¡Por una Colombia sin latifundio, con paz y Justicia Social!

Se ha llevado a cabo la realización del IX Congreso Nacional de FENSUAGRO, los días 2, 3 y 4 de Diciembre de 2004, con la presencia de delegados de 22 departamentos del país y varias delegaciones internacionales. El desarrollo de este congreso se convierte en un aporte y esfuerzo del movimiento campesino y trabajadores del sector agropecuario y en particular de nuestra Federación, a la acción y resistencia de masas organizada del pueblo Colombiano, contra las políticas de Globalización Capitalista y su engendro, el Neoliberalismo, el terrorismo de Estado, las imposiciones del Fondo Monetario Internacional, la banca mundial y la Organización Mundial del Comercio.

El régimen oligárquico Colombiano, en cabeza del presidente Álvaro Uribe Vélez, ha canalizado a favor del Capital Transnacional la oligarquía y el suyo propio, la cosecha de años de violencia, represión y terror; cosecha que hoy se refleja en una reactivación económica desigual e inestable, iniciada al final del anterior gobierno (Pastrana) sobre la base de la especulación financiera , el endeudamiento del Estado y la destrucción de las conquistas sociales del pueblo trabajador, alcanzadas durante décadas de lucha y movilización, sin embargo este auge de reactivación se contradice porque mientras la producción aumentó casi el 3%, el consumo de alimentos se disminuyó el 7%.

El Congreso de la República en forma sumisa y corrupta le dio aprobación al proyecto de ley de reelección presidencial inmediata, que le permitirá a Urbe autonombrarse candidato, nuevamente a la aspiración del primer cargo Nacional. Uribe que no ha podido cumplir con sus promesas electorales, pero que si ha sumido al país en mayores niveles de miseria, como lo demuestran los más de 29 millones de pobres, 13 de ellos por debajo de la línea de pobreza, que hoy se encuentra en la miseria, excluidos de toda acción social del Estado.

Uribe, que se vanagloria con su política de "Seguridad Democrática" , que no solo ha fracasado, sino que ha incrementado la violación a los Derechos Fundamentales de la población campesina; aumentando la crisis humanitaria, que genera la violencia estatal y paramilitar con el desplazamiento forzado, cuya cifra se acerca a los cuatro millones (4´000.000) de compatriotas a lo largo y ancho del territorio nacional.

Mientras se continúa con los asesinatos de decenas de líderes sindicales, campesinos, indígenas y sociales, el gobierno avanza en una falsa negociación con los paramilitares; negociación que cubrirá con el manto de la impunidad los miles de crímenes de lesa humanidad cometidos por estos criminales de guerra , contra los pobladores rurales, quienes además se han quedado con las tierras y bienes de sus victimas.

Entre tanto, el Plan Colombia sigue en marcha, convertido abiertamente en una estrategia de guerra; este ha sido complementado con el Plan Patriota, acelerándose de esta manera la militarización y mayor presencia de tropas y asesores militares norteamericanos en nuestra patria.

Mientras se acelera la maquinaria de guerra; se cierra toda posibilidad en el país de un acuerdo humanitario, que posibilite la liberación pacifica de las personas retenidas por la insurgencia colombiana; posibilitando a la vez un acercamiento Gobierno-Guerrilla, hacia un diálogo directo que abra el camino hacia la solución política del conflicto social y armado que por décadas ha desangrado a la nación.

Por otro lado, el gobierno se alista a la firma del Tratado de Libre Comercio TLC, con los Estados Unidos de Norteamérica, que de hacerse realidad significaría un duro golpe a los renglones clave de la producción Nacional, llevando de paso al país a una mayor dependencia económica, alimentaria y entrega total de los recursos naturales, la biodiversidad y la soberanía Nacional.

A todo lo anterior se suma la política de desmonte de la institucionalidad pública del sector agropecuario y con ella el aplazamiento del mas mínimo intento de Reforma Agraria, abriéndose en cambio, el camino a las alianzas productivas, la aparcería, la agricultura comercial, y la reconcentración de la propiedad de la tierra , donde solo 300 latifundistas poseen mas de 32 millones de hectáreas de las mejores tierras del país; a la ves que mas de un millón quinientas mil (1´500.000) familias carecen de la propiedad rural y miles de campesinos son rematados por el sector financiero y los bancos usureros.

Por todo ello, hacemos un llamado a todos los sectores del movimiento social, a los partidos políticos de oposición, a los movimientos revolucionarios, al movimiento campesino, indígena y sindical, a las juventudes, a los estudiantes, a los desplazados, a las mujeres del campo y las ciudades, a las comunidades en resistencia, a los procesos de comunidades negras y a todos los excluidos por el régimen que autoritariamente gobierna a Colombia, para que juntos caminemos hacia la construcción de la más amplia unidad y resistencia de masas organizadas , que nos conduzca a forjar el más amplio movimiento contra la reelección presidencial inmediata, el militarismo, el intervencionismo norteamericano, el Tratado de Libre Comercio, el desmonte de los derechos fundamentales, la criminalización de la lucha y movilización social.

Estamos seguros, que nuestros pueblos serán superiores a sus tiranos, que es posible refundar el nuevo país, con plenas libertades democráticas, justicia social y paz duradera.

¡Por una Colombia sin latifundio, con paz y Justicia Social, Organización y Resistencia!

Bogota D.C. / Colombia, Diciembre 04 de 2004.

Fensuagro
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Fuente: Indymedia Colombia