Derechos Humanos en Nigeria: diez años sin Ken Saro-Wiwa

Idioma Español
País África

El escritor y ambientalista nigeriano Ken Saro-Wiwa, fue ejecutado en la horca el 10 de noviembre de 1995 por la dictadura de Sani Abacha, junto con otros ocho líderes de la minoría étnica ogoni, por organizar campañas contra la devastación causada por empresas petroleras en el delta del río Níger

"En mi libro, imagino el último día de mi padre antes de su ejecución. Entré en su cabeza, reconstruyéndolo a partir de sus cartas y poemas escritos en prisión. Él siempre quería que escribiera y ahora entiendo por qué. Es porque lo que uno escribe es lo que ha dejado atrás", dice Ken Wiwa.

Su padre, el escritor y ambientalista nigeriano Ken Saro-Wiwa, fue ejecutado en la horca el 10 de noviembre de 1995 por la dictadura de Sani Abacha, junto con otros ocho líderes de la minoría étnica ogoni, por organizar campañas contra la devastación causada por empresas petroleras en el delta del río Níger.

Para conmemorar el décimo aniversario de esa ejecución colectiva, Oil Change International, Amnistía Internacional y otros grupos organizaron una gira por nueve ciudades en que Wiwa lee su libro "In the Shadow of a Saint: A Son's Journey to Understand His Father's Legacy" ("A la sombra de un santo: El viaje de un hijo para comprender el legado de su padre").

La gira, que finalizará el mes próximo, también aspira a concitar atención en torno al verdadero "precio del petróleo" en términos de cambio climático, conflictos armados motivados por ese recurso y los derechos humanos de comunidades locales a las que apuntan las industrias extractivas.

"Ken disparó un movimiento de resistencia global al petróleo, inspirando a comunidades de países tan distantes como Birmania y Ecuador", destacó Stephanie Alston, coordinadora de la gira, denominada "El Precio del Petróleo".

"Queremos rendirle homenaje y usar su historia como una leyenda que ejemplifica cuán sucio es el petróleo. Estas giras son un modo de inspirar a la gente para que actúe", agregó.

Apenas se inició la gira, surgieron noticias de que otra estación de bombeo en la región del delta del Níger había sido cerrada debido a amenazas de milicias. La violencia de la lucha actual mantiene viva la tragedia de la ejecución de Saro-Wiwa, según los activistas.

"Fue un hombre que pasó su vida entera defendiendo la no violencia", explicó Dimicari Von Kemedi, negociador en los acuerdos de paz de la comunidad ijaw con las milicias en la región.

"Es por esto que él era la mayor amenaza para el gobierno nigeriano, y es por esto que acusarlo de asesinato fue tan ridículo", dijo. "Asesinato" fue el cargo oficial contra Saro-Wiwa.

En 1990, Saro-Wiwa lanzó el Movimiento para la Supervivencia del Pueblo de Ogoni, para luchar por justicia ecológica y social. Tuvo tanto éxito que, tres años más tarde, la empresa Shell retiró sus operaciones del territorio ogoni. En sus propios escritos, él explicó la injusticia que lo alentó a actuar.

Unas "500.000 personas del pueblo ogoni viven en 404 millas cuadradas (1.046 kilómetros cuadrados) en la región del delta del Níger", observó Saro-Wiwa, y agregó que, desde que hicieron el primer pozo en 1958, las empresas petroleras Shell y Chevron extrajeron petróleo por un valor estimado de 30.000 millones de dólares.

"Los ogoni no han recibido regalías por el petróleo, ni tienen electricidad, cañerías de agua, teléfonos, educación ni instalaciones sanitarias. En cambio, 30.000 ogoni han sido desplazados, 1.000 masacrados y ocho aldeas arrasadas", escribió.

Convencido de que un ambiente limpio era el primero de los derechos humanos, Saro-Wiwa se manifestó en contra de las corporaciones multinacionales y de la dictadura militar nigeriana, que él consideraba cómplices en la devastación ambiental y en las violaciones a los derechos humanos.

Nigeria es el mayor productor de petróleo de África y el undécimo en el mundo. Noventa y cinco por ciento de su producción de petróleo y gas es extraída por corporaciones multinacionales a través de emprendimientos conjuntos con el gobierno nigeriano. Shell es la más grande de ellas.

La Comisión de Delitos Económicos y Financieros del país estima que 45 por ciento de las ganancias procedentes del petróleo son despilfarradas, robadas o desviadas por funcionarios corruptos.

Además de la corrupción, también es necesario desarrollar la infraestructura del país. Nigeria exporta 1,86 millón de barriles de crudo por día, pero importa el producto refinado a un precio mucho más alto.

Sesenta y seis por ciento de los nigerianos viven debajo de la línea de pobreza. El delta del Níger es la región más pobre y menos desarrollada, aunque allí se produce la mayor parte del petróleo de Nigeria.

"Mi padre escribió poesía, novelas, memorias, artículos históricos y periodísticos. Como escritor en África, uno no puede divorciar su arte de sus creencias políticas. Él escribió para llegar a las masas. Pero en un país donde muchos son analfabetos, decidió abandonar la escritura y llevar sus creencias a la calle", dijo Ken Wiwa.

Su ejemplo inspiró a muchos, por ejemplo a Kemedi. "Luego que Ken fue aprehendido, el jefe de estado militar mantuvo una reunión con los sindicatos, líderes estudiantiles y de comunidades étnicas, entre otros, para explicar sus acciones", recordó.

"Ellos actuaron como si hubieran matado a un criminal común. Todos estaban quietos. Yo decidí hablar. Dije: "Con el debido repeto, usted no debería haber hecho lo que hizo, pero ahora honremos con el legado de Ken y luchemos por lo que él luchó".

"Entonces organicé una manifestación masiva en Port Harcourt. Pocos meses después, unos guardias me detuvieron sin razón. Me dejaron ir, pero desde entonces mi vida ha dado un giro y me he dedicado a las cuestiones del delta".

Ahora Nigeria tiene un líder elegido en forma democrática, el presidente Olusegun Obasanjo, que creó la Comisión de Desarrollo del Delta del Níger en respuesta a las demandas comunitarias de una mayor participación en los recursos petroleros.

Shell también adoptó resoluciones orientadas a lograr mejores estándares ambientales, detener las fugas de gas y reconciliarse con las comunidades.

Kemedi, sin embargo, está intranquilo. "El gobierno actual continúa las políticas del general Abacha, reprimiendo la voz del pueblo. Por lo menos con Abacha sabíamos con quién estábamos tratando... Hoy hay más soldados que nunca operando en el delta", dijo.

Con respecto a Shell, Kemedi opinó que el discurso ha cambiado, pero todavía hay muchos problemas, como las fugas de gas, los derrames de petróleo y las explosiones.

La región del delta del Níger contiene el tercer bosque de mangles más grande del mundo. También alberga a diversas comunidades étnicas, cada una de las cuales soporta una carga de daño ambiental causada por la producción de petróleo.

"Hoy las cosas son mucho peores que hace 10 años. Hay milicias que amenazan con cerrar la industria del petróleo. Esto envía un mensaje muy peligroso al mundo. Shell está contemplando la posibilidad de volver a Ogoniland, pero nadie ha sido responsabilizado aún por los delitos del pasado", dijo Ken Wiwa.

El Centro para los Derechos Constitucionales, con sede en Nueva York, presentó una demanda contra Shell y su subsidiaria nigeriana por organizar el arresto y la ejecución de "Los nueve de Ogoni", incluso de Ken Saro-Wiwa, haciendo que el gobierno aplastara al movimiento de protesta y sobornara a supuestos testigos para que prestaran falso testimonio. La demanda aún espera su turno en los tribunales.

Mientras tanto, los problemas ambientales persisten. El mayor peligro proviene de las fugas de gas, que ocurren cuando el gas liberado en el proceso de perforación para extraer el petróleo se quema en la atmósfera.

Un informe de la organización nigeriana Environmental Rights Action concluyó que Nigeria es responsable de 20 por ciento del total mundial de fugas de gas, más que cualquier otro país. Se estima que este gas desperdiciado cuesta 2.500 millones de dólares al año y convierte a Nigeria en el mayor contribuyente de gases invernadero de toda África subsahariana.

En su sitio web, Shell sostiene que, aunque no tenía derecho a interferir en la política nacional, hizo todo lo posible para asegurar clemencia para Saro-Wiwa y preservar sus derechos humanos.

Madhuri Mohindar - IPS

Fuente: Revista Rebelión

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