Alemania: experimento en el océano, imparable

Idioma Español
País Europa

El Grupo ETC se unió al coro de voces, incluyendo la del Ministerio Alemán del Ambiente, para expresar su profundo rechazo a la decisión de la Ministra de Investigación de Alemania de reautorizar la controvertida expedición LOHAFEX de fertilización del océano.

Lo último sobre LOHAFEX: Arrojando por la borda la precaución (y el hierro)

Los investigadores a bordo del buque alemán RV Polarstern han arrojado ahora seis toneladas de sulfato de hierro sobre 300 kilómetros cuadrados del océano abierto en el Mar de Scotia (al este de Argentina) para estimular artificialmente el florecimiento del plancton. Será uno de los experimentos de fertilización oceánica más grandes hasta la fecha.

La expedición LOHAFEX había sido temporalmente suspendida por la Ministra de Investigación de Alemania, Annette Schavan, a pedido del Ministro del Ambiente, después de la oposición de grupos de la sociedad civil y expertos que afirman que la expedición viola la moratoria sobre fertilización oceánica que se acordó el año pasado durante el Convenio de Diversidad Biológica.(CBD)[1] <#_ftn1> El 26 de enero el equipo de Schavan expidió documentos al vapor que justifican el experimento, e hizo pública su reautorización. En respuesta, el Ministro del Ambiente de Alemania reiteró su oposición a la expedición LOHAFEX, haciendo una fuerte declaración[2] <#_ftn2> en la que critica el fracaso en garantizar el monitoreo independiente haciendo eco de preocupaciones expresadas en la comunidad científica, incluyendo las del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en torno a la fertilización del océano, que posibilitaron la moratoria de facto establecida el año pasado en la reunión del CBD.

“Nos ofende que la Ministra Schavan haya dado luz verde al vertimiento de hierro a pesar de las preocupaciones expresadas por el Ministro del Ambiente y por una amplia coalición de organizaciones de la sociedad civil así como de científicos,” afirmó Silvia Ribeiro del Grupo ETC, desde el Foro Social Mundial en Belém, Brasil. “Esta decisión muestra un desprecio sorprendente por la decisión de la Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica, en la cual el gobierno alemán jugó un papel clave, y erosiona seriamente la credibilidad de Alemania en las negociaciones futuras. También manda la señal equivocada a los geoingenieros que buscan rediseñar el planeta con fines de lucro.”

El acuerdo del CDB especificó que cualquier experimento científico tendría que hacerse en “pequeña escala” y “dentro de las aguas costeras”. Si bien no es claro si los 300 kilómetros cuadrados (aproximadamente el tamaño de Tobago) representan “pequeña escala” el lugar del experimento es claramente en alta mar y lejos de la costa. Los investigadores de LOHAFEX han argumentado que esta ubicación en alta mar es igual que en aguas costeras, porque algunas especies de plancton encontradas allí también existen cerca de la costa. “Aplicar esta definición creativa significa que muchos de los océanos del planeta podrían reclasificarse teóricamente como ‘costas’, despojando al término de todo significado”, enfatiza Jim Thomas del Grupo ETC. “Sorprendentemente, la Ministra Schavan aceptó este argumento inusual”. Thomas agrega que “si el gobierno alemán tiene problemas con los términos del acuerdo logrado en el CDB, debe plantearlos a través de los canales apropiados para renegociación.” Desgraciadamente, la decisión de seguir adelante con LOHAFEX parece querer esquivar las discusiones internacionales sobre la materia, en las agendas en la reunión de los Grupos Científicos del Convenio de Londres (del 11 al 13 de febrero) y de la próxima reunión del Buró del CBD (13 de febrero), es decir, en menos de dos semanas.

LOHAFEX no es un caso aislado. Varios ambientalistas se alarmaron la semana pasada al saber que otro esquema de fertilización del océano está desarrollándose.[3] Ahora se trata de urea, fertilizante rico en nitrógeno, que intentan arrojar en marzo en el Mar de Tasmania (entre Australia y Nueva Zelanda). Bajo los auspicios del Grupo de Tecnología Oceánica de la Universidad de Sydney, dirigido por Ian S. F. Jones, los financiadores del proyecto esperan luz verde del gobierno de Australia para arrojar urea en aguas internacionales. Bajo la protección de un “instituto de investigación”, el profesor Jones también es el hombre al frente de Ocean Nourishment Corporation, y es bien conocido por su interés en las ganancias potenciales de tales proyectos. [4] Al parecer la precaución que dio forma a las discusiones en el CBD hace menos de un año la están tirando por la borda y la sociedad civil necesitará trabajar duro para mantener la moratoria y asegurar que se fortalezca.

Para mayor información:

Jim Thomas
ETC Group (Montreal, Canada)
gro.puorgcte@mij
Tel: +1 514 6674932
Cell: +1 514 5165759

Pat Mooney
ETC Group (Ottawa, Canada)
gro.puorgcte@cte
Tel: +1 613 2412267
Cell: +1 613 2610688

Kathy Jo Wetter
ETC Group (Durham, NC, USA)
gro.puorgcte@ojk
Tel: +1 919 688 7302

[1] Aquí se puede consultar la decision de la Conferencia de las Partes del CBD sobre fertilización del océano en inglés

[2] Para consultar la declaración del Ministerio del Abmiente de Alemania (solo en inglés): Aquí

[3] Ver Ben Cubby, “Climate scientists seek a urea moment,” (científicos del clima buscan un momento para la urea) en Sydney Morning Herald, 21 de enero de 2009

[4] Ver, por jemplo, Shoji, K. and Jones, Ian S. F, “The costing of carbon credits from ocean nourishment plants,” (la valoración de los créditos de carbono de los planes de nutrición del océano) en Science of the total environment, vol. 277, no1-3, pp. 27-31, 2001.

Grupo ETC
Boletín de prensa
28 de enero de 2009

Temas: Agua

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