instituciones, bajo el falso argumento de que calculando el valor monetario (o precio) de las funciones naturales tales como la purificación del agua, el almacenamiento de carbono en la vegetación y los suelos, la belleza escénica o la diversidad biológica de un lugar, va a contribuir de alguna manera a conservar la Naturaleza. Esta nueva arremetida del capital busca hacer visible para los mercados financieros nuevos aspectos de la Naturaleza aun no dominados por el capital.

 

Esta nueva publicación examina el concepto de “Pago por servicios ambientales” tal como se presenta actualmente; estudia las afirmaciones de quienes argumentan que la única manera de salvar a la naturaleza es ponerle precio; muestra cuáles son algunos de los actores y qué los motiva para interesarse en el PSA. Pero por sobre todo, este documento de información contribuye a documentar cómo la tendencia actual del PSA está funcionando en la práctica, en los territorios de los que dependen las comunidades del bosque para subsistir y mantener su estilo de vida.

El porqué de un documento de información sobre el PSA o pago por “servicios ambientales”

 

Agencias de la ONU, industrias, economistas, un número creciente de consultoras y ONG conservacionistas repiten, cada vez con mayor urgencia, que funciones tales como la filtración de agua que cumplen los bosques y suelos, el almacenamiento de carbono en los suelos y la vegetación, la biodiversidad, la polinización de los cultivos que realizan las abejas, etc., son de crucial importancia para la humanidad y, por consiguiente, deben ser conservadas. Lo que proponen para lograrlo parte de la creencia de que la única forma de lograr que la naturaleza sea valorada y protegida es volver visible, en términos económicos, el valor de las funciones que cumple gratuitamente. Afirman que cuando los mercados de capital, los políticos y las corporaciones vean el enorme valor económico de lo que llaman “servicios ecosistémicos”, será más fácil exigirles que protejan a la naturaleza. Hay quienes proponen también que ese valor económico que, aparentemente, no ha sido percibido por los gobiernos, las transnacionales y el capital financiero, se utilice para financiar la protección de la naturaleza, pagando por dichos “servicios ambientales” (PSA). Siguiendo esa lógica, todo lo que se necesita para que cese la destrucción ambiental es una naturaleza que pueda ser vista por el capital.

 

Sin embargo, otra manera de considerar el pago por “servicios ambientales” es considerar que forma parte de un proceso por el cual el capital financiero dominará aún más sobre el uso de la naturaleza y sobre quién controla el acceso a los territorios; a este proceso se le llama financierización de la naturaleza. Desde este punto de vista, lejos de disminuir la destrucción, la naturaleza percibida por el capital se convierte en parte integrante del mantenimiento de un sistema económico que necesita destruirla para sobrevivir. Para ello, se empieza por reducirla a unidades de “servicios ecosistémicos”, y éstos se convierten a su vez en nuevos elementos que los mercados de capital pueden comercializar.

 

Este documento parte de publicaciones previas del WRM sobre el tema de La financierización de la naturaleza y el pago por servicios ambientales: los números 1751 (febrero de 2012) y 1812 (agosto de 2012) del boletín del WRM. En dichas publicaciones se describe la historia del término “servicios ambientales” y se explican algunos términos financieros tales como “activos” y “derivados”. También se describe el papel y el contenido de algunos estudios a menudo citados por los promotores del pago por “servicios ambientales”, como la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM) y la Economía de los Ecosistemas y la Biodiversidad (TEEB). Estos dos estudios fueron esenciales para hacer avanzar el concepto de PSA en los últimos años, y contribuyeron a abrirle un espacio político internacional. Desde que el WRM publicó esos dos boletines han surgido numerosas tendencias e iniciativas nuevas, y el PSA ha ido adoptando una forma más visible: los gobiernos comenzaron a recopilar métodos para “contabilizar el capital natural”; Brasil ha cambiado su Código Forestal para dar cabida a los “créditos por restauración de bosques”; la Comisión Europea, el Reino Unido y otros varios países europeos están discutiendo cambios en sus leyes ambientales para crear un comercio de créditos de compensación de biodiversidad; el Estado brasileño de Acre ha aprobado una ley llamada “Sistema de incentivos por servicios ambientales” (SISA) y, con la ayuda financiera del gobierno alemán, está creando instituciones, reglamentos y comisiones para aplicar dicha ley, comenzando por la infraestructura necesaria para comercializar la capacidad de los bosques de almacenar carbono – el Programa ISA-Carbono. En otras palabras, gobiernos, corporaciones y el sector financiero – ninguno de los cuales se hizo famoso hasta ahora como defensor de la naturaleza – se están interesando cada vez más en el PSA.

Esto nos hizo pensar que había llegado el momento de retomar el tema y de examinar el concepto de “Pago por servicios ambientales” tal como se presenta ahora; de estudiar algunas afirmaciones de quienes argumentan que la única manera de salvar a la naturaleza es ponerle precio; de mostrar cuáles son algunos de los actores y qué los motiva para interesarse en el PSA. Por sobre todo, este documento de información contribuye a documentar cómo esta nueva versión del PSA está funcionando en la práctica, en los territorios de los que dependen las comunidades del bosque para subsistir y mantener su estilo de vida.

 

La versión en español puede ser accedida: AQUÍ

 

También se encuentra disponible en inglés, francés y portugués.

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Temas: Economía verde

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