Agotar la vía legal, decisión de los comuneros de Atenco que rechazan el nuevo aeropuerto

Idioma Español
País México

“Marcho con todo el coraje y la rabia, que trece años de resistencia me han dado. Ahora la gente tiene mucha incertidumbre por todos los engaños del gobierno, pero sabemos que sólo queda la organización”, expresó María de Lourdes, opositora al nuevo aeropuerto.

Por Carolina Bedoya
Fotos: Luis Jorge Gallegos

 

Ciudad de México. 8 de septiembre. Campesinos y campesinas del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) se movilizaron esta mañana en una caravana que partió de San Salvador Atenco al Tribunal Superior Agrario, en esta ciudad, para exigir al gobierno que desista de la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) que será construido, insistieron, en tierras comunales. Para estos hombres y mujeres esta obra significa la destrucción de su identidad y vida como pueblo originario, del futuro, del campo y del territorio; representa “la desintegración de toda una historia cultural y la ruina de sus formas de vida comunitaria, convirtiéndolos así en el ‘patio trasero’ del aeropuerto”, señalaron durante la protesta.

 

El pasado miércoles tres de septiembre, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, hizo oficial la ampliación del aeropuerto. El FPDT, que agrupa a pobladores de San Salvador Atenco, Texcoco, Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, reiteró de inmediato su rechazo a la megaobra: “Ya son casi trece años de lucha, nosotros queremos que ellos entiendan que no hay venta de tierras, porque eso significaría nuestra muerte como campesinos. Nosotros ganamos o nada. La derrota no existe en esta lucha y no hay dinero que nos compre”, sentenció uno de los miembros del FPDT.

 

La marcha que partió del Ángel de la Independencia y culminó en el Tribunal Superior Agrario, en la colonia Roma, tuvo como objetivo denunciar la ilegalidad de la asamblea realizada el pasado primero de junio, donde “se avaló de manera ilegal el dominio pleno de nuestras tierras para poder enajenarlas”, expresó el Frente en un comunicado. Y agregaron que el comisariado ejidal realizó la asamblea en un lugar privado donde le pagó a varias personas ajenas al pueblo para que asistieran y a golpeadores con el fin de que nadie se interpusiera.

 

Lizbeth, campesina de Atenco, expresó: “marcho con todo el coraje y la rabia que trece años de resistencia me han dado. Ahora la gente tiene mucha incertidumbre por todos los engaños del gobierno, pero sabemos que sólo queda la organización para seguir resistiendo”.

 

El Tribunal Agrario de Texcoco anuló el amparo interpuesto por los habitantes de Atenco y Texcoco que se oponen al AICM, lo que permite que el acta que hace viable el cambio de uso de suelo, sea legal. Para el FPDT es importante agotar todas las vías legales, sin dejar atrás la lucha social y la movilización en la calle.

 

“Nuestra inconformidad es la misma del 2001, es la misma incertidumbre pero con algunos matices, pues ellos con sus engaños han querido romper el tejido social en las comunidades”, manifestó el dirigente Ignacio del Valle y agregó que ellos no tienen un cálculo preciso del número de hectáreas de tierras que serán afectadas, porque colindan con otras comunidades, pero al menos unas 80 mil personas se verán afectadas de manera directa tan sólo en Atenco, y toda una región sufrirá las consecuencias de lo que implica una obra de estas magnitudes.
Atenco, un símbolo de resistencia

 

Félix Rojas es un campesino de Jalisco- Para él Atenco es un símbolo de lo que está sucediendo en todo el país: el despojo de la tierra y de la vida comunitaria. “Yo pienso que todos los mexicanos debemos sentir a Atenco como suyo, porque este tipo de obras no significan el progreso para los campesinos. Los problemas que vive hoy Atenco son los que suceden y van a suceder en todo el país y no podemos ser indiferentes ante esto”.

 

Cuando en el año 2001, el entonces presidente Vicente Fox anunció un decreto de expropiación, cinco núcleos ejidales y 13 comunidades afectadas iniciaron una lucha. Ernesto Cruz en ese entonces era tan sólo un niño. Hoy, trece años después, se deben levantar de nuevo para defender sus territorios. Ernesto y muchos otros jóvenes, sin saber trabajar la tierra, siente un apego hacia ella y la obligación de continuar defendiéndola. “El gobierno dice que esas tierras ya no sirven para nada, para nosotros vivir en el campo significa mucho. Aunque en muchos lugares no se siembre, aquí la tierra es tan bonita que ella sola nos proporciona comida, desde quelites hasta alfalfa; nosotros sabemos que esta tierra nunca nos va a dejar morir de hambre, como si ocurre en las ciudades”.

 

Aunque hay muchos jóvenes que aún no están muy convencidos de lo que significa esta obra de infraestructura en sus territorios, Ernesto Cruz considera que el gobierno “ya tiene bastante confundida a la gente y eso hace que mucha ya no crea en esas promesas de progreso. El gobierno primero le dijo a la gente que no sabía nada de la compra de tierras y ahora dice lo contrario, que si se compraron tierras ejidales y que eran alrededor de 550 hectáreas, pero que eran terrenos improductivos. Parte de esas tierras que se están robando pertenecen a la laguna de Xalapango, que es el último reducto natural de lo que fue el lago de Texcoco. A este lugar llegan los patos que vienen de Canadá, se da el alga espirulina de forma natural y también existen aproximadamente 144 especies, algunas de ellas endémicas”.

 

Para los habitantes de estas comunidades que se verán afectadas, expresa María de Lourdes, habitante de San Francisco Acuexcomac, “esas tierras nunca las van a vender y mucho menos ahora que los jóvenes están sembrando en tierras que el gobierno en algún momento declaró infértiles”.

 

“Si una vez echamos un decreto para abajo, esta vez también lo podemos hacer. Ellos están confiando en que ya ganaron, pero también sabemos que le temen a los pueblos que se organizan y es de esa manera que vamos a ganar esta lucha. Si es necesario entregar nuestra sangre y nuestra vida pues lo vamos a hacer, pero jamás le daremos el gusto de poner su cochino aeropuerto en nuestras tierras”, sentenció María de Lourdes.

 

Con el anuncio de la “obra de infraestructura del sexenio”, el FPDT continuará la defensa de su territorio, pues, dijeron, “este proyecto implica muchos problemas para nosotros y para la naturaleza. Además no es sólo el aeropuerto, sabemos que este tipo de obra trae muchos más proyectos como hoteles, comercios, carreteras y eso también nos perjudica mucho como comunidad”, refirió Ignacio Sánchez, miembro del Frente.

 

Fuente: Desinformémonos

Temas: Megaproyectos

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