Hiperconsumo y transgénicos: impactos en la salud, la ecología y la soberanía alimentaria

Idioma Español

Millones de personas mueren cada día como consecuencia de las enfermedades crónico degenerativas a nivel mundial, las cuales se han conviertido en una epidemia. Hay ‘algo’ en el ambiente que nos está enfermando a todos.

La gran diferencia es que ese ‘algo’ que nos está enfermando ya no es un mosquito, una bacteria o un virus; ahora es La Gran Industria de Alimentos y Bebidas siendo más difícil de controlar y combatir, porque aunque se tiene la vacuna, no se aplica, ya que los intereses del mercado prevalecen sobre la salud y la vida.

El sistema de mercado que se vive actualmente induce a la compra desmesurada de bienes que activa la economía pero desgarra la salud y la ecología. Los productos que se incentiva a consumir ⎯en materia de alimentación⎯son principalmente productos procesados bajos en fibra (que aumenta vida de anaquel), bajos en nutrientes (vitaminas, minerales, microelmentos que son extraídos durante el proceso de industrialización), altos en azúcares, grasas y sales (modificados químicamente para aumentar palatabilidad y deseo de seguir consumiendo, o adicción).

Estas modificaciones nutricias inevitablemente han tenido un fuerte impacto en el organismo y metabolismo de los individuos. La mercadotecnia cada vez se agudiza más y cada vez se ve menos todo lo que hay detrás, las intenciones escondidas y los insumos que se requieren para sostener este modelo depredador de hiperconsumo. Es así como poco a poco este modelo de mercado se ha ido permeando exponencialmente.

Uno de los insumos más importantes para lograr sostener el ritmo de alimentación moderno son los organismos genéticamente modificados, entre los más importantes, el maíz transgénico. El maíz es una de las plantas más completas en nutrientes que existe en la naturaleza y de las más adaptables a los diferentes tipos de climas y suelos o condiciones diversas de las regiones. Es así como surge la conveniencia de extraer sus nutrientes a través de tecnología especializada, pero no sólo eso, sino también modificar sus genes para poder generar cultivos masivos y así lograr sostener todo un sistema dependiente del maíz genéticamente modificado.

El maíz transgénico se utiliza para una amplia diversidad de propósitos como: alimento de ganado, alimento de pollos, biocombustibles, ingredientes diversos para productos alimenticios (jarabe de maíz de alta fructosa, jarabe de maíz, vitaminas, minerales, proteínas, aceite, almidones modificados, moléculas de glucosa, etc), forraje, empaques desechables, entre otros.

Pareciera que el maíz transgénico es una gran bondad para el mundo, pero es todo lo contrario. El uso de maíz transgénico sostiene un modelo arrasador de los elementos básicos del mundo: agua, suelo, medio ambiente, energía, así como la biodiversidad ante la utilización de los agroquímicos más agresivos y fulminantes que existen.

Una de las grandes características de la semilla de maíz genéticamente modificado es que las nuevas mazorcas no se pueden volver a sembrar ya que éstas no crecerán, sino que se tiene que volver a comprar la semilla para los nuevos cultivos. Lo peligroso de esto es que el maíz se poliniza y existe evidencia de contaminación de maíces nativos con maíces genéticamente modificados, lo que a largo plazo erradicaría las especies nativas de los países que cuentan con diversidad de semillas nativas, provocando una pérdida de soberanía alimentaria y sustentabilidad haciendo a los países dependientes de las empresas ‘dueñas’ de las nuevas semillas modificadas, ya que algunas empresas lograron patentarlas.

El modelo de consumo al que se nos ha sometido en la actualidad no es sustentable a largo plazo, es un modelo que induce enfermedades crónicas, que deteriora la tierra, que afecta la vida y los ecosistemas. Es por ello que es urgente se priorice la salud de la población, el equilibrio en las formas de cultivo, la protección de las nuevas generaciones y el resguardo de la materia prima del mundo como lo es el agua, las tierras, la biodiversidad y el medio ambiente en su totalidad.

Fuente: El Universal

Temas: Salud, Transgénicos

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