La Argentina con la soja al cuello

Idioma Español
País Argentina

"Mientras tanto, el precio de la soja subía como espuma, a la par de la demanda mundial. Las topadoras arrasaban decenas de miles de hectáreas por año para hacer lugar para esa soja genéticamente modificada que qusieron hacernos creer que salvaría al país de todos sus problemas, sobre todo económicos".

En 2008 yo vivía en Barcelona y me ganaba la vida como editor y corrector de textos. Ese año me encargaron la corrección del libro El mundo según Monsanto de Marie-Monique Robin, publicado por Ediciones Península de España.

Terminé de corregirlo con un nudo en el estómago y otro en la garganta. Si bien vivía a 13.ooo kilómetros del lugar en el que había nacido, tuve sentimientos encontrados y una profunda necesidad de hacer algo, aunque no tuviese claro qué ni cómo.

En primera instancia me avergonzó no estar al tanto de esa tragedia de dimensiones colosales que acontecía en mi país, entonces consulté a amigos y colegas periodistas de diarios importantes de Buenos Aires. Para mi sorpresa, ninguno estaba demasiado informado —ni interesado— respecto a Monsanto, el glifosato, el Roundup ni la soja transgénica.

Mis amigos y colegas era personas mayores que yo, por tanto más cultas y experimentadas. Me pregunté cómo era posible que ellos no estuviesen al tanto de las atrocidades que se relataban con lujo de detalles en El mundo según Monsanto. Para ser más preciso, sabían lo que pasaba pero no la dimensión ni —sobre todo— las consecuencias ecológicas y de salud pública para millones de argentinos que vivían en la zona núcleo de producción agrícola del país.

Tuve sensaciones contradictorias, decepción y una cierta culpa por mí y todos los argentinos que no nos habíamos interesado en lo que pasaba a pocos cientos de kilómetros de Buenos Aires, y sin embargo una periodista francesa había cruzado el Atlántico, recorrido medio país documentando el desastre y escrito ese libro además de un documental en el que entrevistó a productores y vecinos de los pueblos y zonas fumigadas y afectadas por el monocultivo de soja transgénica.

Admiré la valentía de esa mujer y deploré la desaprensión de todos nosotros —periodistas, editores y demás profesionales— que creíamos estar informados. Me dije: ¿qué diantre puedo hacer yo desde Barcelona? Entonces empecé a pensar quién de mis contactos podría darme una mano para difundir el tema en los principales diarios de la Argentina.

Sabía que los grandes medios de comunicación estaban todos «comprados» por muchos millones de inversión publicitaria de Monsanto. El gobierno nacional de la época incluso llegó a alabar las bondades y las inversiones que los creadores del Roundup estaban haciendo por esos años.

Mientras tanto, el precio de la soja subía como espuma, a la par de la demanda mundial. Las topadoras arrasaban decenas de miles de hectáreas por año para hacer lugar para esa soja genéticamente modificada que qusieron hacernos creer que salvaría al país de todos sus problemas, sobre todo económicos.

Fue así como destruyeron bosques, comunidades indígenas y asentamientos de lugareños obligados a irse bajo amenaza de muerte —que en muchos casos se hizo efectiva, aunque por supuesto ningún gran medio de comunicación informó al respecto—, ante la mirada cómplice y corrupta de funcionarios de todo nivel enceguecidos con las siderales sumas de dinero que generaba la soja transgénica y las retenciones que embolsaba el Estado nacional.

Volví a hablar con gente de medios, esta vez con mayor convicción e información de mi parte. Entonces comprendí que algunos sí sabían qué pasaba, pero no les convenía publicar nada en contra de «la gallina de los huevos de oro».

A finales de 2008 conseguí contactar con Jorge Lanata, que en ese momento todavía dirigía el ya extinto diario Crítica de la Argentina. Nunca lo olvidaré porque fue el único periodista que, sin dudarlo, me dio el visto bueno para publicar algo al respecto en su diario.

2009 | Eco en medio de prensa local

Escribí un texto que se publicó a modo de «anticipo» del libro en la página 9 de la edición del 2 de enero de 2009 del diario Crítica de la Argentina ( ver PDF online de la edición completa del 2/1/2009)

2010 | Retirado de circulación

Exactamente un año después de publicado ese anticipo, en enero de 2010, regresé definitivamente a la Argentina. Entonces supe por boca de un comprometido librero del microcentro porteño que la edición de El mundo según Monsanto había sido retirada de circulación. Desde entonces han pasado siete años y medio.

2017 | El mundo según Monsanto (edición argentina)

En mayo de 2017 el editor y librero platense Raúl Campañaro (Editorial De la campana) cumplió con el deber moral que no supieron ni quisieron concretar las grandes editoriales y diarios de la Argentina: publicar una edición local del emblemático libro de Marie-Monique Robin.

Soy plenamente consciente del idealismo que impregna mi espíritu, pero también que sin ideales el mundo estaría definitivamente perdido. Por eso, en el fondo de mi corazón, abrigo la esperanza que este libro llegue a las manos —y las conciencias— de miles de compratriotas que ojalá sientan la misma angustia y desazón que experimenté yo en 2008, para transformarse en el germen que active en cada uno el compromiso de aportar ese grano de arena esencial para cambiar. Cada grano es clave, cada uno es imprescindible. Será signo de que todas esas mentes se suman a esta lucha de David contra Goliat. Es cierto que el inmenso Goliat parece invencible, pero en realidad depende de cuántos Davides seamos capaces de sumar. O sea que depende de cada uno de nosotros, no de Monsanto.

Fuente: Julián Chappa

Temas: Agronegocio

Comentarios

07/06/2017
Agradecimiento, por Julián Chappa
Muchas gracias por difundir mi artículo «Argentina con la soja al cuello». ¡Salud!