'El Dakar plantea el relato de la "conquista de la naturaleza" por la civilización'

Idioma Español
País Argentina

"El Dakar plantea el relato de la "conquista de la naturaleza" por la civilización, la retórica de la colonización del desierto, que está presente en el modelo extractivista." Publicamos estas notas de análisis acerca del significado social y cultural del Rally Dakar que, aunque escritas en ocasión de ediciones anteriores, portan plena vigencia.

7.1.14

La importancia cultural del Rally Dakar

La sexta edición del denominado "Rally Dakar" (sic) en Sudamérica vuelve a abrir el debate, pero sobre todo las protestas de un movimiento ambientalista integral. Frente a quienes expresan que la competencia es insignificante, se conocen sus impactos ecológicos y sociales directos. Además, tiene una relevancia más profunda, a nivel cultural. El Dakar plantea el relato de la "conquista de la naturaleza" por la civilización, la retórica de la colonización del desierto, que está presente en el modelo extractivista.

Por Eduardo Soler

Que el Dakar no nos pase por encima. Fuente de la Foto

Desde su inicio en el 2009, cuando la competencia desembarcó en Sudamérica, las organizaciones ambientalistas se pusieron en alerta. Por un lado, existen informes sobre los impactos ambientales y sociales, que incluyen el paso de una gran cantidad de máquinas sobre un ecosistema frágil, como son los áridos. Del mismo modo, hubo declaraciones de sociedades de arqueólogos alertando sobre los daños que produce el rally en el patromonio cultural de los pueblos originarios. La lista se expande en los testimonios de pobladores afectados, así como es alarmante revisar la lista de muertos por accidentes provocados por el dakar. Por ejemplo en 2011 una persona murió en Catamarca.

Sin dejar de considerar la relevancia de todo ello, además de estos impactos puntuales, directos, insistimos en que la importancia del "Rally Dakar" es cultural. El mismo nombre nos da una pista de ello: aquí no estamos en Dakar, sino que la insistencia del signo viene por la continuidad del modelo de la colonialidad. Y desde la Comunicación Ambiental, es fundamental considerar la dimensión cultural como estructural en la crisis ambiental. Eso lo entienden las organizaciones, ya que son las mismas las que luchan desde hace año contra la sojización, contra la megaminería, contra el extractivismo en general. Por eso cuestionar al Dakar no es insignificante, sino lo contrario, sería ilógico no hacerlo.

El Dakar es una de las expresiones destacadas de esta concepción que visualiza al automovilismo como un deporte. El punto es polémico, pero se ha convertido en un deporte (otrora símbolo de la vida saludable), a una actividad que no hace más que incentivar la fascinación por el automóvil. Y no es una relación indirecta, en la Fórmula 1 los "equipos" son empresas, son grandes corporaciones, como Mercedes Benz, Ferrari, Honda, Ford, Toyota. ¿Acaso puede pensarse que empresas que dieron origen al fordismo y el toyotismo son poco importantes? Para que estas empresas mantengan sus ganancias, es necesario incentivar el extractivismo petrolero, en otras palabras, el fracking.

Un título ejemplar de Página 12: el Dakar como una guerra.

En este caso, en el Rally Dakar las marcas no tienen comparativamente tanto protagonismo, pero sí están, y muy presentes. Preparan sus modelos especiales, patrocinan, participan del show, que se produce en "el desierto" pero llega a nosotros por los medios masivos. ¿Y qué es lo que muestra justamente el "rally dakar"? La propia cultura "modernista", la tecnología que "vence a la naturaleza", en este caso superando "el desierto". El título que decidió hoy la edición de deportes de Página/12 es ejemplar al resecto. La conquista del desierto por el automóvil (o la moto, o el cuatriciclo). Aquella que aparece parodiada en una publicidad de "paseadores de autos", con un sentido posmoderno.


A nivel social, no podemos entonces enfrentar la seriedad que merece la crisis ambiental, si seguimos destinando (buena) parte de la reserva de energía (material, fósil, pero también espiritual) a este tipo de competencias. Puesto que si bien no es poco lo que gastan en combustible (en la propia competencia, con los autos de los equipos, con el traslado desde Europa, y otras partes del mundo civilizado, que se suman a los locales), también vuelvo al argumento. El principal impacto -más allá del propiamente ambiental y social- es cultural. Si este es nuestro deporte, si es nuestro espectáculo, si es nuestra cultura -en fin- la crisis ambiental permanecerá.

Todo esto lo estoy escribiendo ahora, pero lo aprendí personalmente durante un encuentro de reflexión sobre (contra) la megaminería, en la palabra de unas pobladores de la puna en nuestro noroeste. Luchadora en serio contra la megaminería, ella, nos contó entre risueña y orgullosa, como había expulsado a algunos competidores del dakar, que querían pasar por su territorio. Mejor dicho, querían dañar la Pacha. Allí radica entonces la unión en la lucha: el Dakar no está aislado, es parte de una idea de la concepción entre esta conquista de la civilización sobre el desierto. Las protestas no vuelven a recordar, otra vez, que tal desierto no está desierto, y que no quiere ser avasallado.

Fuente: Comunicación ambiental

_______________________________________________
5.1.13

Rally Dakar, o la moderna colonialidad

Como desde su arribo de África hasta América Latina, no se detienen las denuncias sobre los impactos del "Dakar" (sic). Entre los directos, que atraviesa por lugares valiosos por contener restos arqueológicos y fósiles. Para este año, la Defensoría del Pueblo de la Nación está recopilando nuevos datos sobre este tipo de impactos en las provincias. Y luego figuran los daños indirectos, como el gran consumo de energía fósil que contribuye al cambio climático. Sin embargo, se plantea aquí que el mayor perjuicio está a nivel cultural. ¿Qué cultura transmite este espectáculo deportivo?

Por Eduardo Soler

Denuncian que en 2012 el "Dakar" destruyó fósiles de ballena. Foto: Museo Hönninger

Se presenta como una competencia deportiva o un espectáculo de masas. Moderno, híper moderno. A esta altura de los acontecimientos, en pleno siglo XXI, ya se sospecha que las retóricas modernas sirven para justificar cualquier avasallamiento tanto sobre sociedades consideradas "atrasadas", como las naturalezas, todo en nombre de la civilización contra aquella zona de barbarie. En un nivel académico, diversos autores como Walter Mignolo o Aníbal Quijano, entre otros, nos hablan de que toda Modernidad implica una Colonialidad. Y entonces, podemos ver mejor cómo el Dakar, como deporte espectacular, convoca subjetividades coloniales. La colonialidad no es colonialismo, sino la continuidad de sus estructuras a todo nivel, entre ellas la cultural.


En 2009, ComAmbiental ya publicaba " Al pueblo pan y Dakar" haciéndose eco de las denuncias de diferentes organizaciones socio-ambientales. En 2011, difundimos también un artículo que explicaba " Lo que el Dakar nos dejó (el pasivo socioambiental)", haciendo énfasis en el caso de Catamarca. En este 2013, las protestas se mantienen, ofreciendo como principal novedad que el trayecto se extendió al norte, hasta Perú, que es el centro de las culturas incaicas. Desde allí la Asociación Museo Paleontológico Meyer Hönninger denunció la destrucción de yacimientos fósiles de delfines y ballenas, mientras se teme que pueda pasar lo mismo con patrimonio arqueológico. Para volver a enfatizar la dimensión cultural, recuperamos un documento de Ecologistas en Acción de 2009, que puede suscribirse todavía hoy.

El Rally Dakar debe desaparecer

Ecologistas en Acción pide la suspensión del Rally Dakar 2009 por los destrozos ambientales que ocasiona y por la imagen que globalmente proyecta: la exaltación de una movilidad insostenible y de unos valores desfasados ante los retos ambientales y sociales que debe afrontar la humanidad. Asimismo, Ecologistas en Acción muestra su apoyo a los grupos ecologistas y sociales locales que expresan su rechazo a esta prueba mediante iniciativas o medios no violentos.

Ecologistas en Acción ha manifestado siempre su rechazo a la celebración del Rally Dakar por los numerosos impactos ambientales que ocasiona la celebración de esta competición en los lugares por donde transcurre. El tránsito de más de 800 todoterrenos, además de camiones y motos por recorridos en su mayor parte semivírgenes produce un severo impacto ambiental, directo e indirecto. A la contaminación atmosférica y acústica que producen, se une la erosión del suelo (cada 1.000 km recorridos por uno de esos vehículos fuera de los caminos supone la erosión de una hectárea de suelo), el efecto perturbador producido por ruido y luces sobre la fauna silvestre, etc.

El Rally Dakar ensalza sobre todo la imagen del todoterreno. Un automóvil con una alta capacidad destructiva y unos impactos que, aunque comunes a otros tipos de automóviles, se ven incrementados y concentrados en este tipo de vehículo. Su mayor volumen, gran peso y potencia, supone un mayor consumo de energía y unas mayores emisiones contaminantes, además de resultar más peligroso para el resto de usuarios de la vía pública.

Promocionar este tipo de vehículos vinculando su imagen con la “aventura” y el “descubrimiento” de la naturaleza es de una gran irresponsabilidad y supone un desprecio hacia los principales problemas en los que se encuentra inmersa la humanidad, entre los que destaca el cambio climático y la escasez de combustibles fósiles. Dos problemas a los que el uso injustificado de estos vehículos contribuye en buena medida.

El cambio del modelo de movilidad actual hacia otro que ejerza unas menores presiones sobre el medio ambiente y sea más saludable y beneficioso socialmente, es uno de los retos a conseguir por el ser humano en las próximas décadas para frenar la crisis ambiental y económica. En este sentido, la imagen ofrecida por el Rally Dakar es la opuesta a la que se necesita.

Ecologistas en Acción considera también inaceptable el despilfarro inadmisible y la ostentación hiriente que este tipo de competición representa en un mundo de profundas desigualdades sociales. Conviene recordar que a menudo las ediciones del Rally Dakar se realizan en las áreas más pobres del planeta.

Por último, destacar que el Rally Dakar no está exento de un trágico historial: con la reciente muerte del piloto francés en la actual edición ya son 56 el número de personas muertas durante su realización.

Fuente: Comunicación ambiental

Temas: Extractivismo

Comentarios