Activistas sociales y ambientales bajo amenaza a nivel mundial

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En Colombia, solo en el 2017 han muerto 190 personas vinculadas al activismo social. Las mafias de terrenos serían las culpables en el país sudamericano. En tanto que los defensores ambientales también vienen siendo victimados, pues en el presente año han muerto 153 a nivel mundial. ¿Está el activismo social y ecológico en vías de extinción?

La defensa de los derechos indígenas se ha convertido en unas de las actividades más peligrosas en Sudamérica durante los últimos años. Esta semana Colombia volvió a ser el escenario de asesinatos contra líderes sociales, luego de que 11 de ellos cayeran en manos del sicariato.

Uno de los casos más recientes –y que mayor impacto ha generado– es el de la profesora Liliana Ramírez Martínez, asesinada el pasado jueves en el municipio de Coayima (Tolima) cuando se dirigía su centro de labores en una aldea.

Según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), en los últimos meses diversos profesores de la zona recibieron amenazas de muerte. Aunque de momento el motivo no ha sido determinado, se especula que la disputa con mafias por la titulación de territorios sería una de las razones que explicaría esta suerte de “exterminio de líderes sociales”.

No obstante, el escenario se torna más alarmante con las cifras de la Defensoría del Pueblo de Colombia que han confirmado que en lo que va del 2017 han sido asesinadas 190 personas en el espacio rural colombiano, todas vinculadas al activismo, la comunicación y la representación indígena.

Defensores ambientales:

Desde una perspectiva global, no solo el panorama de los líderes indígenas es complicado. Y es que en este escenario se puede incluir a los defensores ambientales que se han convertido en víctimas constantes de diversos tipos de mafias a nivel mundial. Uno de los ejemplos más emblemáticos, sin duda alguna, es el dela activista hondureña Berta Cáceres asesinada en marzo del 2016.

Al respecto, el diario británico The Guardian ha publicado un mapa interactivo que mantiene el registro de los asesinatos a defensores ambientales en lo que va del 2017 (ver aquí). Como se puede ver, en el presente año Brasil se han convertido en el país más peligroso para ejercer el activismo ecológico.

Las cifras son de una ascenso sostenido y alarmante. Si en el 2015 fueron asesiandos 185 defensores ambientales, para el 2016 se batió el nefasto récord con 201. En lo que va de 2017 van siendo victimados 153 y aún falta más de dos meses.

Un patrón común dentro de la mayoría de casos de defensores ambientales asesinados, es su rol como opositores de proyectos mineros, siendo la caza ilegal y la deforestación los otros dos grandes motivos detrás de esta ola de asesinatos.

Fuente: Servindi

Temas: Criminalización de la protesta social / Derechos humanos

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