México: Oaxaca, “un poquito de tanta verdad”

Idioma Español
País México

Una caravana de periodistas y activistas de los movimientos sociales indígenas, antiminería, miembros de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APO) y observadores europeos fueron atacados por un grupo paramilitar ligado al Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Se dirigían a San Juan Copala, Oaxaca en México; es una comunidad autónoma habitada por población Triqui que se encuentra en precarias condiciones, abandonada, justamente por la tenaz voluntada de mantener su autodeclarada autonomía como municipio. Hubo dos muertos y se vivieron horas dramáticas cuando varios de ese grupo se refugiaron en los montes sin saber que suerte correrían. Hasta ahora se reconocieron los cadáveres de finlandés Tyri Antero Jaakkola y de la mexicana Beatriz Alberta Cariño Trujillo y se sabe que los atacantes forman un grupo de paramilitares pertenecientes a la organización priísta Unión de Bienestar Social para la Región Triqui (Ubisort) aunque no se conocen detenidos.

En México hay un total de 2.378 municipios y de ellos 570 se encuentran en Oaxaca, correspondiendo casi al 25% del total nacional. El gobierno municipal está compuesto por un Ayuntamiento electo por medio de un partido que gana elecciones tradicionales, o de acuerdo a sus “usos y costumbres” en una asamblea de la comunidad (medida legal conseguida en 1998). Según el Censo general de población y viviendas Oaxaca registra una población cercana a los 4 millones y 603.431 hogares con jefatura femenina por la alta migración de hombres. En 2006, a partir de un paro de los maestros, la ciudad y el departamento de Oaxaca, protagonizaron una gran pueblada en repudio a los modos en que el sistema político se relaciona con sus poblaciones, con los bienes comunes, con la vida.

San Juan Copala corresponde a la región Triqui baja, complejo territorio donde históricamente se luchó por recuperar toda la tierra y una vida digna. A raíz de eso se aglutinaron en organizaciones sociales, en organizaciones políticas y al ver que nadie ni nada les solucionaba sus temas, la comunidad decidió constituirse como municipio autónomo. Se desligaron de los partidos (que es la forma en que el estado mexicano se expresa en las regiones) y se constituyeron en municipio autónomo amparados por los acuerdos de San Andrés (que reconoce la cultura y derechos indígenas). Cabe aclarar que San Juan Copala había tenido la categoría de municipio reconocido por el Gobierno del Estado hasta 1940 y le decretaron la desaparición de esa categoría porque “era un pueblo rebelde”. Hasta hace poco más de 10 años estaban intentando remunicipalizarlo, o sea pedían al Congreso del Estado -a los diputados- que le reconocieran nuevamente a su pueblo como municipio. Luego se declararon por si mismo municipio autónomo y esto les ha permitido no sólo gestionar de manera autónoma sus recursos, sino discutir sus propias necesidades (entre ellas escuelas interculturales en serio). Viven asediados, el asesinato de comuneros es frecuente, con necesidades básicas sin atender como respuesta a su autonomía y la caravana internacional pretendía rodear y colaborar con esta población.

Si la protesta, la búsqueda de autonomía indígena, la ruptura con el orden subordinante, degradante, polarizador, que devasta y saquea nuestros territorios es difícil en países con gobiernos que reconocen la inteculturalidad, la plurinacionalidad, y aceptan democráticamente las críticas y rechazos al desarrollo extractivo, en un país como el México actual, es más que difícil, es peligroso y acciones como estas reenvían a ominosas épocas de Nuestra América que deseábamos que estuviesen superadas.

Norma Giarraca

Socióloga, Instituto Gino Germani. El título de esta nota refiere a un documental sobre lo acontecido en Oaxaca en 2006 y el silencio de los medios.

Temas: Criminalización de la protesta social / Derechos humanos

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