El nuevo campesinado: Una vía para la soberanía alimentaria

"El nuevo campesinado es parte de un proceso social que está surgiendo, con nuevas teorías y prácticas en la agricultura, proviniendo de dos corrientes complementarias, por una parte tenemos al campesino tradicional que se adapta a las nuevas formas de producción y los no campesinos, que se adhieren a esta masa creando una nueva forma de agricultura, en donde sus ideales y contexto social hacen una pauta para diferir de lo convencional, generando un nuevo tipo de consumo, en donde el usuario de estos productos tiene el conocimiento sobre de dónde vienen y cómo se producen sus alimentos".

Por Cabrera Galindo Silvia, Chipahua Beristain Guillermo Osvaldo y Hernández Hernández Brígida.

En el presente texto se pretende dar algunos aspectos sobre el nuevo campesinado y su aporte a la soberanía alimentaria, partiendo de nuestra definición de soberanía alimentaria.

Soberanía alimentaria: es el derecho a la libertad de elegir nuestras formas de alimentación, organización y producción de alimentos, y poder hacer una revalorización del conocimiento y uso de nuestros recursos naturales, para así generar la apropiación de un paisaje culinario y agroalimentario, retomando y combinando los saberes tradicionales de nuestros pueblos con los conocimientos actuales, en donde se garanticen relaciones de solidaridad y reciprocidad en los ámbitos sociales, económicos, políticos, ambientales y culturales, la cual debe realizarse a través de una construcción social y cultural.

El nuevo campesinado.

Para entender el nuevo campesinado es necesario comprender a los agentes que interactúan en este proceso social, es decir a los campesinos, iremos desglosando las definiciones de campesino para regresar a lo que es el nuevo campesinado como conjunto.

Partiremos de la definición del campesino tradicional; este concepto nos dice que es aquella persona de un medio rural o semiurbano que practica la agricultura con conocimientos tradicionales, el cual generalmente no vende su mano de obra, sino el fruto de ella y de la tierra.

Un campesino es aquella persona que trabaja las tierras, teniendo por objetivo asegurar, de ciclo en ciclo, la reproducción de sus condiciones de vida y de trabajo, es decir, la reproducción de los productores y de la misma unidad de producción, la explotación debe generar los medios necesarios para asegurar el sostenimiento biológico de los integrantes de la familia y la satisfacción de las otras necesidades, cultural e históricamente determinadas, como así también debe proveer de los medios para reponer los bienes consumidos en la realización del ciclo productivo. (A. Chayanov 1985)

El campesino busca la reproducción del modo de vida que tiene, así como busca asegurar el mantenimiento de su familia, los niveles de explotación que desempeñe será en función de las necesidades que él tenga, el mantenimiento de su economía campesina es el modelo del antiguo y nuevo campesinado.

Entonces, ¿es acaso una nueva línea a la productividad agrícola, o quizás una nueva ideología del nuevo campesinado?

En nuestra interpretación se entiende que el nuevo campesinado es parte de un proceso social que está surgiendo, con nuevas teorías y prácticas en la agricultura, proviniendo de dos corrientes complementarias, por una parte tenemos al campesino tradicional que se adapta a las nuevas formas de producción y los no campesinos, que se adhieren a esta masa creando una nueva forma de agricultura, en donde sus ideales y contexto social hacen una pauta para diferir de lo convencional, generando un nuevo tipo de consumo, en donde el usuario de estos productos tiene el conocimiento sobre de dónde vienen y cómo se producen sus alimentos.

Los nuevos campesinos están arraigados a la localidad, creen en la diversificación, promueven prácticas respetuosas con el medio ambiente, cooperan para avanzar en su causa común, introducen tecnologías apropiadas y de escala humana, luchan por su propia autonomía, tienen en cuenta las generaciones futuras y tratan de reducir la intensificación respecto a las prácticas agrícolas convencionales. Este Nuevo Campesinado, formado tanto por agricultores tradicionales como por nuevos, está dibujando el futuro de una renovada agricultura.

¿Por qué definir al campesino clásico? es para diferenciar a cada uno y analizar la transición del campesino clásico al nuevo campesinado y de los adheridos a este nuevo modelo, que es producto de un fenómeno social, económico, político y cultural. Al paso de los años no hay modelo que pueda permanecer estático, todos sufren cambios de manera drástica o más pausada y es aquí donde hoy nos situamos en la transición al nuevo campesinado.

Este nuevo campesinado está creando el camino y las pautas hacia una verdadera soberanía alimentaria, está renovando la agricultura y proponiendo el futuro de las nuevas políticas públicas agroalimentarias.

Este nuevo enfoque ha permitido el surgimiento de nuevas formas de organización, colaboración y cooperación en cuanto a la tierra, el trabajo, los recursos económicos y el capital humano; ha ofrecido soluciones a la crisis alimentaria del mundo y a la necesidad de lograr la soberanía y seguridad alimentaria en cada país. El nuevo paradigma ha construido y practicado los principios de la multifuncionalidad de la agricultura, de las teorías del buen vivir, de la economía solidaria y campesina y de la formación de redes de trabajo y cooperación.

Vínculos del nuevo campesinado con la soberanía alimentaria.

Este nuevo paradigma agrosocial está compuesto por varios elementos que integran todos los factores que llevan a la soberanía alimentaria. Se observa que son los jóvenes, en su mayoría profesionistas y no originarios del campo, quienes se inclinan hacia esta nueva tendencia económica y social. La inquietud por el futuro de la agricultura y de la sociedad en general ha llevado al surgimiento de un nuevo campesinado en varias partes del mundo, encaminado hacia la búsqueda de la soberanía alimentaria, el cuidado y la conservación del medio ambiente, la producción agroecológica de los alimentos y el rompimiento de las tendencias agroindustriales de nuestro mundo globalizado.

Empezando con las relaciones horizontales de rescate de conocimientos, la construcción y transmisión de nuevos conocimientos, realizados en una práctica productiva y social real en el que está integrada el campesino a su comunidad, su grupo y familia, el cual se reconoce así mismo y ante la sociedad como un sujeto digno, comprometido con su trabajo agrícola y de capacitador en el proceso de cambio y transformación, con plena consciencia del valor de su trabajo y esfuerzo. Las prácticas que inciden en una de las necesidades básicas de la población, como la alimentación en términos de cerrar circuitos de producción y consumo a nivel regional y con sustentabilidad, puede llevar a hablar de mayor estabilidad económica, de mayor productividad y armonía entre las organizaciones de actores sociales y gubernamentales.

Además el fomento a una agricultura ecológica la cual es la que más se acerca a las dinámicas naturales del ecosistema y la búsqueda a la autonomía alimentaria que se practica a través de relaciones solidarias y de cooperación forman parte de las bases para desarrollar una forma de soberanía alimentaria.

El conocer el porqué de sus prácticas y el ejecutarlas más allá de satisfacer sus necesidades, es hacer un cambio en la forma del manejo de la agricultura, en donde se tiene conocimiento del alimento que se consume, y una apropiación de sus propios recursos tanto naturales como sociales, estos elementos forman parte de esta nueva visión de vida.

¿Es el nuevo campesinado una utopía?

Este nuevo paradigma, a pesar de las muchas dificultades que ha tenido para aplicar su ideología en esta sociedad tan dependiente del mundo capitalista y globalizado, ha logrado manifestarse en varios lugares del mundo demostrando su viabilidad y factibilidad como una forma de producción alimentaria.

Decir que el nuevo campesinado es una utopía, sería negar todo el esfuerzo y resultados que hoy en día van surgiendo y tomando forma respecto a esta cuestión. Sin embargo existen muchas dificultades por la cuales es complicado aplicar esta nueva forma de vida, producción y alimentación de la sociedad, y más porque que no todas las situaciones políticas, sociales, culturales y económicas de los países son iguales. Por ejemplo no podemos comparar la organización que existe en Canadá y en México, son mundos y sociedades muy diferentes. Tal vez en los países con mayor “desarrollo” como España y Estados Unidos, lugares en donde el nuevo campesinado está surgiendo con mayor fuerza, es debido a que la misma población tiene acceso a mayor información y está consciente de lo urgente que es cambiar la forma de vivir y de pensar, para lograr que se fomente la sustentabilidad de un buen vivir, algo que en México simplemente no se da, pues existen más allá muchos intereses políticos y económicos que rigen a la sociedad mexicana para conveniencia y disposición de las grandes transnacionales que han arrasado con nuestros recursos naturales y en donde el gobierno está a la orden de estas permitiendo la extracción y explotación de nuestros territorios y pueblos.

Sin embargo; el número de iniciativas en todo el mundo en donde se valoran las personas que producen sus alimentos se han multiplicado en la última década. (Pérez Vitoria, 2010).

Bibliografía:

- Monllor, Neus. (2013). El nuevo paradigma agrosocial, futuro del nuevo campesinado emergente. Polis, Revista de la Universidad Bolivariana,

- Aurelio de Alba. (2004) Suicidio o renacimiento: Metrópoli y naturaleza

- Monllor, Neus. (2012) el nuevo campesinado emergente. Revista: soberanía alimentaria: biodiversidad y culturas.

Temas: Movimientos campesinos, Saberes tradicionales, Soberanía alimentaria

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