OILWATCH rinde homenaje a Ken Saro Wiwa

Idioma Español
País África

La Red Oilwatch rinde homenaje este día a todos los que luchan contra los desastres de la actividad petrolera, defendiendo los territorios, defendiendo los derechos de los pueblos, defendiendo el derecho al futuro

Fue un 10 de noviembre, hace 10 años que a pesar del clamor internacional, la dictadura de Nigeria, en complicidad con la empresa anglo-holandesa Shell, asesinó al poeta Ken Saro Wiwa y otros lideres del movimiento MOSOP, por el delito de defender los derechos humanos de los pueblos del Delta del Níger y oponerse a las actividades de esa empresa en su territorio.

Su muerte causó horror entre ambientalistas y defensores de los derechos humanos. Al criminalizar de esta forma la protesta en Nigeria, se hizo evidente el poder de las transnacionales y la descarada alianza de las dictaduras militares con las corporaciones petroleras. La insensibilidad ante el clamor internacional fue, además, una advertencia a quienes pretendían oponerse a esta actividad en otros lugares del mundo.

Aquellas muertes en el Delta del Níger, se repiten año a año, cada vez con más frecuencia, por las crueles invasiones, por la cruda violencia, por los atroces huracanes, tras los cuales permanece el petróleo y empresas como Shell, Repsol, Texaco y otras, que están haciendo de nuestra Tierra la idea más cercana a un infierno.

Pero tras la muerte del poeta y sus compañeros de lucha, como semilla germinó la resistencia en muchos rincones del mundo. A la par de este suceso, hace 10 años nacía también la red Oilwatch. Una red del Sur, que da batallas contra el abuso de las empresas, de forma frontal y concreta, contra la contaminación, contra el desplazamiento de comunidades, contra la división, contra la corrupción, y contra toda forma de abuso y violación sistemática de los derechos colectivos de los pueblos que sufren la presencia de las empresas en sus tierras.

Son 10 años de impunidad por el homicidio de Ken Saro Wiwa, pero también 10 años de resistencia y esperanza. Todo ha cambiado desde ese entonces, ahora hay más movimientos alrededor del mundo, también luchando por sus derechos, su cultura, su territorio, sus recursos.

Los más fieles defensores del capitalismo han adoptado como creencias que “un pesimista es un optimista bien informado” y que hemos llegado al “fin de la historia”, por lo que todo está perdido y que no vale la pena seguir luchando y enfrentándose a lo que inevitablemente se avecina. Reza que la única opción es luchar individualmente por su propio y único beneficio y sobrevivencia, sin importar la muerte de millones de otros que no pueden hacerlo.

Frente a este mensaje de tragedia neoliberal, el poder del saber antiguo sostiene que cuando un ser querido y respetado muere, una parte de nosotros muere con ellos pero, igualmente, una parte de esta persona continúa viva en nosotros, mientras los recordemos y los hagamos presentes. Este es el clamor de la comunidad frente al individualismo, de la solidaridad frente al egoísmo.

Por eso es tan importante recordar a todos quienes han muerto en nombre de otros, porque son ellos los que construyen nuestra esperanza, desde su muerte nos hablan porque son ejemplo y porque son ellos los que nos cantan las resistencias. Desde América, hoy, más que nunca nos hablan Sandino, Martí, el Che, Mariátegui; desde Asia late el corazón de Gandhi, en África, cuna de la humanidad, continúa fluyendo la sangre de Mandela, Lumumba y, junto a ellos, las voces de los ancestros, voces comunitarias, cansadas de tanta infamia durante tantos siglos.

Ken Saro Wiwa y sus hermanos de lucha están hoy, diez años después de su muerte, más vivos que nunca. Cada año de muerte es un año de vida de Oilwatch y desde aquí, animamos la vida que nos mueve y nos convoca.

Mientras tanto, el nombre de Shell estará permanentemente unido a su muerte y a otras muertes que produce en donde pone su huella.

OILWATCH: gro.hctawlio@ofni / ce.gro.hctawlio@trela

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