¿Por qué nos preocupa el Congreso Forestal Mundial?

Por WRM
Idioma Español

"La cuestión de los “bosques plantados” es una de nuestras principales preocupaciones, dado que esos supuestos “bosques” (que son en realidad monocultivos de árboles) están teniendo un fuerte impacto sobre la subsistencia y el medio ambiente de poblaciones del mundo entero. Es la razón por la cual muchas personas intentarán en Buenos Aires influir sobre el CFM, bajo las divisas “Las plantaciones no son bosques” y “Basta de monocultivos de árboles”."

El CFM reúne a un gran número de personas (mayormente relacionadas con la profesión y la industria forestales) que vienen del mundo entero para discutir sobre muchos temas relacionados con lo que ellos llaman “bosques”. Según los organizadores, “El Congreso posee funciones consultivas y no ejecutivas y sus participantes asisten a título personal. La aplicación de las recomendaciones concierne a aquellos a quienes está dirigida, considerando su situación particular -gobiernos, organizaciones internacionales, organismos científicos y propietarios forestales, entre otros”.

Si su función es meramente consultiva y sus participantes asisten a título personal, ¿por qué preocuparse?

La primera respuesta a esta pregunta es que se trata de un evento muy influyente: lo que de él salga tiene fuerte probabilidad de ser aceptado y aplicado por los gobiernos.

Al examinar los siete temas principales que serán tratados por el CFM, sería fácil concluir que no hay de qué preocuparse. Dichos temas son:

1. Bosques y biodiversidad
2. Produciendo para el desarrollo
3. Los bosques al servicio de la gente
4. Cuidando nuestros bosques
5. Oportunidades de desarrollo
6. Organizando el desarrollo forestal
7. Gente y bosques en armonía

Los organizadores explican que estos temas han sido “divididos en un número variable de subtemas que cubren la mayoría de los aspectos relacionados con los bosques y los productos y servicios que éstos generan”.

Es con estos subtemas que empiezan a sonar campanas de alerta. Allí vemos que dentro del tema “Produciendo para el desarrollo” hay toda una sección sobre “bosques plantados”. También vemos que dentro de “Organizando el desarrollo forestal” hay un subtema denominado “Terminología forestal”.

Al juntar ambos subtemas – bosques plantados y terminología forestal – la conclusión es que el CFM contribuirá a fortalecer a las empresas de plantación dando credibilidad “científica” a sus plantaciones de árboles y que la “terminología forestal” servirá para mantener la definición, favorable a las empresas, según la cual las plantaciones de árboles son “bosques plantados”.

La cuestión de los “bosques plantados” es una de nuestras principales preocupaciones, dado que esos supuestos “bosques” (que son en realidad monocultivos de árboles) están teniendo un fuerte impacto sobre la subsistencia y el medio ambiente de poblaciones del mundo entero. Es la razón por la cual muchas personas intentarán en Buenos Aires influir sobre el CFM, bajo las divisas “Las plantaciones no son bosques” y “Basta de monocultivos de árboles”.

Dentro del mismo tema aparentemente inocuo (“Produciendo para el desarrollo”), el subtema “Mantenimiento e incremento de la capacidad productiva de los bosques” incluye otro punto extremadamente preocupante: “Mejoramiento genético, incluyendo modificación genética”.

Este asunto es un motivo de grave preocupación, desde dos puntos de vista. Por un lado, porque la modificación genética de especies arbóreas es una de las mayores amenazas para los bosques, sobre todo a causa de la contaminación por el polen. Por otro lado, porque el empleo de árboles genéticamente modificados en plantaciones comerciales no hará más que exacerbar todos los impactos de los monocultivos actuales. En efecto, árboles de crecimiento más rápido agotarán el agua más rápidamente; habrá una mayor destrucción de la biodiversidad en esos desiertos biológicos que constituyen los árboles modificados para ser resistentes a insectos y no dar flores, frutos ni semillas; se destruirá el suelo a un ritmo mayor mediante el aumento de la extracción de biomasa.

Otro motivo de preocupación dentro de “Produciendo para el desarrollo” es el subtema “Bosques y energía”, dentro del cual encontramos “Biocombustibles industriales” y “Bosques energéticos”. Una de las amenazas más recientes para las comunidades locales es el empleo de los bosques y el establecimiento de grandes monocultivos de árboles para la producción de un tipo de combustible líquido denominado etanol celulósico.

Bajo el tema “Los bosques al servicio de la gente” encontramos el subtema “Bosques y cambio climático”, que parece estar dirigido sobre todo a fomentar un mercado del carbono relacionado con los bosques y las plantaciones. Esto no haría nada para evitar el cambio climático y sería muy desfavorable para las poblaciones locales y su medio ambiente.

Dentro del mismo tema surge otro punto preocupante, “Valorización de los servicios ambientales y distribución de los beneficios”, cuyo objetivo sería mercantilizar la naturaleza por medio de la “Valorización y pago de servicios ambientales”. El resultado podría ser la pérdida de derechos y medios de vida de las comunidades locales.

Estos son algunos de los motivos de inquietud sobre los que consideramos necesario llamar la atención del público en general y de quienes participan en el CFM en particular.

Preocupación en cuanto a algunos oradores

Como acabamos de ver, nuestros principales motivos de preocupación se refieren al tema “Produciendo para el desarrollo”. Dichos motivos se vuelven aún más fuertes al ver cuáles son los tres principales oradores escogidos por el CFM para introducir el tema.

Uno de ellos es Elizabeth de Carvalhaes, Presidenta Ejecutiva de la Asociación Brasileña de la Celulosa y el Papel (BRACELPA) desde setiembre de 2007. Según la breve descripción que da el CFM, “Sus objetivos principales son comunicar las buenas prácticas de las compañías de pulpa y papel en el área nacional e internacional, fortalecer la imagen del sector en la esfera internacional, y debatir con las autoridades públicas y con el Congreso Nacional temas relacionados a la industria”.

Cabe recordar que algunas de las plantaciones de eucaliptos más destructivas de Brasil pertenecen a la industria de la celulosa y el papel por ella representada. Muchas de esas plantaciones son fuertemente resistidas por las comunidades locales y las organizaciones campesinas del país. El WRM ha reunido durante muchos años información detallada sobre las consecuencias que tienen de dichas plantaciones para las personas – incluyendo su impacto diferenciado sobre las mujeres – y para el medio ambiente, y también ha documentado las luchas contra ellas. Mucho dudamos que la Sra. de Carvalhaes se refiera a dichos impactos y luchas en su presentación.

Otro de los principales oradores sobre el tema “Produciendo para el desarrollo” es Emmanuel Ze Meka, Director Ejecutivo de la Organización Internacional de Maderas Tropicales (ITTO) desde noviembre de 2007. Se trata de un activo promotor de las plantaciones industriales de árboles y su organización presentará durante el Congreso Forestal Mundial un reciente informe sobre dichas plantaciones en el trópico. Según él, “el desarrollo de las plantaciones forestales en el trópico puede crear empleos, sobre todo en el medio rural, generar ingresos, contribuir a la energía ‘verde’ y combatir el cambio climático”, lo cual refuerza algunas de nuestras preocupaciones en torno al CFM.

Su conocimiento del tema de las plantaciones de árboles parece increíblemente escaso. En una reciente entrevista declaró que, dentro de la “industria de la plantación forestal” latinoamericana y caribeña, “Brasil se está poniendo a la cabeza, seguido, en menor medida, por Venezuela, Perú y Cuba”. Si hubiera estudiado el asunto sabría que los países de la región donde hay más plantaciones son Brasil y Chile, seguidos por Argentina y Uruguay, y que Colombia, Ecuador y Venezuela poseen una superficie de plantaciones menor. En Perú y Cuba las plantaciones de árboles a gran escala son casi inexistentes. Cuando describe la situación en África, su continente natal, olvida mencionar los dos países donde se encuentran las mayores plantaciones (Sudáfrica y Suazilandia), y se lamenta de que “el clima poco propicio a la inversión haya disminuido considerablemente el potencial de desarrollo de la plantación forestal”.

El tercer orador es David Carter, quien “espera la oportunidad de comprometerse y hablar con las partes interesadas en lo forestal en el Congreso Forestal Mundial sobre cómo Nueva Zelanda tiene sus bosques y cómo los usa, incluyendo el tema de la plantación de bosques para contribuir con el desarrollo de Nueva Zelanda”.

Es importante señalar que la industria forestal neozelandesa depende casi enteramente de las plantaciones de árboles, casi todos pinos, que ocupan cerca de 1,8 millones de hectáreas. Como Ministro de Bosques de su país, el Sr. Carter deberá apoyar lo más posible la plantación de árboles.

Ni todo ni todos en el mismo saco

Por supuesto, cabe aclarar que los comentarios e inquietudes anteriores no apuntan a cuestionar el CFM en su conjunto ni, menos aún, a los numerosos participantes que realizarán útiles aportes sobre la manera de proteger los bosques y a las comunidades con ellos relacionadas.

Incluso es posible que los temas y subtemas positivos prevalezcan sobre los que nos preocupan. Pensamos que los siguientes, por sólo mencionar unos pocos, pueden tener muchos resultados importantes:

1.3 Restauración y rehabilitación de ecosistemas forestales
– Reforestación con especies nativas
– Experiencias y modelos de restauración, recuperación de la biodiversidad
– Restauración de paisajes

2.3 Sistemas agroforestales
– Sistemas agroforestales y silvo-pastoriles
– Relaciones entre sus componentes. Implicaciones económicas, ecológicas, políticas, sociales y culturales.
– Sistemas de manejo y uso

4.2 Especies invasoras, enfermedades y plagas
– Especies exóticas e invasión
– Manejo integrado de plagas
– Impacto económico de las plagas
– Invasiones, sanidad y cambio climático

7.2 Pueblos originarios, comunidades y organizaciones
– Conocimientos tradicionales, valores sociales, culturales y espirituales
– Derechos territoriales de los pueblos indígenas
– Normas nacionales e internacionales
– Modelos de gestión de los recursos naturales

7.5 Género y bosques
– Integración de la igualdad de sexos en el manejo forestal
– Política forestal y género
– Datos e información sobre cuestiones de género

Lamentablemente, estos puntos no podrán “neutralizar” los resultados negativos que surjan en otros campos, en especial los relacionados con los “bosques plantados”.

Así, exhortamos a los participantes del CFM que estén de acuerdo con todos o parte de los problemas enunciados a que planteen al Congreso sus motivos de preocupación para lograr que éste no apruebe dichos puntos.

Al mismo tiempo, llamamos a las organizaciones campesinas, indígenas, ambientalistas y sociales a hacer oír su voz en el CFM contra la proliferación de los monocultivos de árboles, los árboles genéticamente modificados, el etanol celulósico, el mercado del carbono y la mercantilización de la naturaleza.

Fuente: WRM

Temas: Monocultivos forestales y agroalimentarios

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