El IV Foro Mundial del Agua: el agotamiento del modelo

Idioma Español
País México

El agua inundó la Ciudad de México la tercera semana de marzo. La Ciudad fue la sede del Cuarto Foro Mundial del Agua, un mega-evento internacional. Se anuncia como un espacio para concienciar sobre el tema del agua y el saneamiento, intercambiar experiencias y buenas prácticas en el manejo de agua, y para orientar las políticas públicas en la materia. Sin embargo, desde sus inicios tanto el Consejo como el Foro tienen una agenda no tan oculta que apunta a la mercantilización y privatización del agua. Esto fue más que evidente en el Cuarto Foro este año

El agua inundó la Ciudad de México la tercera semana de marzo, provocando atascos de tráfico y acaparando las primeras planas de los periódicos. Pero no se mojó nada. La Ciudad fue la sede del Cuarto Foro Mundial del Agua, un mega-evento internacional que atrajo a más de 11,000 participantes, miembros de la prensa y representantes de los ministerios de más de 140 países.

El Foro se lleva a cabo cada tres años y es organizado por el Consejo Mundial del Agua, una organización privada que agrupa a representantes de las grandes transnacionales del agua, gobiernos, instituciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, agencias de la ONU y los bancos de desarrollo.

Se anuncia como un espacio para concienciar sobre el tema del agua y el saneamiento, intercambiar experiencias y buenas prácticas en el manejo de agua, y para orientar las políticas públicas en la materia. Sin embargo, desde sus inicios tanto el Consejo como el Foro tienen una agenda no tan oculta que apunta a la mercantilización y privatización del agua. Esto fue más que evidente en el Cuarto Foro este año.

El foro-Promoción empresarial

El Consejo Mundial del Agua fue fundado en 1996, en pleno auge de las políticas de privatización de recursos patrimoniales promovidas por las nuevas trasnacionales y las instituciones financieras internacionales; no tiene capacidad formal para tomar decisiones ni carácter intergubernamental. No es elegido por nadie y a nadie le rinde cuentas.

Sin embargo, desde sus inicios ha jugado el papel de consensar y promover políticas públicas que favorecen a los intereses del sector privado—apoyado por el Banco Mundial, el FMI, y los bancos regionales de desarrollo. El Consejo se auto-denomina “la voz del agua” pero no es precisamente el agua la que habla por sus múltiples canales de difusión e influencia. Es parte de un grupo de organizaciones cuasi-oficiales que se han dado el mandato de promover la agenda privatizadora desde mediados de los noventa. Entre éstas están la Asociación Global del Agua y la Comisión Mundial del Agua, un retoño del Consejo.

Estas agencias elaboran estudios de prácticas “exitosas” con el sector privado que luego presentan como modelos a seguir. Son una red y en el centro están las grandes trasnacionales de agua. En las listas de los directivos de estas instancias no sólo se repiten los mismos nombres entre sí, sino que se incluyen otros que aparecen en las listas de altos ejecutivos o asesores de las grandes empresas trasnacionales del agua. El actual presidente del Consejo Mundial del Agua, Loic Fauchon, fue también presidente de Abastecimiento de Aguas de Marseilles, subsidiario de Suez, una empresa francesa, la segunda más importante en el mercado de recursos y servicios hídricos. La coautora de la publicación oficial para el foro es simultáneamente presidenta de la Asociación del Agua y del Comité de asesores de Suez, y el editor fue coautor de “La Visión Mundial del Agua” que marcó el camino para incorporar servicios del agua al mercado global.

En 1998, el Consejo inició el proyecto de “visión de largo plazo para el Agua, la Vida y el medio ambiente”. En aquel entonces, el vicepresidente del Banco Mundial fungía también como presidente del Consejo Mundial del Agua y dijo que el documento estaba dedicado a “cambiar el futuro del agua mundialmente”. El documento, para que quedara claro a qué tipo de futuro se refería, fue titulado: “Visión Mundial del Agua: Hacer del Agua Negocio para Todos”.

Desde entonces, el Consejo ha cumplido con su mandato de hacer negocio del agua, pero no para todos. Un análisis del documento hecho por el grupo Corporate Europe Observer señala que los participantes en el ejercicio de visón fueron técnicos, académicos y miembros de agencias de desarrollo, y que dejó de lado a los mas afectados por la crisis del agua: los colonos, campesinos, victimas de enfermedades relacionadas con la calidad de agua, desplazados por las represas o victimas de sequías e inundaciones. Hasta la fecha, una de las críticas más fuertes contra el Consejo y los Foros es la exclusión de voces alternativas que defienden el acceso al agua como derecho y su gestión como responsabilidad del Estado y las comunidades.

En esta cuarta edición del Foro hubo una gran exposición de productos y servicios relacionados al agua que buscan mayor colocación en el mercado mundial, mientras en las sesiones las mismas empresas, en muchos casos, presentan sus experiencias como ejemplos de las “mejores prácticas” de manejo de agua, desde la cuenca hasta el grifo. La revista Fortune reporta que el agua ya es un negocio de 4 mil millones de dólares al año, así que son muy fuertes los intereses económicos directamente involucrados en el futuro de la gestión del líquido.

El Banco Mundial tuvo un perfil muy alto en el Cuarto Foro, con representantes en muchas mesas de trabajo. Existe una alianza fundamental entre las empresas y el Banco, que comparten el interés en la privatización. Vale la pena definir con más precisión el término “privatización”. Es un término que ellos mismos rechazan pero que constituye el eje de las críticas en su contra. En contraste con la venta de una empresa paraestatal, la privatización de servicios de agua puede darse en condiciones de responsabilidades compartidas con los gobiernos. En servicios tiene tres modalidades básicas: concesiones de servicios, compra de activos de la empresa estatal, o contratos de manejo. En bienes incluye el agua embotellada, que convierte el agua en un bien que se puede explotar y comercializar. Otra modalidad para extender el mercado hacia los sistemas del agua es el pago de servicios ambientales de agua, que pone precio a las actividades de cuidado de las fuentes del agua, sobre todo las cuencas.

Un estudio del Centro para la Integridad Publica muestra que de 276 préstamos para el abastecimiento de agua potable del Banco Mundial entre 1990 y 2002, 30% pusieron como condición la privatización de servicios de agua. En un estudio del mismo Banco, del total de préstamos para el ajuste estructural, 58% tuvieron la privatización de servicios públicos como condición. Además, su brazo para el financiamiento al sector privado, la Corporación Financiera Internacional, ha financiado directamente a las empresas que se quedan con las nuevas concesiones de servicios. Con un total de $20 mil millones destinados a proyectos de agua entre 1990 y 2002, concluye el informe, el Banco Mundial es el principal financiador de la privatización del agua. Las empresas han dicho que sin el capital de los bancos de desarrollo el negocio de agua no sería atractivo. De esta manera, no tienen que invertir capital propio en cantidades significativas y reciben monopolios naturales de clientes cautivos.

En este contexto, suena irónica la justificación para la transferencia de los servicios de agua con base en la necesidad de nuevas fuentes de inversión. Hay que tomar en cuenta también que, además de financiar la privatización, el Banco Mundial y los otros bancos de desarrollo empezaron, durante ese mismo periodo, a negar sistemáticamente el financiamiento para sistemas públicos, llevándolos a un paulatino deterioro que se volvió un pretexto para que entrara el sector privado.

Otra justificación que se escuchaba mucho en el Cuarto Foro es que el valor del agua no puede establecerse sin sistemas de cobro basados en “su costo real” en el mercado y que, si no se valora, se desperdicia. Se habló del agua llamándola “recursos hídricos” y se hizo énfasis en su papel en el desarrollo y su uso productivo, y se promovieron esquemas de financiamiento “mixtos”. En este contexto, los aspectos ecológicos están incorporados a través de mecanismos para “internalizar” los costos y beneficios de los impactos ambientales.

Aquí otra vez la experiencia muchas veces contradice el argumento. Una presentación de Prinwass con resultados a base de nuevos estudios de caso concluye que la fuga y desperdicio de agua en los sistemas privatizados no fue menor que en los públicos, y que los sistemas privados tampoco fueron más eficientes. Es decir, no hay evidencias claras de que el incentivo económico sea más eficaz que por, ejemplo, la regulación estatal o los sistemas tradicionales de manejo comunitario, y de hecho hay evidencias que apuntan a lo contrario.

Para completar el cuadro de cómo funciona la privatización del agua hace falta mencionar brevemente dos sistemas globales que juegan papeles claves. El primero es el sistema de propiedad intelectual, que garantiza el monopolio sobre nuevas tecnologías de uso y tratamiento de agua, para que los sistemas públicos tengan que asociarse con el sector privado en sus términos.

Y el otro son los acuerdos que rigen el comercio internacional, en particular los acuerdos de libre comercio, sean en la OMC o como acuerdos bilaterales. El TLCAN es un buen ejemplo. A pesar de que existe una cláusula que supuestamente protege la soberanía del agua en los tres países, en el momento en que el agua de los ríos, lagos o manantiales se vuelve servicio o bien entra en el mismo esquema de libre comercio, inclusive con tratamiento nacional para inversionistas extranjeros. Esto lleva a la imposibilidad de proteger un recurso estratégico como el agua. Baste un ejemplo: la empresa Sun Belt Water Company quiso exportar el agua de la provincia de British Columbia y el gobierno canadiense rechazó la solicitud. La empresa demandó al gobierno en sus dos niveles por la cantidad de $600 millones de dólares. Tanto el GATT como el TLCAN incorporan el comercio de agua al régimen de libre comercio en distintas categorías y la apertura forzada de los servicios de agua potable y saneamiento ha sido un punto de fricción en las negociaciones de los TLC con EEUU.

El documento Visión Mundial del Agua promovió, en 1998, los términos de inclusión del agua en el comercio que ahora están reflejados en los TLC: liberalización y desregulación del sector del agua, licitación en compras gubernamentales, trato nacional, eliminación de “subsidios”, instancias internacionales para la resolución de controversias, protección de propiedad intelectual y protecciones a inversionistas que pueden sobreponerse a las leyes locales y nacionales, como ocurre ahora con el Capitulo 11 del TLCAN.

Los otros foros

El debate bipartito sobre el agua que invadió la polvorosa Ciudad de México reveló las divisiones fundamentales entre los dos campos no sólo en torno al manejo del agua sino también a su relación con la sociedad.

Para los foros alternativos, el agua se define como un derecho humano, un bien público y—para los pueblos indígenas—un elemento sagrado de la vida. Su valor se deriva de su relación con la vida de todas las especies y con la supervivencia de las colectividades humanas. Por consecuencia, su cuidado no se basa en pagar altos precios para estimular el uso eficiente sino en desarrollar esquemas integrales de manejo en donde todos tengan el mismo derecho a acceso e incidencia en la toma de decisiones.

Los foros paralelos mostraron el crecimiento del movimiento mundial en contra de una visión empresarial de manejo de agua. En los tres años que han transcurrido entre el Tercer Foro en Japón, muchas concesiones privadas han sido canceladas frente las protestas de los usuarios o la falta de inversiones y mejorías en el servicio por parte de las empresas. Han crecido las voces en la opinión pública, sobre todo en los países del sur, en contra de las privatizaciones y muchas empresas transnacionales enfrentan campañas públicas en su contra y severos problemas de imagen. Coca Cola, patrocinador del Cuarto Foro, es el ejemplo más conocido por enfrentar un boicot internacional. Decenas de miles de personas marcharon el primer día del Foro en rechazo a las privatizaciones y la inequidad en la distribución del recurso, y a favor de reconocer el agua como derecho humano. Es un hecho insólito que un tema de ecología se vuelva el eje de la protesta popular masiva. Las pancartas de las manifestaciones contra el Cuarto Foro hablan por sí mismas: “Agua pública para siempre”, “la vida en vez de la ganancia”, “Quítenle el agua a las Lomas de Chapultepec y mándenles pipas. Atentamente: Iztapalapa”, “No nos vamos a rajar—No pueden comprar lo que nunca ha estado en venta: la tierra y el agua son sagradas. Atte: Consejo de ejidos y comunidades opositoras a la presa La Parota”.

Como han dicho Tony Clarke y Andrés Barreda, los contrastes entre los foros adentro y afuera se dieron no sólo en su visión de la problemática sino también en las formas de organización. El Cuarto Foro contó con estrictas medidas de seguridad y procedimientos burocráticos para excluir a voces inconformes, mientras los foros externos fueron diversos, incluyentes y abiertos.

El Cuarto Foro fue el resultado de procesos controlados que no son representativos. Además, a pesar de que dentro del Foro se hablaba de un consenso en el sentido de que el mejor manejo de agua es a nivel local, las propuestas de privatización y mercantilización del agua lleva la toma de decisiones cada vez más lejos de la comunidad, sea rural o urbana. Las empresas trasnacionales, las organizaciones conservacionistas internacionales, los bancos de desarrollo y las agencias internacionales de expertos se convierten en los centros de planeación y control de los recursos, utilizando la “descentralización” como herramienta para fragmentar la resistencia.

El foro-atalizador del movimiento

El Cuarto Foro Mundial del Agua, diseñado para promover la agenda de la privatización del agua, sirvió este año como catalizador de un gran movimiento opositor.

De hecho, los preparativos para los eventos paralelos y, lo más importante, para construir colectivamente otra visión del agua, empezaron desde mucho antes. En abril de 2005 se llevó a cabo el Primer Taller Popular en Defensa del Agua, con la participación de más de cuatrocientas personas de todo México y Norte, Centro y Sudamérica. Los objetivos del taller fueron, según sus organizadores: discutir el avance de la privatización del agua, cómo se relaciona a otras embestidas contra el patrimonio común, y la generación de alternativas.

Después, otro taller organizado por otro grupo de organizaciones no-gubernamentales y sociales llevó a la formación de la Coalición de Organizaciones Mexicanas por el Derecho al Agua.

Estos dos procesos volvieron a unir sus luchas en la semana del Cuarto Foro. Además se llevó a cabo un Tribunal sobre el Agua, que emitió veredictos sobre 15 casos, un foro de pueblos indígenas y otros eventos culturales y políticos.

Mientras en el Cuarto Foro los participantes discutieron los problemas y soluciones al manejo de los recursos hídricos bajo el lema “Acciones Locales para un Reto Global”, miembros de la sociedad civil se reunieron en foros paralelos con otra visión del problema. Grupos de trabajadores del agua, pueblos indígenas, movimiento urbano popular, organizaciones de mujeres y organizaciones ciudadanas coincidieron en que la escasez y contaminación del agua en sus países requiere, más de soluciones tecnológicas, la participación ciudadana en la toma de decisiones en todos los niveles, la reivindicación de agua como recurso público y una perspectiva de equidad y sustentabilidad. En este contexto, lanzaron hondas críticas hacia los esquemas de privatización de servicios de agua en todo el mundo.

El agua fluye hacia abajo

La declaración final del Cuarto Foro Mundial del Agua, ya elaborada de antemano por los organizadores en sus puntos esenciales, ni siquiera reconoció el agua como derecho sino como “prioridad en los procesos nacionales” de desarrollo y combate a la pobreza. Algunos participantes contaron que esta declaración sumamente diluida en su contenido fue resultado de la presión de AguaFed, la asociación de las empresas.

Por otro lado, uno de los foros, el Foro Internacional en Defensa del Agua, adoptó el lema de “El derecho al agua es posible” e hizo del derecho el centro de sus reivindicaciones. Otros enfoques llamaron a construir luchas de resistencia que vincularan la lucha contra la privatización del agua con otras luchas en defensa de los bienes comunes de la humanidad.

Como resultado de este movimiento, en muchos lugares se ha liberado el agua para que retome su curso natural de fluir hacia abajo. Rompiendo los diques, estos movimientos han logrado, en algunos casos, devolver a la comunidad el manejo del agua, cancelar contratos con empresas privadas, concientizar y cambiar la opinión publica, prevenir la construcción de grandes represas y otros logros.

Recursos: http://www.waterbank.com/Newsletters/nws18.html
Bibliografía:
http://users.ox.ac.uk/~prinwass/es/overview.shtml
http://users.ox.ac.uk/~prinwass/PDFs/OW04Summary_es.pdf
Promoting Privatization, the World Bank
http://www.publicintegrity.org/water/report.aspx?aid=45

Laura Carlsen es directora del IRC Programa de las Américas www.americaspolicy.org
Traducción: Eugenio Fernández Vázquez
Programa de las Américas del International Relations Center (IRC) www.ircamericas.org

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