La humanidad está bajo amenaza por el declive de la biodiversidad

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¿Principio del fin? La humanidad está poniendo “en riesgo” su propio bienestar por la sobre explotación de los recursos naturales y daños a la biodiversidad, alertó este viernes 23 de marzo del 2018 un informe integral de un organismo internacional independiente.

La fauna y la flora siguen degradándose de una forma severa en cada rincón del planeta, por lo que la Tierra enfrenta la primera extinción masiva de especies desde la desaparición de los dinosaurios. Pero esta vez en la ecuación del desastre no entra un meteorito, sino el hombre.

Cuatro reportes elaborados durante tres años por 550 científicos para la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), de la que hacen parte 129 Estados, advierten que en la región Asia-Pacífico los peces para consumo humano se pueden acabar en treinta años. El 90% de los corales de esta zona pueden haber sufrido una “severa degradación” para 2050 y para 2100 más de la mitad de las especies de aves y mamíferos de África se pueden haber extinguido.

El “declive” de la biodiversidad está “reduciendo significativamente la capacidad de la naturaleza para contribuir al bienestar de las personas”. Tal es la conclusión de los informes de la organización presentados en Medellín, la segunda ciudad de Colombia, el país con más biodiversidad del mundo después de Brasil. “Esta tendencia alarmante pone en peligro las economías, los medios de subsistencia, seguridad alimentaria y la calidad de vida de las personas en todas partes”, señalan.

Para el presidente de IPBES, Robert Watson, los humanos estamos “socavando nuestro futuro”.

“¿Podemos parar todo esto? No. ¿Podemos ralentizarlo significativamente? Sí”, dijo.

Más de 750 expertos y autoridades de los Estados miembro estudiaron a puerta cerrada las evaluaciones de cuatro regiones (Américas, Asia-Pacífico, África y Asia Central), que son una guía no vinculante para los líderes de las naciones de IPBES. Los resultados no son esperanzadores, pero Watson cree que se pueden minimizar los efectos si se repiensa el crecimiento voraz de la humanidad y el desarrollo económico, que demandan más recursos naturales.

“Si seguimos como estamos, (...) la sexta extinción masiva (en 500 millones de años) , la primera causada por los humanos, va a continuar”, apuntó. De lo contrario, el hombre será testigo de la primera desaparición masiva de especies desde la muerte, hace 65 millones de años, de los dinosaurios.

En América, la región más rica en biodiversidad, el cambio climático es un gancho en la mandíbula. Actualmente el continente tiene un 31% menos de especies que en la época de la Conquista. Si continúa el escenario de manejar los recursos naturales como un negocio, dicen los científicos, para 2050 la cifra podría llegar al 40%.

África, considerado un punto estratégico para el desarrollo y bienestar humano, es el último lugar de la Tierra con un amplio rango de mamíferos de gran tamaño. Pero esto podría cambiar por la vulnerabilidad de sus tierras y del impacto económico del cambio climático en su población marginal. Esta zona tiene cerca de 500.000 kilómetros cuadrados de tierra erosionada por la sobre explotación y se calcula que su actual población de 1.250 millones de personas será el doble en 2050.

La golpeada Asia-Pacífico enfrenta “amenazas sin precedentes”, que van desde eventos climáticos extremos y alza en el nivel del mar hasta aumento de polución y desechos. La Unión Europea no se escapa del drama, pues solamente el 7% de sus especies marinas tienen un “estado favorable de conservación”. El declive de la biodiversidad es una cara de una misma moneda, explicó Watson. El otro lado es el cambio climático, provocado también por la humanidad por la utilización de combustibles fósiles.

“El cambio climático afecta a biodiversidad, los cambios en la vegetación natural afectan al cambio climático. Y ambos, si no hacemos esto de forma correcta, van a perjudicar muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas: agua limpia para todos, seguridad alimentaria de las personas, seguridad humana, seguridad energética, la equidad”, indicó.

El desafío de enfrentar ambas amenazas se incrementa con los cálculos de los especialistas que apuntan a que la población y economía mundial continuarán creciendo. Y a la naturaleza se le exigirá aún más, con el impacto que implica.

Pese a que los expertos creen que el cambio climático y la degradación de la biodiversidad son inevitables, afirman que sus efectos se pueden ralentizar: evitando desperdiciar comida, creando más áreas protegidas, restaurando zonas erosionadas y repensando subsidios que promueven la agricultura no sostenible.

La integración de la biodiversidad debe ser un punto transversal en la toma de decisiones de gobiernos y empresarios. Pero también demanda un cambio en el relacionamiento de los individuos con la naturaleza. Actualmente se desperdicia el 40% de la comida producida. Ahorrar este desperdicio provocaría que no se tuvieran que sembrar más tierras para alimentar a una población cada vez mayor. También sumaría la disminución del consumo de carne. “El reto es retrasar tanto (la afectación) como podamos”, remarca Watson.

Fuente: El Comercio

Temas: Biodiversidad, Crisis climática

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