Semillas

"En el marco de las Jornadas Europeas de acción contra las leyes de semillas previstas por la UE, se ha previsto, en Bruselas, poner en marcha una red de intercambio de semillas. Esta red de intercambio esta destinado a reunir iniciativas de varios países, para hacer difusión sin restricciones de las semillas seleccionadas..."

Con motivo del Tratado Internacional de Semillas, que empezará el 14 de marzo en Bali, este número del boletín contiene una edición especial sobre Semillas Campesinas y Biodiversidad.

Las recientes heladas en el norte de México y las extensas pérdidas de cosechas ponen de manifiesto las perversiones de entregar el sistema agroalimentario a las decisiones de unas cuantas trasnacionales, que dominan desde las semillas a los supermercados.

Hoy en día somos víctimas de una guerra por el control de las semillas. Nuestras agriculturas están amenazadas por industrias que intentan controlar nuestras semillas por todos los medios posibles. El resultado de esta guerra será determinante para el futuro de la humanidad, porque de las semillas dependemos todos y todas para nuestra alimentación cotidiana.

"Enfatizamos que sin semillas no hay agricultura; sin agricultura no hay alimentación; y sin alimentación no hay pueblos. Por eso hoy nos declaramos en una gran campaña mundial en defensa de las semillas sustentadoras de la vida, impulsando la declaración en que sean reconocidas como patrimonio común de la humanidad."

Decenas de miles de personas en toda Europa estan pidiendo activamente que el derecho de las semillas permanezca en manos de los agricultores y jardineros. La diversidad de los cultivos ha alimentado la humanidad durante miles de años. Las semillas que hemos heredado de generaciones pasadas son la base de la vida y son esenciales para nuestra soberanía alimentaria.

El pasado 11 de enero tuvo lugar en el Parque Central de Santa Cruz de Guanacaste, El Santuario de Semillas Criollas; hermosa actividad que rinde homenaje a las familias que cuidan la diversidad agrícola heredada por ancestrales culturas campesinas e indígenas.

Nosotros, indígenas mayas, que vivimos del maíz y que de él comen también nuestros hijos e hijas, queremos hablarles de esta semilla heredada por nuestras abuelas y abuelos. Ellos nos enseñaron a trabajar la milpa y cuidar el monte, para nosotros eso significa cuidar la vida, porque de la vida del monte y de la vida de la milpa depende la nuestra.