Cumbre Mundial de Alimentación: las ONG abogan por la 'Soberanía Alimentaria' como medio para luchar contra el hambre

La Cumbre Mundial de la Alimentación abrió ayer miércoles sus puertas a las organizaciones no gubernamentales, entre ellas algunas de defensa del campesinado y de los indígenas de América Latina, con el fin de que presentaran sus propuestas de desarrollo a los 183 países reunidos en Roma para evaluar los avances de la lucha contra el hambre durante los últimos cinco años.

A diferencia de la primera cumbre mundial de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), celebrada en 1996, esta vez la conferencia se ha abierto a líderes antiglobalización y defensores del Medio Ambiente, entre ellos el “Nobel alternativo” hindú Vandana Shiva y la dirigente indígena guatemalteca Rosalina Tuyuc.

Desde la tribuna, Shiva defendió la diversidad biológica y denunció “el acaparamiento de patentes” por parte de las multinacionales de los países ricos. A su vez, el codirector de la ONG estadounidense Food First (“Comida primero”), Peter Rosset, acusó a estos mismos países de distorsionar los mercados con los subsidios con los que ayudan a sus agricultores.

La presencia de las ONG, muy críticas con la evolución de la lucha contra el hambre --cuyo fracaso reconoce incluso la ONU--, fue justificada por el director general de la FAO, Jacques Diouf, afirmando que “la globalización, que ha reducido el papel del Estado, ha alimentado el nacimiento de nuevos actores, como las ONG, el sector privado y la sociedad civil”. “Hay que trabajar con ellos”, apuntó.

Esta declaración supone todo un cambio de rumbo para Jacques Diouf, quien hasta ahora había excluido a las ONG de las grandes citas internacionales. En realidad se trata de hacer oficial una colaboración que tiene lugar de forma diaria en el terreno, donde los técnicos de la FAO y los de las organizaciones no gubernamentales trabajan juntos. De hecho, Diouf incluso participó en la inauguración de la “contracumbre” paralela de ONG.

Soberania alimentaria

Esta conferencia, que comenzó el pasado domingo, concluyó ayer con la adopción de la “Declaración sobre Soberanía Alimentaria”, que las ONG consideran como la base fundamental para cualquier estrategia de lucha contra el hambre, junto con el reconocimiento oficial de que la alimentación es un Derecho Humano fundamental que debe ser protegido de las prácticas de empresas, gobiernos u organismos multilaterales que lo vulneren.

La “Soberanía Alimentaria” supone además el derecho de los Estados y las comunidades a definir sus propias políticas “para la producción, distribución y consumo sostenible” de los alimentos, siempre en el respeto de diversidad de culturas y de modelos productivos. La prioridad por lo tanto debe concederse a la producción orientada a los mercados interiores, al rechazo de la privatización de los recursos productivos y genéticos, y de forma general a la consolidación de democracias participativas.

Asimismo, el Foro de ONG reclamó la puesta en marcha de políticas que garanticen el acceso a los recursos productivos --tierras, agua, créditos, tecnología y biodiversidad-- en igualdad de condiciones para hombres y mujeres, y que se impulse la protección social y laboral de los trabajadores del sector rural y de las comunidades indígenas.

Finalmente, el Foro, sin hacer referencia de forma expresa a los alimentos transgénicos (u organismos genéticamente modificados, OGM), apunta que durante siglos “son las agriculturas campesinas y familiares las que han garantizado la alimentación de sus comunidades”, y que es este modelo el que tiene que recibir apoyos desde los ámbitos local e internacional.

La cuestión de los OGM ha sido motivo de serias divergencias entre la FAO y las ONG, ya que la primera no los desaconseja --por considerarlos una opción para países en crisis agrícola-- y las segundas los rechazan ante la posibilidad de que se conviertan en nuevos instrumentos en manos de las multinacionales y que destruyan el equilibrio de los ecosistemas.

Numerosas organizaciones de defensa del Medio Ambiente, como Greenpeace, habían presionado para que la cumbre adoptase un código de conducta sobre la utilización de los transgénicos, a pesar de lo cual la Declaración de la FAO adoptada el pasado lunes sólo habla de hacer un uso “responsable” de la biotecnología, sin precisar ningún método de control.

Más información: FAO

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