La mujer que hablaba con los ríos

Idioma Español
País Honduras

“Me lo ha dicho el río, me ha dicho el río que triunfaremos…” eran las palabras de Berta Cáceres, activista del pueblo Lenca de Honduras cuya vida ha dejado una huella imborrable en la memoria de los pueblos y para las luchas por el agua, la ecología y el feminismo. Lo decía para animarse a seguir defendiendo su río Gualcarque en territorio Lenca, a pesar de las amenazas a su vida y la de su familia por la rebeldía y el atrevimiento de pensar que se podía detener la destrucción que se hace a nombre del “desarrollo”.

Y es que es muy posible que hoy hasta los ríos estén llorando su ausencia. Esta pérdida no sólo ha indignado a todo el mundo, sino que ha dejado en evidencia que la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, de los ecosistemas, de los territorios y la dignidad del futuro es, lamentablemente, una lucha de vida o muerte.

Berta Cáceres, destacada líder indígena, ecologista y feminista ganó en 2015 el Premio Goldman para los defensores sociales y ecologistas, el mismo que se otorgó a Oscar Olivera en el 2001 por su papel activo en la defensa del sistema público del agua en Cochabamba. Su asesinato ha conmovido a millones de personas y centenares de instituciones y redes que han condenado este crimen exigiendo justicia al gobierno hondureño que tenía el compromiso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de protegerla por las amenazas que había recibido, y por los nefastos antecedentes de muerte violenta de activistas ecologistas en ese país donde al menos 111 han sido asesinados en los últimos años. Un reporte de Global Witness señala que los casos de asesinatos a defensores ambientales son alarmantes en Honduras, Colombia, Perú, Filipinas, México y Brasil.

El premio Goldman le fue otorgado luego de haber liderizado una larga movilización contra la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca en el Rio Gualcarque de territorio Lenco a cargo de la empresa estatal China Sinohydro –gigante especialista en represas- con el apoyo de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial. La protesta social acabó expulsándolos de la planeada obra que quedó paralizada con el retiro de los financiadores y de Sinohydro. Por cierto, la misma empresa estatal china que ha sido contratada en Bolivia para la construcción de carreteras como la doble vía Puente Ichilo-Ivirgarzama, la plataforma del Sillar y la cuestionada hidroeléctrica de Cachuela Esperanza en la Amazonia beniana entre otras obras; una corporación contra la que ya pesan serias denuncias de maltrato a sus trabajadores que se han organizado en territorio boliviano para reclamar por sus derechos.

Aún después de haber ganado la batalla, Berta -que tenía el cargo de Coordinadora de la COPINH (Consejo de Organizaciones de Populares e Indígenas de Honduras)- recibió amenazas de muerte y de ser violada ella y sus hijas, lo que la obligó a tomar medidas para protegerlas sacándolas del país y seguir resistiendo ante la amenaza de un nuevo megaproyecto hidroeléctrico apoyado por la Banca internacional y capitales extranjeros río arriba. Su lucha enfrentaba fuertes consorcios internacionales de grandes proyectos de infraestructura y energía con el apoyo del gobierno y la banca; entre ellos el Banco de Desarrollo Holandés, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Integración Económica, la KWF, el Fondo Finlandés para la Cooperación Industrial, USAID y la participación de compañías como Sinohydro, Siemens, Voight Hydro y otras en uno de los países mas peligrosos para los activistas ecologistas. Allí donde el gobierno y el ejército y la policía son criticados por mantener condiciones que favorecen el accionar de sicarios y por llevar adelante planes de desarrollo con una enorme falta de institucionalidad democrática en las decisiones sobre obras de este tipo que, más que nada, benefician a las élites y a las transnacionales.

Este caso ha puesto en evidencia los intereses que están detrás de las obras de infraestructura y energía y todos aquellos proyectos que son vendidos como la panacea del desarrollo y de soluciones falsas al cambio climático aún a costa de destruir los territorios y las vidas de sus habitantes y pasando por encima de procedimientos de Consulta establecidos por el Convenio 189 de la OIT. La OFRANEH (Organización Fraternal Negra Hondureña) ha denunciado que la mayoría de los proyectos de hidroeléctricas de Honduras se encuentran registradas como parte de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDLs) y afirma que “La lucha emprendida por el pueblo Lenca y Ngäbe Buglé por sus ríos y territorios, forma parte de un proceso de resistencia en pleno siglo XXI en contra del colonialismo interno practicado por las élites de poder cuestionadas por su corrupción y falta de visión en el manejo de los bienes comunes que para los pueblos forman parte de su cosmovisión y sobrevivencia como culturas diferenciadas.”

A Berta le rompieron el tobillo y la muñeca la noche del 2 de Marzo y luego dispararon contra su cuerpo para matarla. Probablemente sus asesinos nunca imaginaron que esa mujer a la que quisieron doblegar quitándole la vida ya había dejado una huella permanente en los ideales feministas y ecologistas del Siglo XXI. Al igual que las mujeres que lucharon a principios de siglo pasado por sus derechos, el voto universal, condiciones dignas de trabajo y su liberación de la opresión machista lograron que se estableciera una lucha internacional por sus derechos, hoy las mujeres líderes ecologistas y feministas marcan la dirección de la agenda social y ambiental del nuevo siglo. “…Despertemos, despertemos humanidad. Ya no hay tiempo …” dijo Berta Cáceres al recibir el Premio Goldman en 2015, “Somos seres surgidos de la tierra, del agua y el maíz, de los ríos somos custodios ancestrales… dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida por el bien de la humanidad…” nuestra principal tarea es cuidar de los bienes comunes. Sus asesinos no imaginaron que su mensaje sobre la urgencia de defender la vida y construir una civilización capaz de coexistir con la naturaleza no se puede matar, que este ideal inspirado en el amor quedará afianzado en el pensamiento y la cultura universal por un nuevo mundo, a pesar de la violencia con la que se pretende pisotear la dignidad de la gente.

La Paz, 8 de Marzo de 2016

moc.liamg@oderepyle es Psicologa Social, activista y ensayista boliviana

Temas: Criminalización de la protesta social / Derechos humanos, Megaproyectos

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