La agricultura ecológica, opción para la producción de alimentos en Puerto Rico

Idioma Español

Existen prácticas agrícolas alternativas que son formas viables y económicamente compatibles para lograr rendimientos satisfactorios, conservar los suelos, proteger el agua, reducir el uso de fertilizantes y plaguicidas químicos y reducir los costos de producción.

National Research Council (1989)

 

Según los datos que se manejen, se calcula que en Puerto Rico se importan entre el 80 y el 90 por ciento de los alimentos consumidos. Con frecuencia los alimentos que nos llegan son de segunda o tercera calidad, como resulta claro para cualquiera que haya vivido en Estados Unidos u otros países. Se importan alimentos tradicionales de nuestra dieta que hasta hace pocas décadas se cultivaban extensamente en la Isla, como yautías, yuca, ñames, habichuelas y maíz. En otros casos, como pasó con la producción de pollos y huevos, a través de estrategias de mercadeo de dudosa legalidad como el dumping o el acoso reglamentario, se han destruido industrias locales para sustituirlas por importaciones de producción masiva industrializada e incierto frescor.

 

La falta de producción local de alimentos de calidad tiene impactos negativos sobre los hábitos alimentarios de los puertorriqueños y, por lo tanto, en la salud de la población. Para satisfacer la demanda, se importan alimentos que recorren miles de millas desde sus puntos de origen, lo que añade a problemas ecológicos como el cambio climático. Si a lo anterior añadimos la vulnerabilidad de las importaciones ante eventos catastróficos como un huracán, un tsunami o una guerra, podemos comenzar a entender la urgencia para trabajar hacia un aumento del autoabastecimiento alimentario. Recomendamos los trabajos de la Dra. Myrna Comas Pagán, recientemente designada secretaria de Agricultura, sobre seguridad y vulnerabilidad alimentaria. Corregir la enorme dependencia sobre las importaciones para alimentarnos debería ser una prioridad de política pública. Es posible hacerlo a través de la agricultura ecológica, de forma respetuosa hacia los recursos naturales, generando actividad económica interna y en sintonía con nuestros patrones culturales.

 

La agricultura y la producción de alimentos hacia el 1950

 

Se hace difícil imaginar, ante el tipo de urbanismo y uso de suelos actual, que el archipiélago de Puerto Rico tuvo un desarrollo agrícola sofisticado y productivo. Para el año 1938-39 se producía localmente un 65% de los alimentos que consumía una población de cerca de dos millones de habitantes. Además de la extensa variedad de alimentos producidos localmente, Puerto Rico exportaba azúcar, café, algodón y tabaco. Esto nos indica que probablemente las mejores tierras estaban dedicadas a cultivos de exportación, principalmente la caña de azúcar y, por lo tanto, gran parte de nuestros alimentos provenían de una agricultura realizada en las laderas de colinas y montañas.

 

Nuestros estudios nos llevan a concluir que, en términos generales y sin ignorar problemas como la erosión de muchos terrenos, en el pasado nuestros campesinos -los jíbaros y los pequeños y medianos agricultores- utilizaban tecnologías apropiadas que protegían los suelos de la erosión, hacían un uso sustentable de los recursos naturales y promovían una diversidad de cultivos que intensificaba la producción en terrenos inclinados que hoy se tienden a considerar marginales para la agricultura. Las prácticas agrícolas incluían rotaciones de cultivos, agroforestería, pastos para ganado y siembras en las escorrentías. También se protegían los nacimientos de las fuentes de agua y los bordes de las quebradas y ríos.

 

Esa tecnología agrícola, de origen taino con innovaciones de origen árabe canario, español y africano, fueron rápidamente descartadas y sustituidas, especialmente a partir de los años cincuenta del siglo pasado, por técnicas típicas de una agricultura industrializada de altos insumos externos (fertilizantes de síntesis química, plaguicidas, semillas híbridas, riego extensivo y maquinaria pesada) más apropiadas para climas templados y terrenos llanos. El conocimiento adquirido durante siglos de manejo agrícola fue en gran parte descartado como anticuado, inadecuado, y muchas veces los jíbaros campesinos ridiculizados como ignorantes.

 

Un ejemplo dramático fue la destrucción masiva a partir de los años setenta de los bosques de cafetales tradicionales, para sembrar café al sol utilizando maquinaria pesada que destruía la cubierta vegetal y el mantillo del suelo para depositarlo en escorrentías y quebradas, el abandono de las zanjas y el uso intensivo de abonos inorgánicos, plaguicidas y herbicidas. En pocas décadas se ha visto cómo la ganancia a corto plazo en producción de granos de café llevó a niveles importantes de erosión, contaminación y pérdida de productividad, hasta el punto que las autoridades tuvieron que volver a incentivar la siembra del café con sombra en policultivos.

 

Abandono de la agricultura y producción de alimentos

 

El abandono de la agricultura como actividad económica importante fue rápido y dramático. Como ejemplo, en 1950 la producción agrícola en Puerto Rico representó el 25.6% del producto interno total y empleó 36.2% de la fuerza laboral. Cuarenta años después, para el 1990 las cifras correspondientes fueron 1.7% y 3.7%.

 

Si analizamos la tabla que sigue vemos cómo esa merma de actividad agrícola se traduce dramáticamente en cambios en el uso de terrenos:

 

NOTA: Una cuerda es igual a 4,000 metros cuadrados, 0.4 hectáreas.

 

Entre 1935 y 2007 se perdieron para la agricultura y/o se dejó de producir en 1,355,517 cuerdas. Si en el 1935 87% del área total del archipiélago puertorriqueño estaba dedicado a alguna actividad agrícola, en el 2007 solamente fue un 25% del territorio. Actividad agrícola no equivale a producción de alimentos, pues en las estadísticas agrícolas del 2009-10 entre los 10 rubros principales en importancia económica se incluye la crianza de caballos de paso fino, plantas ornamentales y semillas (transgénicas) para la exportación.

 

El descenso en el número de fincas ha sido proporcional al abandono agrícola de la tierra, pero el tamaño promedio de las fincas ha permanecido entre 35 y 40 cuerdas. Este último dato podría ser indicativo de que ese tamaño de unidad es suficiente para que una finca en el País sea productiva y sustentable. La experiencia nos demuestra que -sujeto a variables como suelos, topografía, vegetación, tipo de producción, entre otras- las fincas de 25 cuerdas pueden ser unidades viables en modelos de agricultura ecológica familiar, integrada, diversificada, intensiva y sustentable.

 

Disponibilidad actual de terrenos para la agricultura

 

Grandes cantidades de terrenos en Puerto Rico dejaron de tener usos agrícolas, pero esto no quiere decir que estén disponibles en la actualidad para la siembra. Una gran parte de los mejores suelos han sido utilizados para el desparrame urbano horizontal y la construcción de carreteras, centros comerciales con sus enormes zonas de estacionamiento, entre otros usos del suelo promovidos por el modelo desarrollista dominante.

 

A continuación se presentan algunos datos sobre la disponibilidad actual de suelos para la agricultura, aunque probablemente sea menor si tomamos en consideración aspectos limitantes como la erosión, contaminación de suelos y agua, acceso y seguridad.

 

Como Puerto Rico es parte de una realidad globalizada, no se pretende que produzcamos todos los alimentos que consumimos. Lo aconsejable es priorizar en aquellos alimentos perecederos que son de producción más fácil en nuestras condiciones geográficas y que además son más nutritivos consumidos frescos, como las frutas, vegetales, carnes, huevos, etc. También se debe enfatizar el cultivo de alimentos tradicionales en nuestra dieta, como guineos, plátanos, tubérculos, panas, habichuelas, ajonjolí y jengibre. Un tercer grupo deben ser cultivos con buen potencial económico, exportador y con capacidad para el cultivo sustentable, como el café. Todos estos cultivos son de mejor calidad y de mayor valor comercial cuando son productos de la agricultura ecológica.

 

¿Cuánta tierra necesitaríamos para desarrollar una economía agrícola que lleve a reducir en forma importante las importaciones? Sin intención de presentar números concluyentes ni pretender presentar cifras económicamente precisas, veamos algunos datos con la intención de provocar la discusión. En la siguiente tabla se muestra la cantidad de terreno necesaria por persona y año, según tres formas de hacer agricultura y tres tipos de dietas.

 

En los primeros dos casos se trata de la agricultura contemporánea industrializada que hace uso intensivo de insumos como abonos químicos, plaguicidas, riego, mecanización, etcétera. En el tercer caso se trata de una agricultura sustentable tipo ecológica, que hace uso de los recursos internos y cercanos a la finca para abonar, controlar plagas, mientras reduce el uso de insumos como abonos químicos y plaguicidas tóxicos.

 

Sobre la manera de consumir los alimentos, en el primer caso se trataría de una dieta con alto contenido de productos animales, carbohidratos sencillos, grasas y comidas industrializadas y rápidas, como la que predomina actualmente en Puerto Rico. Este tipo de dieta se relaciona con problemas como la obesidad y enfermedades cardiovasculares, diabetes y otras muy comunes en la actualidad.

 

En cuanto a la dieta del segundo caso, se trata de un adieta equilibrada que tome en consideración las necesidades de calorías y nutrientes para una buena salud; un ejemplo, a adaptar, podría ser la que propone el USDA (Departamento de agricultura del Estados Unidos, según siglas en inglés, ver http://www.choosemyplate.gov/index.html): muchas frutas y vegetales, cereales, proteínas de buena calidad, consumo moderado de productos animales, reducir las cantidades en general y refrescos, azúcar y grasas en particular.

 

En el tercer caso sería una dieta cercana a las dietas tradicionales lacto-ovo-vegetariana de culturas tradicionales como las de la India. Además, según la descripción de las dietas tradicionales de muchos pueblos, el consumo de animales se sitúa alrededor del 10-20%, e incluye una gran diversidad de alimentos vegetales. El cronista Fray Bartolomé de las Casas describe a los taínos, pobladores del Caribe antes de la invasión europea que eran agricultores, cazadores y recolectores, “como más vegetarianos que carnívoros.”

 

Recomendaciones para la producción de alimentos

 

En Puerto Rico conviene promover, por razones demográficas de salud, económicas, políticas y ecológicas, una dieta más cercana a la tercera opción discutida antes, tanto en cuanto al tipo de agricultura como de alimentación. Proponemos una agricultura ecológica de bajos insumos, a partir de una dieta puertorriqueña que incluya frutas y vegetales, cereales como arroz y maíz, farináceos, con uso moderado de alimentos de origen animal, especialmente huevos y lácteos, a los cuales estamos muy acostumbrados, además de pollo, cerdo, res y pescado, según disponibilidad y preferencias. (Sobre temas de alimentación puertorriqueña, ver los excelentes trabajos de Cabanillas y Ortíz Cuadra).

 

Como hipótesis de trabajo entendemos que bajo las condiciones descritas, promediando las necesidades de terreno particulares a cada uno de los distintos usos agrícolas de la tierra (hortalizas, frutas, vegetales, agroforestal, pecuaria), cada cuerda podría proveer alimentos para cuatro personas. Por lo tanto, para producir en forma sustentable la mitad de los alimentos de calidad para la población actual de Puerto Rico, unas 3.8 millones de personas, necesitaríamos aproximadamente medio millón de cuerdas de terrenos agrícolas dedicadas a prácticas agroecológicas. Anteriormente hemos visto que en Puerto Rico hay cerca de 900,000 cuerdas agrícolas disponibles, entre suelos óptimos e inclinados, y unas 300,000 cuerdas adicionales para manejo agroforestal. El medio millón de cuerdas necesario para dedicar a prácticas agroecológicas que provean el 50% de las necesidades alimentarias de la población se podría dividir entre los suelos óptimos y los ondulantes de mejor calidad, más un complemento de suelos más inclinados para manejo agroforestal de café y madera, entre otros productos.

 

Lo cual nos lleva a concluir que potencialmente, utilizando técnicas de agricultura ecológica que produzcan en forma sustentable a la vez que protejan, recuperen y conserven esas tierras para el futuro, se puede producir una cantidad significativa de los alimentos que necesitamos en Puerto Rico si separamos menos de una cuarta parte del territorio nacional para la agricultura. Como corolario, se desprende que la conservación de los suelos agrícolas de Puerto Rico es una necesidad estratégica prioritaria.

 

Frente al futuro, es posible, dentro de los parámetros de la agricultura ecológica, intensificar para aumentar de forma sustentable la producción neta de alimentos de calidad por área de suelo. Esto explica, en parte, que recientemente varias autoridades a nivel internacional han llamado a implementar los modelos agroecológicos, por ejemplo:

 

“Una urgente transformación hacia cultivos agroecológicos es el único camino para ponerle fin al hambre y enfrentar los desafíos del cambio climático y la pobreza rural, dijo Olivier De Schutter, Relator Especial de Naciones Unidas para la alimentación, tras presentar su informe anual, que tuvo como foco la agroecología y el derecho a la alimentación ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en diciembre de 2010. La agroecología puede duplicar la producción de alimentos en 10 años, a la vez que se mitigan las causas del cambio climático. Los procesos industriales no imitan la naturaleza, la agroecología sí lo hace. Reemplaza los insumos externos como el fertilizante mediante saberes de cómo combinar plantas, árboles y animales de tal modo que se refuerce la productividad de la tierra.” (aquí)

 

La transición hacia una seguridad y soberanía alimentaria requerirá de un consenso nacional en cuanto al uso del territorio y de estrategias alimentarias, pues producir alimentos a gran escala en Puerto Rico no es compatible con el modelo de desarrollo dominante ni con una agricultura altamente depredadora de los recursos naturales, contaminante y dependiente de la importación de insumos industriales.
Por Nelson Alvarez Febles*/Especial para CLARIDAD
Publicado: martes, 15 de enero de 2013

 

(*) Este artículo se nutre de otros trabajos publicados anteriormente. Para una versión con notas a pie de página y alguna bilbiografía, así como otros artículos e información relacionados, ver el blog del autor, quien es especialista en agricultura ecológica y sustentabilidad, y autor de El huerto casero: manual de agricultura orgánica (2008), y La Tierra Viva: manual de agricultura ecológica (2010).

 

Comentarios a: moc.oohay@noslenzeravla

 

Blog: www.ecoser-desarrollointegral.blogspot.com

 

Está disponible en Internet la presentación Agricultura ecológica: opción para producir alimentos en Puerto Rico. Consta de 80 diapositivas, en la cuales se argumenta, con mucha información, ejemplos e ilustraciones, la viabilidad de la agricultura ecológica para alimentar a Puerto Rico, con una producción sustentable, a la vez que contribuya al desarrollo económico, social y ecológica del país.

 

Fuente: Slideshare

Temas: Agroecología

Comentarios

29/04/2013
semillas puras de tomate, por aristides yanguez
hola amigos soy panameño me gustaría obtener semillas puras de tomate de alta calidad y de buen rendimiento y ademas me gustaría saber si me pueden aconsejar para saber donde las puedo conseguir y son para explotación comercial gracias.