Costa Rica: comentarios sobre propuesta de Ley de etiquetado de transgénicos

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"La aprobación de una ley en materia de etiquetado sobre productos transgénicos en el congreso sería de gran utilidad para la construcción de marcos reales de bioseguridad comunitaria a nivel nacional. Es muy difícil proteger las semillas nacionales de la contaminación genética cuando los granos transgénicos que nos venden en el mercado no están etiquetados."

La ausencia legal sobre organismos transgénicos en Costa Rica es destacable en materia de etiquetado. Por eso el establecimiento de herramientas legales que prioricen el bienestar público sobre el beneficio privado deben de contar con todo el apoyo institucional posible.

Los diversos sectores de la sociedad costarricense han demostrado en diversas ocasiones su preocupación sobre la supuesta inocuidad de los organismos transgénicos, señalando la falta de consenso científico académico y haciendo un llamado a la implementación del principio precautorio. Además, esta sector a demostrado su disconformidad con la introducción de transgénicos en diferentes territorios del país. Lo anterior se ve reflejado en la creación de acuerdos municipales donde se declaran los siguientes cantones como territorios libres de transgénicos: Paraíso de Cartago el día 28 e mayo del 2005, Santa Cruz de Guanacaste el 08 de noviembre del 2005, Nicoya de Guanacaste el 14 de diciembre del 2006, San Isidro de Heredia el 21 de mayo del 2007, Abangares de Guanacaste el 26 de mayo el 2008, Talamanca de Limón 13 de noviembre del 2008. Moravia de San José el 27 de enero del 2009 y finalmente Barva de Heredia del 29 de abril del 2010. Como común denominador de estos acuerdos municipales salta la defensa de la agricultura orgánica y la protección a las semillas. Semillas heredadas por culturas campesinas e indígenas ancestrales. Simientes de nuestra cultura agrícola, donde las semillas transgénicas y sus patentes corporativas resultan una seria amenaza.

 

Si bien estas declaraciones tienen vacíos en cuanto al establecimiento de reglamentos que permitan velar por la ausencia de transgénicos en dichos territorios, es importante rescatar que esta es una discusión que tiene profundas raíces a nivel nacional y que hay una línea de trabajo a favor de la agroecología y la defensa ambiental. La aprobación de una ley en materia de etiquetado sobre productos transgénicos en el congreso sería, sin lugar a dudas, de gran utilidad para la construcción de marcos reales de bioseguridad comunitaria a nivel nacional. Es muy difícil proteger las semillas nacionales de la contaminación genética cuando los granos transgénicos que nos venden en el mercado no están etiquetados. No obstante esta no es una solución integral a la amenaza de la contaminación transgénica sobre el patrimonio agrícola mundial.

 

En diversos diálogos con miembros de la Comisión Nacional de Bioseguridad (de la cual soy representante activo por la Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente) se presentan criterios encontrados donde algunos miembros consideran que los acuerdos municipales de territorios libres de transgénicos no son de carácter vinculante. Por lo tanto, El MAG podría autorizar siembras de transgénicos en territorios donde los Consejos Municipales hayan establecido restricciones a este tipo de cultivos. Es Importante resaltar que el espíritu que priva en los cantones libres de transgénicos es un espíritu de protección al patrimonio agrícola local, de fomento a la agricultura ecológica y un espíritu de precaución ante los diversos impactos negativos que los transgénicos representan sobre la agricultura convencional y orgánica. Ejemplos de estos impactos negativos son la contaminación genética sobre variedades locales, una de las más agresivas formas de convertir un patrimonio agroecológico mundial en propiedad corporativa patentada y que además, representa serios riesgos sobre la salud ambiental y humana. Existen estudios publicados que corroboran que la contaminación genética es una realidad ya confirmada (Messeger J, et all. Plant Biotechnology Journal. 2006)

 

La implementación de una ley de etiquetado en materia de organismos transgénicos sería una herramienta útil y valiosa para que la sociedad costarricense pueda seguir tomando decisiones informadas. Debo de aclarar que hoy en día se venden granos de maíz transgénico y soja en los mercados nacionales y que debemos visualizar las diferencias arancelarias entre granos y semillas cuando legislamos sobre bioseguridad nacional. Aunque la libre venta de semillas de cultivos transgénicos no ha sido autorizada por el departamento Fitosanitario del MAG, la venta de granos transgénicos (con capacidad reproductiva) no ha sido restringida. La diferencia en requisitos de importación entre granos y semillas ignora que la población compra granos contaminados con transgénicos y siembra esos granos en diversos campos de cultivo, contaminando genéticamente de esta forma el agro ecosistema nacional. A pesar de que no se haya autorizado la presencia de estos cultivos en el país, los consumidores/as hoy pueden sembrar algunos granos en completo desconocimiento sobre la presencia de constructos transgénicos que de ninguna forma natural hubieran podido estar dentro del ADN de los cultivos y que además responden a patentes monopólicas de compañías transnacionales. Este ejemplo de granos transgénicos versus semillas transgénicas evidencia la importancia en materia de etiquetado sobre productos transgénicos. La contaminación con maíz transgénico fue expuesta por las organizaciones ecologistas en Costa Rica en una conferencia de prensa en el año 2006 en el Colegio de Periodistas. Lo anterior en el marco de un proyecto de la Alianza Centroamericana de Protección a la Biodiversidad en el que realizamos un monitoreo en la región Centroamericana. En ese estudio constatamos la presencia de variedades de maíz transgénico que están siendo vendidas como granos en el Mercado Central, incluyendo variedades no autorizadas para el consumo humano en la Unión Europea. Las muestras fueron analizadas inicialmente en Costa Rica con herramientas básicas de detección de proteínas transgénicas y finalmente se corroboraron los hallazgos en los laboratorios en EEUU de Genetic ID.

 

La contaminación con maíz transgénicos sobre las variedades sagradas de maíz en Oaxaca México se inició de esta forma en momentos donde la venta de semillas de Maíz transgénico estaba prohibida en México. Dicha contaminación se denunció en el 2001.

 

Analizando artículos en especial de la propuesta de Ley

 

Sobre el artículo primero, la creación de una oficina especializada para el control de la importación, exportación, comercialización, uso y etiquetado de productos transgénicos a cargo de la Unidad Fitosanitaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

 

Sí, claro que es urgente que existen instancias independientes con capacidad técnica de monitoreo en los puertos de entrada de granos y semillas. El MAG debe de contar con laboratorios especializados donde se puedan realizar análisis de monitoreo independientes. Destaco la función de monitoreo que debe de ejercer dicha instancia. Por esto, en el futuro reglamento de dicha ley deben quedar muy bien estipuladas las fuentes de financiamiento para mantener estos departamentos realmente funcionando. Sería pertinente que los importadores de transgenicos y los exportadores de semillas transgénicas pagasen un impuesto para que se puedan equipar laboratorios y tener un departamento de alto nivel para velar por la inocuidad de los alimentos, los granos y demás productos del sistema agro alimentario mundial. Además, es momento de poder realizar estudios clínicos independientes sobre la inocuidad de esos productos y no aceptar a ciegas lo que nos envía la industria del norte. Establecer laboratorios de alto nivel que generen investigaciones de alto nivel científico en aras de velar por la salud pública nacional. El monitoreo de transgénicos es un tema de bienestar público sobre beneficio privado.

 

Debo de recordar la contaminación con arroz transgénicos no autorizado para consumo humano sucedida en Costa Rica en el 2006, En ese año recibí llamadas desde Greenpeace de USA alertando que el barco Peregrine zarpaba hacia Costa Rica con 36 000 toneladas de arroz contaminado con el grano transgénico LL601 no autorizado para consumo humano en Estados Unidos. El grano transgénico LL601 se “escapó” de los campos experimentales de la Bayer en las áreas de cultivo de arroz comercial y según los expertos llego a contaminar hasta un 40% del arroz producido en EEUU (para refrescar información del caso visitar aquí)

 

En ese momento Los ambientalistas solicitamos la colaboración del Departamento de Cuarentena Vegetal del Ministerio de Agricultura para poder tomar muestras del arroz contenido en el barco, el cual arribó en Puerto Caldera. Incluso la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad hizo una petición similar alertando de la importancia de realizar dicho muestreo antes de que el arroz de Bayer estuviera en nuestro gallo pinto. Finalmente el gobierno en ese momento hiso caso omiso de las alertas y el arroz fue descargado en puerto ese diciembre del 2006. En una carta enviada en ese momento por Greenpeace al referente internacional del Protocolo de Cartagena: Alex May, quien es el coordinador de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad, Greenpeace de Estados Unidos, indica la importancia de que Costa Rica genere sus propios mecanismos para analizar la importación de arroz proveniente de Estados Unidos. En ese sentido, la Unión Europea no acepta las certificaciones que las mismas compañías exportadoras estadounidenses realizan sobre sus exportaciones pues consideran que son permisivas. Embarcaciones certificadas como libres de transgénicos al ser muestreadas en los puertos europeos resultan estar contaminadas con la variedad de arroz transgénico no autorizado para consumo humano de la empresa Bayer

 

El artículo 2 dice “La Unidad Fitosanitaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería, capacitará a sus funcionarios en el manejo de productos transgénicos, en coordinación con el Instituto Nacional de Aprendizaje”.

 

Desde la perspectiva netamente agronómica el INA puede dar grandes aportes en materia de Bioseguridad desde el Núcleo Agropecuario. Pero hay que reconocer la importancia de la participación activa de las Universidades. Hay trabajos bastante objetivos sobre el tema de bioseguridad donde se puede rescatar el trabajo del profesor Jaime García de Escuela de Biología de la UCR. Dicho profesor ha recopilado una serie de materiales tanto escritos como audiovisuales de carácter académicos que serían insumos importantes para los agrónomos que el INA quiera formar en esta materia.

 

“Artículo 3. Corresponde al Ministerio de Agricultura y Ganadería la vigilancia, cumplimiento y funcionamiento de la importación, exportación, comercialización, uso y etiquetado de productos transgénicos ya sean importados o producidos en el país”.

 

El Ministerio de Salud ni el de Ambiente deben de quedar por fuera. La bioseguridad nacional va mucho más lejos de los criterios netamente agronómicos. En materia de inocuidad de transgénicos hay muchas aristas, existen evidencias científicas publicadas y certificadas, estudios con animales llevados a cabo en muchos países, por distintas entidades (gobiernos, organizaciones científicas independientes y empresas) que demuestran que los transgénicos causan una amplia gama de graves e inesperados impactos en la salud.

 

Un caso que debe de ser recordado y que evidencia la urgencia del etiquetado a productos transgénicos es la reciente liberación con fines “semicomerciales” de la piña transgénica rosa en Buenos Aires de Puntarenas. La empresa LM 21 en una carta a la Comisión Nacional de Bioseguridad solicitó liberar 8 líneas de piñas transgénicas con fines “semi comerciales”… ¿Que querrá decir semicomercial? pregunté en ese momento, aún espero la respuesta, ¿a cuál semimercado y a cuales semiconsumidores serán vendidas estas piñas recién salidas de laboratorios?... Hasta el día de hoy desconozco que se le hayan realizado por lo menos pruebas de equivalencia sustancial a dicho material, por no hablar de análisis clínicos u otros que permitan garantizar la absoluta inocuidad sobre la salud humana. La respuesta en la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) cuando expuse estas preocupaciones fue prácticamente que ese era un tema de salud pública y que como en la CTNBio no hay representantes del Ministerio de Salud que no era un tema a discutir.

 

Finalmente creo que la ley debe de establecer que exista un acompañamiento por parte de Ministerio de Agricultura y Ganadería a las ordenanzas locales que manifiesten el rechazo al cultivo de transgénicos. Es importante que se respeten estas decisiones e incluso que se respalden. Recordemos que el espíritu que priva en estas declaraciones es el de protección a la diversidad agrícola y silvestre nacional.

 

Cerrar los ojos y abrir la boca, precisamente esto es lo que quieren que hagamos los sectores agroindustriales que comercializan transgénicos. Todo consumidor tiene derecho a saber el origen de los productos. La Ley que propone el diputado Víctor Emilio es de importancia y debe contar con nuestro apoyo. Como agro biólogo estoy convencido que los transgénicos en la agricultura son un paso más en la dirección equivocada y que las soluciones a los problemas del agro se encuentran en la agroecología y no en la transgénesis. Mi trabajo es en pro de una Costa Rica agro ecológica, donde las semillas son patrimonio común inalienable e imprescriptible. El etiquetado no es una solución a las amenazas de los cultivos transgénicos pero favorece una discusión nacional sobre los riesgos y amenazas que estos cultivos presentan y es una herramienta útil para la sociedad en general.

Por MSc Fabián Pacheco Rodríguez
Núcleo Agropecuario INA, Miembro de la Comisión Técnica Nacional en Bioseguridad por el sector ecologista.
moc.liamg@edreveuqolb
www.rallt.org

Temas: Transgénicos

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