Balsa en Ecuador #3: tala indiscriminada de balsa en la Reserva de Biosfera Chocó Andino

Idioma Español
País Ecuador

La reserva de biosfera “Chocó Andino” representa actualmente más del 30% del territorio de la provincia Pichincha, al noroccidente del Ecuador. Desde su admisión por la UNESCO como Reserva de la Biosfera en 2018, la mancomunidad del Chocó Andino intensifica esfuerzos para conservar las 286 mil hectáreas de esta reserva. La conformación de ACUS (Áreas de Conservación de Uso Sustentable) ha contribuido al impulso de alternativas productivas y sistemas de gobernanza integral en las comunidades de los cantones Quito, San Miguel de los Bancos y Pedro Vicente Maldonado.

ACCIÓN ECOLÓGICA OPINA
Serie "Se acaba la balsa en el Ecuador"

La balsa o boya crece de manera silvestre en los centros de recarga hídrica en la zona del Chocó Andino, y es parte del ciclo de vida de insectos, aves, meso flora y meso fauna, propia del bosque tropical y subtropical de los valles bajos en la reserva.

En el último año y medio se desató una tala violenta de la balsa en Pacto, hasta el extremo que prácticamente ha desaparecido de la zona. Pobladores de la zona relatan que “a comienzos del año 2020 en la vía se instaló un aserradero que llegó a comprar un camión de bloques de balsa hasta en 2.000 dólares’’. Este aserradero funcionó hasta diciembre del 2020 y estuvo trabajando cerca de un año y medio. A medida que avanzó la pandemia, la situación económica de las familias se complicó mucho, por lo que empezaron a vender las balsas de sus fincas. “Con dos o tres árboles completaban el camión”.

En medio de la resistencia antiminera, las autoridades del Ministerio del Ambiente visitaron Pacto y, a pesar de que era evidente que se estaba sacando grandes cantidades de balsa, ellas no frenaron la tala ni el comercio irregular de la madera en el aserradero instalado. Campesinos propios de la zona y otros desconocidos, ingresaban hasta los bosques para extraer balsa y venderla al aserradero. Era como una fiebre de oro.

Cuando se acabó la balsa, el aserradero se movió a otros lugares donde aún hay balsa.

Un alto porcentaje de la población de Pacto se dedica a la producción de panela orgánica para exportación, actividad que la han venido desarrollando de forma sustentable y artesanal por más de 18 años. Las familias de esta parroquia cultivan, procesan y empacan la panela cuyo destino son países del continente europeo como Francia e Italia. En los meses que duró “la fiebre de balsa”, algunos paneleros descuidaron su trabajo y se dedicaron a la balsa. También, el turismo, que es otra actividad importante en el Chocó Andino, ha sido muy afectado por la pandemia y ahora por la extracción de balsa nativa de los bosques.

Debido a la tala de balsa, hay una pérdida de otras especies forestales al definir senderos y vías de transporte para sacar la balsa hasta el punto de comercialización, lo que deteriora el equilibrio del ecosistema. Cuando cae un árbol grande de balsa, va destruyendo otros a su paso.

Los animales, que dependen de la balsa como su hábitat natural, también se afectan, a lo que se suma que aumenta el peligro de tráfico de especies animales y otras especies forestales del Chocó Andino. Adicionalmente, aumenta el peligro de deslaves, inundaciones, erosión, riesgo de incendios forestales y sequías, y otros síntomas que ponen en peligro la vida de las familias de Pacto.

En un recorrido hecho en la zona, se pudo evidenciar que quedan muy pocos árboles de balsa, de no más de 10 metros de altura. A través del vuelo de un dron en las zonas intervenidas actualmente por la minería ilegal, tampoco se visibilizan árboles de balsa nativa en el bosque.

En otro lugar del Chocó Andino, en San Miguel de Los Bancos, un habitante dice que ahí “duró tres meses la extracción de balsa, actualmente ya no hay balsa. Desde mayo a septiembre del 2020 acabaron con la balsa, hasta robaban la balsa de propiedades privadas. Un árbol de balsa no tan grueso llegó a valer 200 dólares. Los balseros sacaron con mulas la balsa de la montaña ya que aquí no se siembra balsa. Se sigue viendo el transporte de madera por las vías, muchas veces balsa pero que no son de aquí, porque ya no tenemos”.

Por su experiencia en el fomento de prácticas sostenibles y sustentables, la Mancomunidad de la Reserva de Biosfera ‘’Chocó Andino’’ propone las siguientes medidas de compensación y restauración a su naturaleza:

•    Fomentar una cultura forestal integradora: donde las actividades productivas promuevan la conservación y protección de los bosques y las zonas de recarga hídrica.
•    Producción sustentable y sostenible de balsa, estableciendo parámetros para la tala de balsa, incluyendo veda de balsa hasta los 4 años de vida o cuando alcance unos 90 cm de circunferencia del tallo, producción nativa y reforestación continua de áreas descompensadas ambientalmente
•    Programa de reforestación con especies nativas y endémicas: siendo el Ecuador es un país megadiverso, debemos apropiarnos de esa diversidad para restaurar zonas degradadas y bosques intervenidos.  Esto debe complementarse con campañas de educación ambiental y jornadas de reforestación estratégicas con especies nativas, incluyendo la balsa.

Editorialista invitada: Doménica Mendoza es integrante de la Troja Manaba; este editorial es el resultado de la inspección hecha por Doménica a la Parroquia de Pacto y al cantón San Miguel de los Bancos en marzo 2021.

Fuente: Acción Ecológica

Temas: Extractivismo, Tierra, territorio y bienes comunes

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