Ecocidio en río La Pasión genera temor en norte de Guatemala

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País Guatemala

El 28 de abril de 2015, fuertes lluvias provocaron que se desbordara parte del agua de las lagunas de oxidación de la empresa Reforestadora de Palma de Petén S.A. (Repsa) en el río La Pasión, en Sayaxché, Petén, Guatemala. Dos días después, comenzaron a aparecer peces muertos, que mostraban señales de asfixia.

El desastre, que ha sido catalogado como un “ecocidio” por el ministro de Ambiente y Recursos Naturales, Óscar Medinilla Sánchez, se reportó el pasado 6 de junio. Comunitarios dieron a conocer que miles de peces y tortugas flotaban sin vida en el río. Un video filmado en el lugar mostraba la tragedia, y acusaba de esta a la agroindustria de palma africana.

Repsa es parte del grupo Hame, dedicado al cultivo de palma africana, que, a su vez, forma parte de Olmeca, empresa a través de la cual se comercializa el aceite producido.

Pero la compañía, que en un principio, por medio de su gestor ambiental corporativo Alejandro Chacón, aceptó la responsabilidad de los hechos —dijo que debido a las fuertes lluvias no tuvieron capacidad de reacción, lo que ocasionó el desbordamiento de las aguas de la laguna—, intenta ahora desvincularse. Esto, desde que la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) y el Ministerio Público (MP) confirmaron la presencia en el agua del plaguicida Malatión.

El 12 de junio, Repsa emitió un comunicado en el que señalaba que no utiliza Malatión en sus cultivos, y por lo tanto, no era responsable del desastre medioambiental (ver aquí). De acuerdo con el mismo, “no es un insecticida selectivo y rompe el equilibrio ecológico de la palma”. Días después, el ministro Medinilla explicó que la empresa cuenta con dos plantas, de las cuales una no posee estudios de impacto ambiental.

Los comunidades afectadas han pedido a las autoridades que actúen: el desastre ecológico no provocó únicamente la muerte de miles de peces de más de 20 especies distintas, sino que, según la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), más de 12 mil personas han sido afectadas directamente, y de estas, 2 mil se encuentran en riesgo por la contaminación (ver aquí).

Desde el 11 de junio se declaró alerta roja institucional en Sayaxché. Los pobladores, a través de varios medios, han mostrado su preocupación, pues dependen de La Pasión para sobrevivir: más de 150 kilómetros del río se han visto afectados por la contaminación.

Incertidumbre entre la población

Raúl Maas, ingeniero del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (Iarna) de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala, dijo al PanAm Post que el mayor problema para las comunidades afectadas es la incertidumbre.

“A la fecha no saben qué fue lo que pasó, ni saben si pueden regresar a la actividad pesquera, si pueden regar; y no saben qué pasará después de la muerte de los peces”.

Asimismo, como señala Maas, desde hace más de 15 años “las comunidades han presentado denuncias de estos casos en pequeños ríos en la Costa Sur y la Franja Transversal del Norte”. Pero no fue sino hasta esta catástrofe que las autoridades le pusieron atención al problema. “El primer hecho de esta índole ocurrió el 28 de abril, pero no se actuó como se debía”, afirma.

Por otro lado, aunque los informes presentados por la USAC y el MP señalan que la muerte de los peces se debió al Malatión vertido en el río, se ha filtrado información que este componente no se encontraba en las aguas del mismo. De ser así, esto abriría la puerta a una nueva hipótesis, que podría volver los ojos de la investigación, nuevamente, hacia las plantas de Repsa. Maas asegura: “Yo no creo que hubiera Malatión”.

Maas considera que existen dos rutas. “Deben presentarse los resultados de la investigación: determinar cuáles fueron los factores que provocaron la mortandad de los peces y qué sustancias se encuentran en el río. De esta cuenta se puede tratar el tema de la revitalización del entorno natural, y evitar que los efectos del evento no vuelvan a sucedes. Por otro lado, también debería iniciarse una etapa de resarcimiento para la población afectada”.

Autoridades desentendidas

Las autoridades guatemaltecas tomaron cartas en el asunto hasta junio. Aunque ya existían denuncias por este caso —y otros— desde hacía tiempo, la documentación de los casos y el trabajo para esclarecerlos no fueron los ideales.

“Si las autoridades hubieran actuado desde un principio, cuando el 28 de abril se dio el desborde de Repsa, se hubiera tratado el tema de sus plantas, pero como no se dio, siguieron trabajando”, afirma Maas. “Esto queda como enseñanza para el Gobierno, para que atienda a las demandas de la población”, finaliza.

Fuente: PanAm

Temas: Extractivismo

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