Merck y el Gobierno escocés envueltos en sospechas de colusión

Por FIS
Idioma Español
País Europa

Se sospecha que la multinacional Merck habría contratado a revisores para poner en duda un estudio científico que concluyó que un producto químico para las granjas de salmón comercializado por esa empresa estaba causando daños ambientales generalizados, informó el diario The Sunday Herald.

El periódico descubrió que el Gobierno escocés permitió a la compañía química y farmacéutica estadounidense, que fabrica un plaguicida que contiene benzoato de emamectina para matar a los piojos de mar en los salmones de cultivo, para en secreto desacreditar un estudio científico que concluía que uno de sus pesticidas estaba causando daños a la vida silvestre en los lagos marinos escoceses.

Los científicos que participaron en el estudio en cuestión y la Agencia Escocesa de Protección Ambiental (SEPA) protestaron en privado por la participación de Merck, pero funcionarios del gobierno y de la industria salmonera insistieron en que el papel de la compañía debía mantenerse en secreto, según el diario escocés.

La influencia oculta de Merck ha quedado expuesta en documentos internos de más de 70 megabytes publicados por Crown Estate bajo la ley de libertad de información. Estos documentos también muestran que el Gobierno de Escocia y la industria salmonicultora acordaron no emitir un comunicado de prensa sobre el estudio.

Las revelaciones han sido descritas como "extraordinarias" por los ambientalistas, quienes están exigiendo que se prohíba el uso del pesticida Slice.

De acuerdo con el periódico, el centro del debate es un estudio realizado por la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas (SAMS) en Oban para el ONG Scottish Aquaculture Research Forum (SARF), financiado por el Gobierno escocés y la industria salmonera, para apoyar una Industria acuícola sostenible.

El estudio, difundido online en agosto de 2016, sugirió que la contaminación con emamectina del lecho marino estaba causando "reducciones sustanciales a gran escala" en cangrejos, langostas y otros crustáceos. Pero estaba contenido en un segundo informe que generó muchas dudas sobre sus conclusiones.

Se dijo que este segundo informe fue el resultado de las preocupaciones de árbitros independientes cuyos nombres no fueron revelados, pero las comunicaciones internas apuntan a Merck responsable de las críticas.

En diciembre de 2015, en una respuesta de 25 páginas a las críticas, el profesor Kenny Black y el Dr. Tom Wilding de SAMS dijeron que cuatro de los cinco revisores eran "de Merck".

Además, en correos electrónicos dirigidos a SARF expresaron su preocupación de que negarse a admitir que el papel de la compañía "podría tener un efecto negativo" en la revisión si esa información llegaba a ser pública.

Por el otro lado, el brazo de Merck en el Reino Unido, MSD Animal Health, dijo que el estudio tenía "limitaciones", y destacó el valor de la emamectina en el control de los piojos del mar y su apoyo a la investigación de alta calidad.

En tanto, el Gobierno escocés puso de relieve su compromiso con el "crecimiento sostenible" de la industria piscícola. Y un portavoz aseguró que “es normal que los revisores del trabajo científico sean anónimos y que se utilicen varios revisores para hacer que ese proceso sea robusto”.

La industria salmonera escocesa argumentó que en su opinión el estudio SAMS no era concluyente.

Fuente: FIS

Temas: Pesca

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