Joao Pedro Stédile: “El agronegocio y la soberanía alimentaria son modelos antagónicos”

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Aprovechamos la invitación que nos hizo llegar la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) – Vía Campesina a participar de la apertura de su VI Congreso en Buenos Aires para conversar con Joao Pedro Stédile, referente histórico del Movimiento Sin Tierra de Brasil, sobre la situación política latinoamericana y los desafíos de los movimientos campesinos.

- Cambio: ¿Cómo está viendo el proceso político general de América Latina?

Joao Pedro Stédile: Los gringos han sufrido varias derrotas políticas en Medio Oriente y en el escenario internacional. Lo que percibimos es que ahora se están moviendo de nuevo hacia América Latina, para garantizar su “patio trasero”, sobre todo por los intereses del capital de recomponer sus tasas de ganancia. Y se han movido más con sus capitales y sus servicios de inteligencia para intentar derrotar a los gobiernos que según ellos estarían en la delantera, no ideológica, sino en la delantera de un proceso de integración latinoamericano, que en este momento son los de Argentina, Brasil y Venezuela. Se percibe que se están moviendo y estimulando a que las oposiciones internas burguesas tomen la iniciativa política de hacer campañas para intentar o bien derrumbar a estos gobiernos o bien por lo menos mantenerlos con miedo de hacer cambios y presionarlos para que retomen la agenda neoliberal, que es la agenda que al final les interesa a los capitales en Latinoamérica.

- C: ¿Qué balance tiene de la Cumbre de las Américas de Panamá en este contexto?

JPS: Creo que fue una victoria de las fuerzas progresistas de Latinoamérica, una victoria de la UNASUR y de la CELAC, porque la Cumbre de las Américas siempre fue un espacio hegemonizado por los EEUU. Y en este caso ellos tuvieron una derrota política porque la mayoría de los gobiernos se solidarizaron con Cuba y con Venezuela y eso dejó a Obama sin la iniciativa política. Por eso yo creo que el balance de la Cumbre de las Américas fue positivo para frenar esa ofensiva política e ideológica que venía sobre Latinoamérica.

- C: ¿Cuál cree que es el significado de este congreso de la CLOC-VC y concretamente que se realice en un país como la Argentina?

JPS: La CLOC siempre tuvo una metodología muy participativa de rotación de espacios y dirigentes, esta vez le tocó a Argentina, y creo que es muy importante que sea aquí en este momento porque en los últimos diez años hemos dado una lucha dura contra el monocultivo, contra los agrotóxicos, contra las semillas de los transgénicos. Argentina, como Brasil y Uruguay, son los tres países donde el modelo de agronegocios es completamente hegemónico y nos ha impuesto la soja, el eucalipto, ese monocultivo con una cantidad vergonzosa y criminal de venenos que se utilizan en la agricultura y que al final matan la biodiversidad, contaminan el agua y los alimentos que después se transforman en enfermedades.

Entonces hacer un congreso de campesinos aquí es como poner una señal y decir “no pasarán”. Ya fueron demasiado lejos y ahora se trata de construir un modelo alternativo al agronegocio, que nosotros creemos que es la agricultura volcada para la producción de alimentos sanos, la soberanía alimentaria y sobre todo la adopción de la matriz de la agroecología.

- C: Hoy desde distintos sectores se propone la convivencia entre el modelo del agronegocio y el modelo de agricultura que ustedes plantean orientado a la soberanía alimentaria. ¿Te parece que es posible pensar en algún tipo de coexistencia o convivencia entre estos dos modelos?

JPS: Es como el vino y el aceite, no es posible mezclarlos. Si fuera agua, muchos le ponen al vino, pero el aceite no. Hay una confusión general, que incluso el movimiento campesino intenta clarificar. No estamos debatiendo ahora un tema del derecho de propiedad, de tamaño de las haciendas, que debería ser para todos.

Lo que está en disputa son dos modelos distintos de producción agrícola: el del agronegocio y el de la soberanía alimentaria. Y esos dos modelos son antagónicos. No puedes convivir ni siquiera como vecinos, donde uno utiliza la semilla transgénica y el vecino no: porque la semilla transgénica no es democrática y contamina al vecino. No puedes utilizar en una hacienda el veneno y en la otra no: porque el veneno mata la biodiversidad, altera el clima y afecta al vecino. Entonces tú no puedes decir una parte va a producir soja con venenos y otra va a producir alimentos. Tú tienes que poner como prioridad producir alimentos sanos para toda la sociedad. El punto es cuáles paradigmas van a orientar la producción agrícola y en eso el modelo del agronegocio es frontalmente contrario a la función social que debe tener la tierra y la agricultura.

- C: ¿Cuál piensa que es el escenario actual en Brasil en esta discusión?

JPS: En Brasil lo principal que está sobre la mesa ahora es la lucha política, porque la derecha perdió las elecciones de octubre pero sin embargo ellos siguen teniendo la hegemonía en el Congreso, fruto del financiamiento privado de las campañas, tienen hegemonía en el poder judicial y en los medios. Entonces la derecha se creyó que podría utilizar esas tres armas para desestabilizar el gobierno y quitarlo de ahí. Por eso levantaron la bandera de “fuera Dilma”, del juicio político.

Pero nosotros desde los movimientos populares creemos que el verdadero objetivo no es el golpe, porque ellos no tienen fuerza para derrocar de una forma vergonzosa y anticonstitucional a un gobierno recién electo. Lo que ellos quieren es desestabilizar al gobierno para que no avance en los cambios que se propuso en la campaña y que retome agendas neoliberales. De hecho han logrado eso. En los últimos meses el gobierno de Dilma, que en nuestra opinión en su composición es más conservador de lo que fue en el primer mandato, ha retomado agendas neoliberales de las que nosotros estamos en contra, como la elevación de la tasa de interés, quitar algunos derechos de los trabajadores como el seguro de desempleo, recortar en el presupuesto nacional inversiones sociales en educación, salud y vivienda…

Por lo tanto la derecha ha logrado parte de sus objetivos y nosotros decimos que para alterar esa correlación de fuerzas sólo tenemos un camino: ir a la calle. Llevar a los movimientos populares a la calle y hacer la lucha política en la calle para concientizar a la gente y lograr una fuerza movilizadora que pueda hacer que el gobierno retoma la agenda de cambios políticos que se había debatido en la campaña como la reforma política, la reforma tributaria, la reforma agraria, de vivienda y otras inversiones sociales que necesitamos.

Fuente: Patria Grande

Temas: Agronegocio, Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Soberanía alimentaria

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