Costa Rica: líderes de comunidades y ambientalistas se oponen a la política gubernamental para extraer hidrocarburo en Petén

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El proyecto de licitar tres áreas al sur de Petén para la exploración petrolera ha abierto de nuevo las heridas sociales, especialmente aquellas que reclaman el mantenimiento del ambiente y evitar el calentamiento global

Discordia por el petróleo

Mientras el Gobierno apuesta por la exploración petrolera, líderes comunitarios y ambientalistas la cuestionan y recuerdan que las comunidades que han experimentado esa actividad no han recibido el supuesto beneficio.

Jorge Antonio García, viceministro de Energía y Minas, reconoce que este año el Gobierno trata de promover tres áreas petroleras de exploración. “Estos contratos serían otorgados en la parte sur de Petén”, explica.

El área está en la zona de amortiguamiento y de usos múltiples de la reserva de la biosfera Maya.

Según García, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) ha dado recomendaciones sobre las regiones propuestas por el Ministerio de Energía y Minas (MEM).

“Vamos a replantear con coordenadas para iniciar la licitación. Queremos estar seguros de que no son tierras protegidas”, refiere.

Dos más

Si se otorgaran estos contratos, el país tendría cinco regiones de exploración, entre Alta Verapaz, Petén e Izabal.

Otros dos contratos tuvieron que cerrar porque las empresas que exploraban en San Andrés, Petén, y en Alta Verapaz no continuaron, por falta de recursos. Su caso está en la sala primera de lo Contencioso Administrativo, tras ser demandadas por el Estado.

“El proyecto está acompañado de estudios de impacto ambiental y cumple con lo que la ley exige”, insiste García.

Carlos Albacete, director de la organización ambientalista Trópico Verde, recuerda que habían intentado otorgar el área en concesión en 1998, pero grupos sociales obligaron al Gobierno a cancelar el proyecto y crear un cinturón de protección o zona de amortiguamiento.

“La pretensión del Ejecutivo condenaría a la extinción la biodiversidad de la zona”, dice Albacete.

Magaly Rey Rosa, del Colectivo Madre Selva, cuestiona el plan oficial. “Los gobiernos siempre dicen lo mismo cuando quieren nuevas licencias petroleras. El negocio del petróleo no es de Guatemala sino para las petroleras”, reclama.

El año pasado las compañías produjeron 6.7 millones de barriles de petróleo, que generaron un ingreso al Estado de Q605 millones, monto equivalente a la tercera parte del presupuesto del Ministerio de Gobernación y a la mitad del de la Defensa.

Las estadísticas del Banco de Guatemala registran que la producción de petróleo, según el Producto Interno Bruto, representaron Q22.9 millones en ese rubro.

Ninguna entidad financiera del Gobierno detalla en sus reportes hacia dónde se fue ese monto, y lo más probable, explica Luis Urízar, doctor en Administración Pública, es que haya ido a parar al fondo común y no a las comunidades que se encuentran alrededor de los pozos petroleros.

“El dinero va a un fondo común porque no tiene destino. Entonces, en la nueva asignación presupuestaria se diluye donde sea”, informa.

Oposición

Vicente Xoc, líder comunitario de San Andrés Petén, dice que su comunidad está organizada para oponerse.

“Somos más de 40 líderes que creemos que van a destruir nuestra siembra con esos movimientos”, advierte.

Manuel Caal, representante de 25 localidades de Alta Verapaz, comenta que las tierras son benditas porque hay áreas arqueológicas y reservas naturales. “No queremos petroleras”, resalta.

Luis Ortiz, ministro de Energía y Minas, explica: “No actuamos arbitrariamente. Hemos anticipado mucho trabajo con los ministerios de Ambiente y Cultura. Queremos hacer consultas y, de hecho, ya hay gente de nosotros hablando con líderes de Alta Verapaz”.

Carlos Mazariegos, ingeniero petrolero y ex director de Hidrocarburos del MEM, reconoce que las comunidades tienen razón en exponer sus temores.

“Se debe tener una ingeniería que considera la parte ambiental y ecológica. En Petén, en el pozo Xan, le dijeron a la gente que los animales tenían cáncer, y no fue así. Hicimos una reunión, les explicamos los beneficios y la gente quedó tranquila”.

Según estadísticas del MEM, Xan, respaldado por el contrato 2-85, es el que produce entre el 85 y el 90 por ciento de barriles de petróleo nacional por año.

En los primeros siete meses de este año, Xan ha producido 3.2 millones de barriles de crudo.

Pero, ¿es o no suficiente para el consumo nacional? La respuesta es no.

Ni para el consumo

En el 2005 Guatemala produjo 4.2 millones de barriles de productos derivados del petróleo. El 90 por ciento fue asfalto, seguido de diésel, nafta y gas oil.

El petróleo de Guatemala, explica Manuel Guillén, director del Centro de Estudios Superiores de Energía y Minas, de la Universidad de San Carlos, sirve para materia prima de asfalto.

“El pozo que más produce es el de Xan. Es un petróleo pesado que si es procesado o refinado no da gasolina, sino búnker y diésel. Eso sí, es materia prima excelente para producir asfalto”, dice.

A ello se agrega el nivel de consumo nacional que el año pasado alcanzó los 15.5 millones de diésel, gasolina regular y súper.

Guatemala importó 27.2 millones de barriles de productos derivados del petróleo (gasolina, kerosina, diésel, búnker, orimulsión, pet coke), y exportó seis millones de barriles (5.9 millones de barriles de crudo y 100 mil barriles de asfalto).

Bernardo Franco, gerente general de Perenco, la mayor exportadora del crudo nacional, informa que Guatemala tiene potencial para tener petroleras más formales.

“Es un país poco explorado en esta materia. Se requiere de una política petrolera formal. Muchos contratos están por terminar, y lo más lógico es que la producción baje. A medida que se acerca la fecha final del contrato, una parte de la inversión ya no es rentable”, apunta.

Al sur de petén, probabilidades

Belice encuentra petróleo de buena calidad

El descubrimiento de un pozo de petróleo en Belice, en la zona fronteriza con Guatemala, ha motivado a las autoridades de este país.

El crudo extraído tiene buenas calidades para refinarlo y convertirlo en combustible de uso popular.

El pozo colinda con la cuenca de Petén Sur, donde el Gobierno piensa licitar tres áreas de exploración, pues cree que puede haber petróleo de calidad similar.

Jorge Antonio García, viceministro de Energía y Minas, explica: “En Belice se encontró petróleo bastante liviano, que tiene hasta 36 grados API y poco azufre. Se puede vender fácilmente a precios favorables. Hay perspectiva de que en algunas zonas nuestras podamos obtener petróleo más liviano”.

Bernardo Franco, gerente general de Perenco, la mayor generadora de crudo en Guatemala, cree que éste es un país poco explorado en materia petrolera.

“Explorar requiere inversión, pues hay que hacer estudios sísmicos y geológicos. Si en el futuro el país no define qué hacer con los contratos petroleros, la actividad se va a reducir y obviamente tendrá producción baja. La actual política petrolera es de hace 20 años, y el mercado está cambiando constantemente”, expresa Franco.

El viceministro cree que buscar petróleo sería atractivo para las compañías internacionales, pues el aliciente vendría por el lado de los precios altos.

Los golpes ecológicos de la actividad petrolera

Los ingenieros petroleros consultados coinciden al afirmar que la actividad petrolera no genera desequilibrio ecológico.

Manuel de Jesús Guillén, ingeniero petrolero, dice que la explotación tiene control tecnológico y estudios de impacto ambiental.

El viceministro de Energía y Minas, Jorge García, señala: “La gente cree que va a haber desastre ambiental, pero hay mucha tecnología para que los impactos sean mínimos. Creen que la explotación petrolera ha ocasionado muchos problemas, pero lo negativo que ha ocurrido en Guatemala ha sido por las invasiones a los campos y el narcotráfico”.

Carlos Mazariegos, ex director de Hidrocarburos, informa que la explotación del recurso no perjudica la fertilidad, no hace más debil la tierra y tampoco la erosiona.

“El petróleo está en los poros de las rocas, está acumulado. A la hora de perforar los pozos se tienen que cementar, llevan tubos de recubrimiento y se aislan de los mantos freáticos. Se protegen los acuíferos que van en el agua potable. No hay el mínimo riesgo”, subraya el ex funcionario.

Impacto ambiental

El investigador Luis Solano, en su libro Guatemala: Petróleo y minería en las entrañas del poder, describe que estas actividades van más allá de las operaciones empresariales de carácter extractivo. “Trascienden al plano político, escenario donde petróleo y minería adoptan su real protagonismo como mercancías que reúnen poderosos intereses locales y extranjeros, dispuestos a hacer uso del poder”, indica.

Carlos Albacete, dirigente ambientalista de Trópico Verde, expresa que la actividad petrolera es una visión de corto plazo pues el mundo actualmente habla de que ésta provoca el calentamiento de la atmósfera.

“El calentamiento se produce al quemar combustibles fósiles que están en el subsuelo y tienen una cantidad de carbono acumulado en el suelo”, explica Albacete.

La actividad petrolera quema los gases cuando extrae el crudo. A ello se agrega que el ser humano utiliza los derivados del petróleo que expelen gases que dañan la atmósfera y por ende provocan el calentamiento global.

“Nuestra experiencia en Laguna del Tigre, Petén, es que las petroleras no se responsabilizan de los impactos indirectos”, dice.

Agrega que esas compañías hicieron una carretera que luego fue usada por asentamientos humanos en busca de trabajo, pero al no encontrar se quedaron viviendo allí y dañaron la ecología.

“En Petén, el ferri que hicieron ahora es usado para el paso de indocumentados, hombres armados vinculados al narcotráfico y ganado. Su llegada generó ingobernabilidad”, refiere el ambientalista.

Actividades: Guatemala consume más

La actividad de explotación petrolera es pequeña.

Guatemala tiene tres campos, en los cuales hay 55 pozos que aportan a la actividad petrolera.

Entre 16 mil y 18 mil litros de crudo se producen a nivel nacional.

La etapa de exploración puede durar entre tres y seis años para determinar si hay posibilidades de yacimientos de petróleo.

Exploración sería para futura refinería

El proyecto para la instalación de una refinería de petróleo en Centroamérica tiene dos opciones importantes: Guatemala y Panamá.

La refinería, que tendrá un costo de US$7 mil millones, procesará 360 mil barriles de crudo pesado diarios. De ese monto, Petróleos Mexicanos (Pemex) proveerá 230 mil, Guatemala y Belice otros 30 mil, y el resto se comprará en el mercado internacional.

La firma consultora KBC, encargada de los estudios de factibilidad, indica que Puerto Quetzal se coloca en el primer lugar para instalar la refinería, seguido de Puerto Armuelles, en Panamá.

El viceministro de Energía y Minas, Jorge Antonio García, dice que si el Estado logra tener éxito en las áreas de exploración que están por licitar, en cinco años se podría a empezar a tener resultados.

“Este proyecto va ligado al de la refinería que se estudia y que probablemente se construya en Guatemala. Esto requiere de producción adicional a la que ofrece México, que es de 230 mil barriles, y la planta se estaría diseñando para 330 mil o 350 mil barriles. Entonces Guatemala tendría la posibilidad de que su petróleo sea procesado internamente, para cubrir la demanda”, informó García.

Cerca de la franja

Los nuevos proyectos de exploración se ubican en la parte sur de Petén y la región norte de Alta Verapaz, justo donde pasa la franja transversal del norte.

El Gobierno también está por iniciar la licitación para la construcción y asfalto de este proyecto.

La convocatoria pública internacional efectuada en mayo recién pasado fija el 22 de agosto para presentar ofertas para la construcción y asfalto de la Franja Transversal del Norte.

Más información: moc.liamg@hctawlio / gro.hctawlio@zenay.ennovi

Fuente: Oilwatch Costa Rica

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