La soberanía alimentaria

Idioma Español
País Argentina

Las intenciones de Monsanto de instalar una planta acondicionadora de semillas en la localidad de Malvinas Argentinas, de la provincia de Córdoba en Argentina, quedaron varadas en enero pasado, cuando la justicia de esa provincia suspendió la construcción de la planta hasta tanto las autoridades locales aprobasen los estudios del impacto ambiental de dicho proyecto.

Por Mercedes Sosa / Corresponsal Latinoamérica de El Revolucionario Digital | 18 de agosto de 2014

Un mes más tarde éste fue rechazado con la denuncia de graves inconsistencias técnicas en el mismo. Al respecto, destacados juristas expertos en temas ambientales, destacaron que por normas específicas de la nueva Ley de Política Ambiental provincial, las puertas al proyecto Monsanto han quedado definitivamente cerradas, ya que la empresa no puede poner de nuevo en discusión dicho proyecto en esa localidad cordobesa.

Una batalla más que se gana en la desigual lucha entre pueblos y mega corporaciones, en este caso del agro negocio, en lo cual tuvo decisiva importancia una abrumadora oposición ciudadana expresada en una campaña de protestas masivas a pesar de la violencia muchas veces padecida por quienes se plantaron firmemente frente a los lugares donde la empresa comenzó a trabajar en su proyecto, a enfrentar a fuerzas especiales de seguridad pagadas por la misma.

Sin embargo, la lucha sigue. Tan desigual como siempre puesto que, como se sabe, hoy es el mercado financiero global el que manda también en la economía de los alimentos, sobre la base de un modelo de agro negocio que impone como nunca la obtención de exorbitantes tasas de ganancias, priorizando por ese motivo la producción de cultivos industriales por sobre la producción de los alimentos necesarios para abastecer a la humanidad. Tal modelo de hacer negocios provoca enormes costos sociales y ambientales. Porque significa la destrucción de lo local, de los pequeños centros de producción autosustentables abastecedores de alimentos a las regiones de influencia. Y a la vez significa la destrucción del equilibrio de los ecosistemas que son imprescindibles para lo mencionado antes. Es así como vemos hoy el desplazamiento de comunidades enteras fuera de sus ambientes naturales y cada vez más cerca al fantasma del hambre. Al respecto, se calcula que hay actualmente más de mil millones de habitantes con hambre en la tierra y creciendo su número constantemente, mientras que, paradójicamente, unas cuatro megacorporaciones dominan en el mercado de la comercialización de granos en el mundo.

En Argentina por otra parte, existe un sistema de monopolios y oligopolios de la cadena de producción y comercialización de los alimentos, representados por un puñado de megacorporaciones que a través de una integración vertical, son capaces de manipular los precios de un modo descarado, al punto que en el país que ha sido tradicionalmente considerado como el granero del mundo, la comida es más cara en algunos casos, que en países que no son productores de alimentos. Básicamente porque al concentrar cerca del 80% de superficie sembrada con los transgénicos, especialmente con el monocultivo sojero, queda cada vez menos espacio para los cultivos diversificados que han sido siempre la característica de la Argentina. Pero además de eso, existe otra razón, cual es la de la especulación lindera con el delito liso y llano. Justamente en estos días asistimos a otro de los embates que las alianzas entre grandes empresas nacionales y megacorporaciones foráneas, dirigen contra el bolsillo de indefensos consumidores los cuáles quedan de una pieza ante las góndolas de las cadenas de supermercados. Y es que, por mencionar algunos ejemplos, si el precio del pescado cuando lo trae el pescador es de $ 3 o $ 3.50 por kg, y para hacer un kg de filet se necesitan dos kg de pescado, esto es $ 6, y luego sumamos $ 5 que se lo lleva la industria, más unos $ 2 de impuestos, llegamos a una suma de $ 13 o $ 14. ¡Pero resulta que en la góndola encontramos el pescado por un precio de $ 40! O por ejemplo la manzana que se paga al productor por $ 1.40, luego la encontramos en la góndola a $ 10. Existe un problema estructural y de mentalidad especuladora, que hace que mientras en el mundo los supermercados remarcan de un 5% a un 8% como margen de ganancias, en Argentina lo hacen en 35%....40%, en épocas normales, porque en épocas de ataques arteros al bolsillo de los consumidores, que buscan entre otras cosas incrementar el mal humor ciudadano, pueden llegar a marcar márgenes de hasta 400%. Pero hay más, porque usan la herramienta de la extorsión lisa y llana cuando se sientan literalmente sobre los silos de granos de exportación, comunicando que no van a vender hasta que el gobierno se allane a sus directivas en pos de sus intereses. A veces les sale mal porque hasta que deciden salir a vender los precios internacionales han caído, sin embargo poco les importa pues tienen espaldas para afrontar la situación. Siempre queda Caymán resguardando sus fortunas debidamente fugadas en tiempos propicios para ello. Estas son las derivaciones y conseuencias de la altísima concentración en muy pocas manos, del mercado de los alimentos en el mundo, que literalmente hace que el alimento deje de ser un comercio convencional, para pasar a ser una herramienta financiera de especulación propia de la “timba” de Wall Street.

Argentina debe definir en poco tiempo más una nueva Ley de Semillas que actualmente se está debatiendo en distintos foros ciudadanos. Al respecto, Carlos Carballo, coordinador de la cátedra de soberanía alimentaria de la Facultad de Agronomía de la estatal Universidad de Buenos Aires, advirtió que “La semilla no es una mercancía, sino parte de un patrimonio de la humanidad” … “Necesitamos una ley que promueva el respeto de los modos de producción de las comunidades para conservar, mejorar y multiplicar las semillas, y permitir que haya intercambio”… Los actores de este movimiento que busca participar en el debate señalan que el modelo de ley de semillas de Argentina podría ser el de Brasil o de Bolivia, donde se permite el cultivo transgénico a la vez que se fomenta y se protege la existencia de variedades de semillas nativas y criollas….Carballo dijo que con apoyo estatal o de organizaciones no gubernamentales internacionales, en Colombia, Bolivia, Perú y Paraguay hay “guardianes de semillas”, que seleccionan y custodian esos bienes naturales en bancos o casas de semillas, que son de disponibilidad pública. Es de esperar que se cumpla con lo que el Ministro de Agricultura ha planteado. En el sentido de que la ley …Tiene que tener un capítulo social, la visión social que tiene que tener el estado para proteger a las economías familiares, regionales, las organizaciones del movimiento de campesino, que tengan acceso sin tener que pagar esa patente a la misma tecnología que tienen los grandes productores. Esto nos diferencia de la Mesa de Enlace, algo que no quieren reconocer: no es lo mismo el tipo que tiene 20 vacas lecheras, que Biolcatti (Hugo, ex titular de la Sociedad Rural) que tiene 7.000. Este último tiene acceso a la tecnología, a la genética, y el otro apenas se la rebusca con las 20 vacas y trata de llegar a la vaca 24. Las soluciones son distintas, yo no puedo discutir en la misma mesa.

No es un tema importante solo para Argentina sino para el mundo, que debiera tomar conciencia de la importancia de contar con SOBERANIA ALIMENTARIA, esto es, el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente apropiados producidos a través de métodos sostenibles y saludables. Es su derecho a definir sus propias políticas y sistemas alimentarios y agrícolas. Este concepto fue introducido con mayor relevancia en 1996 por La Vía Campesina en Roma, con motivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) La Soberanía Alimentaria da prioridad a las economías de mercados locales y nacionales, fortaleciendo el campesinado al igual que a los consumidores y las consumidoras, ya que la producción de alimentos, distribución y consumo están basados en la sostenibilidad ambiental, social y económica. Así mismo promueve el comercio transparente, que garantiza ingresos dignos para todos los pueblos, así como los derechos de las personas consumidoras para controlar su alimentación y nutrición.

Fuente: El Revolucionario Digital

Temas: Soberanía alimentaria

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