Argentina: Voces críticas en torno al DNU sobre el uso y propiedad de las semillas

Idioma Español
País Argentina

Luego de una reunión llevada a cabo en el Ministerio de Agricultura con entidades agropecuarias y empresas del sector, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, anunció que se emitirá un Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU) a fin de modificar algunos de los elementos de la actual Ley de Semillas y Creaciones Fitogenéticas (ley N° 20.247) que regula una forma de propiedad intelectual, el comercio y el uso de las semillas.

Al tratarse de algunos de los temas que venían siendo más conflictivos en la discusión de los últimos años en torno a la posible reforma de la Ley, sobre todo la regulación del denominado uso propio de las semillas por parte de los agricultores, las voces de alerta no tardaron en llegar.

La Campaña “No a la nueva Ley Monsanto de semillas en la Argentina” emitió un comunicado donde aseguran que el anunciado DNU “avanza sobre un tema que viene recibiendo las críticas y el rechazo de cientos de organizaciones sociales, de trabajadores, de agricultores, campesinos y pueblos originarios, así como de académicos y de diferentes sectores políticos. Estos múltiples sectores resisten la apropiación de los bienes comunes de la naturaleza”.

Asimismo, remarcan que con “con la excusa de combatir la ‘Bolsa Blanca’ (la venta de las semillas de soja como grano por parte de productores) se plantea haber llegado a un ‘consenso’ para impulsar este DNU”. Sin embargo, aseguran que éste no es tal ya que no representa a toda la sociedad y que es “solo el consenso del agronegocio para seguir imponiendo sus pretensiones”. Finalizan la declaración haciendo un llamamiento a rechazar “cualquier decreto y a cualquier normativa que intente avanzar sobre la privatización de nuestros bienes comunes”.

La Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, por su parte, emitió esta semana un pronunciamiento en el cual argumentan la inconstitucionalidad del DNU ya que, según evalúan, no hay nada que amerite la modificación de la Ley de Semillas por esta vía.

Muy por el contrario, se trata de un tema “medular que incide en forma directa sobre la conformación de nuestro modelo productivo agrario nacional y, por lo tanto, cualquier debate que vaya a modificar significativamente al sector deberá ser debatido en los ámbitos de nuestro poder legislativo y con la intervención correspondiente de cada uno de los sectores interesados”.

Otra organización que rápidamente salió a posicionarse fue el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) explicitando que, lo que está en juego, es una disputa por la función social de las semillas o su subordinación al capital financiero transnacional.

Según expusieron en el comunicado que difundieron “ceder a la presión de las corporaciones y aceptar la propiedad intelectual sobre semillas, en un contexto donde las empresas transnacionales son quienes controlan más del 90% de esa tecnología, así como todos los eslabones de esa cadena (insumos, servicios, comercio global, mecanismos financieros) es retroceder en Soberanía”.

Además, enfatizan que “el uso propio es un derecho inalienable para los campesinos indígenas y agricultores familiares, y para ejercerlo no necesitamos estar en ningún tipo de registro, ni ser tratados como excepciones a ninguna normativa”. Por el contrario, “cualquier tipo de regulación sobre las semillas, deberá ser dirigida exclusivamente hacia el espectro de la cadena de agronegocios”.

Finalmente, el sábado 23 de mayo se realizó nuevamente la ya reconocida marcha mundial de lucha contra Monsanto en un total de 28 países y en varias ciudades de nuestro país. El rechazo al DNU y a cualquier modificación de la Ley que avance aún más en la privatización de las semillas, fue uno de los ejes de las movilizaciones locales.

Fuente: Notas

Temas: Derechos de propiedad intelectual, Semillas

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