Agricultura digital: computadoras, robots y mucha minería

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- Imagen tomada del sitio web FPCO.

¿Qué hay detrás de la magia de las tecnologías digitales? Al parecer ningún sector industrial es ajeno al entusiasmo por la digitalización. En el caso de la agricultura se habla frecuentemente de “agricultura de precisión” o “agricultura 4.0”. Ambos nombres evocan la presencia eficaz y vanguardista en la agricultura de procesos automatizados, alimentados por datos masivos, desarrollados por tractores combinados, robots y drones controlados a distancia.

Esto ya venía pasando, pero la pandemia aceleró la digitalización en todos los ámbitos de la vida y especialmente en la producción y distribución de alimentos, prioritaria para la supervivencia.

El sueño de las corporaciones de la agricultura digital [1] es producir y vender alimentos sin depender de los agricultores y campesinos, evitando las dificultades climáticas, geográficas y hasta geopolíticas. La agricultura digital quiere manipular la genética de cultivos según haya demanda en el mercado de una u otra característica (¿resistencia a la sequía? ¿sabor a vainilla?); quiere desarrollar formulaciones agroquímicas precisas para luchar contra las «supermalezas» en constante evolución, y por supuesto, busca diseñar el robot todopoderoso que entre a terrenos difíciles a sembrar, desyerbar y cosechar, vigilado a distancia, sin temor a las eventualidades geográficas o sociales.

Los distribuidores de alimentos quieren saber quiénes compran, qué compran y qué pueden ser persuadidos a comprar. También quieren despachar los pedidos en línea de forma instantánea, dependiendo cada vez más de almacenes y servicios de entrega automatizados así como de las plataformas financieras que muevan los pagos sin intermediarios humanos.

Automóviles sin conductor, reconocimiento facial, drones, herramientas de detección, cercas en tierra y jaulas submarinas, entre otras herramientas, están apareciendo en las operaciones de las mayores corporaciones agroindustriales del mundo para la producción de aves, reses, cerdos y peces, así como de los principales cereales, oleaginosas y hortalizas. Se prevé que el mercado mundial de inteligencia artificial exclusivamente para la agricultura supere los dos mil millones de dólares para 2024 [2].

Dan Leibfried, director de tecnología avanzada de John Deere, dijo que la pandemia de COVID-19 volvió más importantes aún a las tecnologías de agricultura de precisión para mantener eficientemente la cadena de suministro de alimentos. “Necesitamos asegurarnos de que podemos producir suficientes alimentos para alimentar a la población a nivel mundial. Deberemos proporcionar cobertura de 5G a cada tallo de maíz y de soya, lo que necesitará un montón de antenas celulares. Requerirá más trastornos de los que hemos ocasionado antes" [3].

Lo absurdo del tema es que la automatización busca mejorar las grandes operaciones agroindustriales que la pandemia de Covid-19 puso en evidencia porque no lograron responder flexible y velozmente a las necesidades de las mayorías. La distribución local de alimentos diversos, en escala pequeña, desde huertos urbanos y parcelas cercanas, demostró que puede evitar hambrunas y crisis de abasto [4].

Cuando hablan del futuro post-pandemia, las corporaciones agroindustriales insisten en que la forma de asegurar la alimentación para todos es a través de las tecnologías digitales. Pero la agricultura digital es básicamente una agricultura sin agricultores ni campesinos, un sistema alimentario despojado de todas las relaciones humanas directas con el suelo, las plantas, los animales, los ríos, los océanos y las otras comunidades.

La digitalización en agricultura y alimentación requiere grandes cantidades de recursos naturales para construir instalaciones de almacenamiento y transmisión veloz de datos. (Para 2025, se necesitará una capacidad de almacenamiento de datos 10 veces mayor que la existente hoy en día [5]). Necesita la fabricación y despliegue de miles de kilómetros de cables, motores y enfriadores instalados en gigantescas bodegas; requiere lanzar miles de satélites a la atmósfera terrestre, producir en masa antenas, aparatos, pantallas y procesadores de información.

Las actividades de extracción se clasificaron en varios países de América Latina como esenciales, la pandemia les cayó bien. En Chile, en 2020, aumentó a más del doble el número de proyectos extractivos que se habían autorizado los años anteriores. El monto de inversión se multiplicó por siete durante la pandemia. En palabras de Global Justice Ecology Project, “estamos ante una intensificación acelerada y sin escrúpulos del extractivismo en los territorios” [6]. En septiembre pasado, comunidades indígenas de Rusia exigieron a Elon Musk, uno de los magnates de la digitalización global, que dejara de pedir níquel para su industria, incluso si el mineral se extrae por vías limpias [7].

El petróleo, las tierras raras y los minerales necesarios para la digitalización se extraen de donde viven las comunidades campesinas de América Latina, Asia y África. Muchas ya sufren desalojo, apropiación de tierras y conflictos interminables debido a la primera, segunda o tercera ola de industrialización. La cuarta revolución industrial, acelerada por la pandemia, también está acelerando el empobrecimiento de pueblos que se agregan cada año a las cuentas de los billones de personas hambrientas y desnutridas del planeta.

Todas las incertidumbres que ahora tenemos en torno a Internet, la seguridad digital, la monopolización y falibilidad de satélites y servicios de nube, se traducirán a la producción y distribución de alimentos, mientras se renueva la ola de agresiones contra las redes campesinas, que realmente alimentan al mundo [8].

Notas:

1 Información detallada sobre las corporaciones de la agricultura digital en La insostenible agricultura 40, documento de investigación del Grupo ETC. En  https://www.etcgroup.org/es/content/la-insostenible-agricultura-40

2 Zion Market Research, Global Industry Perspective, Comprehensive Analysis, and Forecast 2017-2024, 20 de noviembre, 2018. En:  https://www.zionmarketresearch.com/market-analysis/ai-in-agriculture-market

3 Sue Marek, “John Deere wants 5G to cover ‘every ear of corn and stalk of soybean”, en LightReading 18 de agosto, 2020,  https://www.lightreading.com/5g/john-deere-wants-5g-to-cover-every-ear-of-corn-and-stalk-of-soybean/d/d-id/763279?_mc=RSS_LR_EDT

4 “Mensajes clave”, informe Voces desde los territorios, Mecanismo de la Sociedad Civil para las relaciones con el Comité de Seguridad Alimentaria de la FAO, octubre, 2020. En  http://www.csm4cfs.org/wp-content/uploads/2020/10/ES-COVID_REPORT-2020.pdf

5 Cision PR Newswire, “The world will store 200 zettabytes of data by 2025”, junio 2020, en  https://www.prnewswire.com/news-releases/the-world-will-store-200-zettabytes-of-data-by-2025-301072627.html

Global Justice Ecology Project, “Declaración publica contra el avance del extractivismo en tiempos de pandemia”, en  https://globaljusticeecology.org/public-statement-against-the-extractivist-advance-in-times-of-pandemic-espanol-y-english/)

7 Business and Human Rights Resource Center, “Russia: indigenous communities ask Tesla not to get its nickel from major polluter”, septiembre, 2020. En  https://www.business-humanrights.org/en/latest-news/russia-indigenous-communities-lobby-tesla-not-to-get-its-nickel-from-major-polluter/

Grupo ETC, video “¿Quien nos alimentará? Cadena industrial contra red campesina. En  https://www.youtube.com/watch?v=g9sXmNyvQTQ

Fuente: Desinformémonos

Temas: Agrotóxicos, Nuevas tecnologías

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