Científicos solicitan que se publique quién financia estudios sobre riesgos de sustancias químicas

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Científicos de todo el mundo han elaborado un plan de acción para solicitar que se publique quién financia los estudios sobre las sustancias químicas, la contaminación electromagnética, las nanotecnologías y los transgénicos.

Científicos de todo el mundo, reunidos en la Universidad Politécnica de Madrid en un encuentro organizado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, la red de científicos independientes ENSSER y la Fundación Vivo Sano, han elaborado un plan de acción para solicitar que se publique quién financia los estudios sobre las sustancias químicas, la contaminación electromagnética, las nanotecnologías y los transgénicos.

 

En este informe, que extenderán a los legisladores europeos y nacionales para aumentar la protección de los ciudadanos frente a los intereses de la industria, los expertos han pedido que la legislación se base en el principio de precaución, que se asegure la transparencia a todos los niveles y que haya un acceso fácil y completo a la información.

 

"Frente a las evidencias científicas sobre la peligrosidad de una nueva sustancia suelen surgir otros estudios asegurando que no existe tal riesgo, pero para tener una visión completa del asunto es fundamental saber quiénes están financiado el estudio y los intereses que hay detrás", ha asegurado el coordinador científico de ENSSER, Hartmut Meyer.

 

Con respecto a los productos químicos, han instado a que se investiguen los efectos de la combinación de sustancias, en lugar de estudiarlas individualmente y por separado, puesto que actúan de distinta forma, e insisten en la importancia de primar el principio de precaución.

 

"No es posible esperar a tener el conocimiento absoluto respecto a la peligrosidad de una sustancia para proteger a la población. Hay que legislar teniendo en cuenta el principio de precaución", ha subrayado Meyer.

 

TRANSGÉNICOS, NANOTECNOLOGÍAS Y CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS

 

En cuanto a los cultivos transgénicos, han reclamado a las autoridades que se aseguren de que las investigaciones son totalmente independientes y que se anteponga la seguridad de la población pese más que la protección de la patente.

 

En este sentido, la directora de la Organización para la Defensa de la Salud, Irina de la Flor, ha lamentado que esté a punto de salir al mercado "un nuevo maíz transgénico" que es mezcla de cuatro variedades, también transgénicas, que están aprobadas.

 

"Los productores se amparan en la legalidad de todas éstas, sin contar con el potencial peligro de que salgan subespecies y más subespecies de cultivos transgénicos", ha recalcado, tras señalar la importancia que tiene que las empresas etiqueten sus productos detallando si lo que se está comprando es transgénico o no.

 

En relación a las nanotecnologías, los científicos han solicitado que se estudie la salud de las personas que trabajan con nanotecnologías y que se etiqueten los productos informando si contienen o no estos elementos. Y es que, las nanotecnologías están presentes en infinidad de productos de consumo.

 

"Es la sustancia que hace, por ejemplo, que la salsa 'ketchup' resbale en los envases y no quede nada en el fondo, o la que hace que el chocolate tenga un aspecto brillante al fundirse y aunque nos hacen la vida más fácil y bonita, las consecuencias para la salud a largo plazo son imprevisibles", ha subrayado De la Flor.

 

Por último, sobre los campos electromagnéticos, han pedido que se fijen legalmente límites de contaminación bajos y estandarizados a nivel internacional, que los comités internacionales encargados de establecer los límites máximos de exposición a radiofrecuencias están libres de intereses económicos y que las investigaciones se desarrollen teniendo en cuenta la biología compleja y no sólo la temperatura corporal.

 

Ecoticias, Internet, 21-5-12

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