Crisis energética

Foto: Prensa Conicet

La evidencia científica sobre el colapso ambiental al que se enfrenta el planeta es contundente y comienza a discutirse cómo medimos el “desarrollo” de los países, incluso de supuestos ejemplos como Noruega. El Gobierno argentino inició el año con conflictos ambientales abiertos del mar a la cordillera en defensa del modelo actual. ¿Cómo debatimos otro desarrollo?

Los conflictos ambientales como modelo de desarrollo o el desafío de construir otro planeta

Desprivatización hidroeléctrica, territorios y empresa público-social de energía para la transición socio-ecológica

Las centrales hidroeléctricas son las responsables de generar un 27% de la electricidad consumida en Argentina. A partir de 1993, 19 de ellas, responsables de casi 6 mil megawatts de potencia, fueron concesionadas a distintas sociedades anónimas integradas por grandes corporaciones nacionales y transnacionales. Lo paradójico de la situación tiene que ver con el hecho de que el financiamiento de la construcción de casi la totalidad de las mismas fue sostenido por arcas estales, pero su renta fue íntegramente usufructuada por privados.

Desprivatización hidroeléctrica, territorios y empresa público-social de energía para la transición socio-ecológica

Semana contra la Pobreza Energética

A lo largo de la semana se desarrollarán diversas actividades reivindicativas que culminarán con una concentración el domingo 20 de febrero. Las organizaciones demandamos al Gobierno la creación de una tarifa social que garantice el derecho a la energía limpia para las personas más vulnerables, la prohibición de cortes de suministros básicos de agua, luz y gas, y medidas para asegurar la eficiencia energética y contra la concentración de poder de los oligopolios. La inversión pública y local y el impulso al autoconsumo, tanto individual como colectivo, y las comunidades energéticas deben ser prioritarias para reducir la pobreza energética y facilitar la soberanía energética a la sociedad.

Semana contra la Pobreza Energética

Foto: Asamblea por un mar libre de petroleras

Con la autorización de actividades de exploración sísmica en el mar estalló la serie de posicionamientos y discursos que venían latiendo fuerte con la lucha reciente en torno a la zonificación minera en Chubut. Para abonar un horizonte de debates que evite hundirnos en la idea de que profundizar el modelo energético extractivo es urgente e inevitable, desmenuzamos buena parte de esos discursos con los que intentan deslegitimar los argumentos del activismo socioambiental.

Ambiente y Desarrollo, los dilemas que derrama el petróleo

"Acuerdo Internacional de No Uso de la Geoingeniería Solar"

A principios de esta semana se puso en marcha una iniciativa en la que los académicos han publicado una carta abierta en la que piden un "Acuerdo Internacional de No Uso de la Geoingeniería Solar".

"Acuerdo Internacional de No Uso de la Geoingeniería Solar"

Una de las muchas protestas masivas en Glasgow para demandar acciones climáticas urgentes durante la COP26. (Foto vía NYT)

El acuerdo final de la COP26, apodado la «Evasión de Glasgow», es una obra de humo y espejos laboriosamente construida que carece casi totalmente de detalles: no especifica prácticamente nada sobre quién hará exactamente qué y cuándo, ni cómo se podrá verificar, mucho menos hacer que se cumpla.

Más allá de Glasgow

Foto: Martín Mullally

 Desde hace una década, el Alto Valle de Río Negro enfrenta una transformación dramática. El centro de la actividad petrolera, que solía estar en los alrededores de Catriel, viene desplazándose hacia esa región históricamente productora de frutas y verduras. No sólo se trata de un cambio en la matriz económica de la región; también implica modificaciones decisivas en la calidad del suelo y del aire, la vida de las poblaciones y la propia concepción de desarrollo socio-económico, con fuertes repercusiones nacionales e internacionales.

Nace la Cátedra Libre de Transición Agroalimentaria y Energética: del extractivismo al ecologismo

Foto: Pedro Ramos

En la actualidad existe una demanda muy fuerte por parte de las organizaciones, movimientos socioambientales y la población en general, sobre la impostergable transición de un sistema energético “sucio” a uno “limpio” con soberanía energética, y esta necesidad ya deja de ser invisible para los gobiernos. Pero esto también debe ser justo.

Transición justa y feminista, qué es y cómo la lograremos