Monsanto: al Salón de la Fama a cambio de negocios

Quedó desenmascarada la organización privada que exaltó a la empresa Monsanto al llamado Salón de la Fama de la Agricultura Puertorriqueña. Se trata, en realidad, de un grupo de empresarios que cabildea en la Legislatura a favor de la biotecnología agrícola, de lo cual se beneficia Monsanto y otras semilleras, con las que estos mantienen negocios jugosos.

Un club que lleva a cabo sus premiaciones para reconocerse por los contratos que se otorgan entre sí. Y piden fondos públicos para celebrar sus actividades “sin fines de lucro”.

Hasta Pedro J. Vivoni, presidente de Acción y Reforma Agrícola (ARA), la entidad no gubernamental que creó el Salón de la Fama de la Agricultura, es uno de los exaltados. Vivoni fundó a su vez la compañía Agro Servicios, y uno de sus clientes más preciados es Monsanto.

Agro Servicios ofrece a la semillera multinacional la instalación y el manejo de un sistema de riego por goteo en sus fincas del sur de la Isla. Allí Monsanto lleva a cabo experimentaciones con semillas transgénicas, principalmente de maíz que se plantará a gran escala en EEUU, para convertirse en biocombustibles y en sirope de maíz (asociados a efectos negativos al medioambiente y la salud).

El presidente de Agro Servicios, el agrónomo Peter Vivoni, hijo del fundador, confirmó que las compañías semilleras representan alrededor del 40% del ingreso de Agro Servicios. De ese 40%, Monsanto representa hasta un 18% de sus ventas.

Otro producto que Agro Servicios vende a Monsanto es un abono a base de sulfato de potasio que libera nutrientes gradualmente de acuerdo a la temperatura del suelo. El abono lo elabora la corporación estadounidense Helena, y lo mercadea Agro Servicios bajo la marca High Tech.

En la Legislatura, ARA representa los intereses económicos y políticos de la agroindustria a través de la comparecencia a vistas públicas y la presentación de memoriales de respaldo o rechazo a leyes y enmiendas. Uno de estos memoriales respalda la Ley de Promoción y Desarrollo de Empresas de Biotecnología Agrícola (Ley Núm. 62 del 10 de agosto de 2009), que pretende establecer a la Isla como el centro mundial de invernaderos para el desarrollo de biotecnología agrícola.

De esta legislación, además de Monsanto, se benefician otras empresas de semillas modificadas como Pioneer Hi-Bred, 3rd Millenium Genetics, Syngenta Seeds, Bayer CropScience, AgReliant Genetics, Dow Agrosciences, RiceTec, Illinois Crop Improvement Association.

Sobre estas compañías y Monsanto, Vivoni padre dijo que “si no fuera por ellas nos íbamos”, en alusión a la importancia económica de las semilleras para la sobrevivencia de su empresa Agro Servicios.

ARA, la entidad que lleva a cabo el reconocimiento de Salón de la Fama de la Agricultura, está registrada en el Departamento de Estado como una organización sin fines de lucro.

El Departamento de Agricultura, bajo la pasada administración, le otorgó a esa entidad $15,000 para la edición anterior del Salón de la Fama de la Agricultura. Este año, la nueva administración le regaló $5,000.

“Esto es una actividad que auspicia el Colegio de Agrónomos, y siempre hemos colaborado con ellos porque son nuestra razón de ser”, dijo el subsecretario del Departamento de Agricultura, Francisco Aponte Rivera. “Nos pidieron una donación para hacer una actividad del Salón de la Fama, pero no sabíamos quién iba a salir, ni participamos en la selección, y mira el revolú en el que nos metimos”.

Aponte Rivera reconoció que el llamado Salón de la Fama de la Agricultura en realidad no tiene prestigio ni juega nada en la economía agrícola de Puerto Rico ni en la política pública. Este reconocimiento, no obstante, cobró notoriedad ante la opinión pública el mes pasado, por exaltar a una empresa como Monsanto, que tiene mala fama por sus actividades monopolísticas y de degradación ambiental y a la salud.

El Salón de la Fama de la Agricultura es en realidad un pasillo que cedió la sede del Colegio de Agrónomos de Puerto Rico, en Hato Rey. En una de las paredes cuelgan 12 placas de bronce dedicas a individuos y entidades de la agroindustria. En dichas placas están los nombres de ARA, el Colegio de Agrónomos de Puerto Rico y el Departamento de Agricultura.

Entre las placas de bronce que adornan ese pasillo se encuentra la familia Serrallés, fabricante del Ron Don Q, que a su vez le arrienda parte de sus tierras a Monsanto, según aceptó la multinacional en una investigación anterior del Centro de Periodismo Investigativo (CPI).

Cuestionado sobre los méritos de Monsanto para pertenecer al Salón de la Fama de la Agricultura, que ARA describe como de “ilustres puertorriqueños”, Vivoni padre sostuvo que esta empresa contribuye con la creación de empleos y el desarrollo tecnológico.

“Lo más importante es que lo que producen no compite en ningún momento con lo que producen nuestros agricultores en Puerto Rico, todo lo que producen se exporta. En adición a eso, estas compañías generan una gran cantidad de dinero en la economía porque compran casi todo localmente”, aseguró el agrónomo.

“Han traído técnicas nuevas y han creado sobre trescientos y pico de trabajos de agrónomos. Hay agrónomos que han sido enviados a diferentes partes del mundo por su capacidad demostrada aquí en Puerto Rico”, agregó.

Monsanto, el principal empleador de los agrónomos más brillantes graduados del Recinto Universitario de Mayagüez, ocupa gran parte de las mejores tierras cultivables del sur del país, especialmente en Juana Díaz y Santa Isabel. La investigación anterior del CPI expuso que la empresa arrienda unos 1,500 acres alrededor de toda la Isla, lo que representa una violación aparente a la Constitución de Puerto Rico, que impide a una corporación agrícola acaparar más de 500 acres.

La ciudadanía contra Monsanto

El reconocimiento de ARA a Monsanto ha sido rechazado a través de la página Change.org y con un comunicado donde se exige al Departamento de Agricultura, a ARA y al Colegio de Agrónomos que retiren a Monsanto del Salón de la Fama. Además, hay pautada una manifestación frente al Centro de Convenciones donde se llevará a cabo la gala del Salón de la Fama, el próximo 3 de mayo.

El maestro de ceremonia de esa actividad será el agrónomo Douglas Candelario, un agricultor mediático que defiende la agricultura tradicional, ex presidente del Colegio de Agrónomos, y quien ahora pertenece al comité de votación que selecciona a los exaltados al Salón de la fama. Él dice que no estuvo de acuerdo con la nominación de Monsanto.

“Personalmente yo no voté por Monsanto porque yo creo que el Salón de Fama debe ser para personas y no para instituciones y yo nominé a candidatos que yo conocí. Yo no conozco mucho de Monsanto y no sería responsable de mi parte nominarlo”, declaró Candelario al CPI.

Por esa razón, pidió al actual presidente del Colegio de Agrónomos, quien hasta el momento se había desentendido de la nominación, a que invitara a un diálogo sobre la oposición al nombramiento de Monsanto al Salón de la Fama. La reunión se llevó a cabo el pasado 25 de abril y asistieron unas 40 personas que expresaron sus objeciones. Cuestionaron los criterios de evaluación para los más de 80 nominados que, según Vivoni, recibió ARA este año. De la explicación de Vivoni se desprende que no hay una rúbrica ni criterios científicos para la selección, sino que la misma depende de la subjetividad de cada miembro del comité de votación.

Al Colegio de Agrónomos llegaron incluso agricultores de Camuy, Utuado, Comerío y Mayagüez, quienes leyeron el historial de Monsanto desde la década de 1960 hasta el presente, citaron artículos científicos sobre los efectos negativos del herbicida y las semillas genéticamente modificadas. Leyeron demandas judiciales contra la multinacional, y relataron la presión que ésta emprende contra agricultores que quieren ejercer la costumbre milenaria de guardar semillas, pues Monsanto quiere que cada año les compren más a ellos.

Vivoni, el agrónomo de ARA Israel Flores, y el presidente del Colegio de Agrónomos, Damián Rivera Alfonzo, explicaron que no se podían comprometer a retirar la nominación, sino a consultarlo con el comité de votación y con el resto de la matrícula de ARA.

El Salón de la Fama, con su nominación polémica, hizo demasiado ruido. “Yo me enteré por primera vez ahora”, dijo Salvador Tió, quien fue el abogado de la Asociación de Agricultores entre la década de 1980 y principios de 1990. “Esto es un grupo incorporado para hacer sus campañas y sus cosas a favor del tipo de agricultura que ellos defienden. Es una claque de gente de derecha que además se benefician personalmente de esto. Los miembros de ARA vienen del paradigma del monocultivo de los tiempos de la caña de azúcar y no tienen sensibilidad alguna en términos de los daños en lo que tiene que ver con la salud, con el empobrecimiento y destrucción del campesinado tradicional”.

Como respuesta a las manifestaciones contra la semillera, la senadora del Partido Independentista Puertorriqueño, María de Lourdes Santiago, y el senador del Partido Nuevo Progresista Larry Seilhamer, radicaron el proyecto del Senado 524. Éste propone enmendar la Ley de Alimentos, Drogas y Cosméticos, “para requerir que todo alimento preparado o procesado a través de ingeniería genética, así lo indique en su etiqueta”. Además, Santiago radicó la Resolución Núm. 239 para que el Senado de Puerto Rico expresara su rechazo a la inclusión de Monsanto en el Salón de la Fama.

“Las prácticas de Monsanto Caribe son cuestionables desde la perspectiva científica, ética y económica - lee la resolución- no justifican que se le reconozca como ejemplo de modelo agrícola en nuestro país”.

Fuente: Centro de Periodísmo Investigativo

Temas: Corporaciones

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