Los cerdos de Monsanto

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Parece una locura, un disparate, pero es una intención real: Monsanto presentó una solicitud para patentar la crianza de cerdos y su progenie

Greenpeace México

Suiza - Dicha solicitud, interpuesta ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, incluye métodos tradicionales y pretende que todos los criadores del mundo paguen regalías a esa corporación si quieren seguir haciendo lo que han hecho por generaciones. Esta es una más de las formas en que Monsanto intenta controlar la producción de alimentos a escala planetaria. La solicitud, presentada en Ginebra, Suiza, y descubierta como resultado de una investigación efectuada por Greenpeace, busca reclamar los derechos sobre los cerdos en más de 160 países, incluido México. De prosperar la petición, Monsanto estará en posición de exigir pagos a los porcicultores que crían puercos con ciertas características o utilizan determinados métodos de crianza, aún cuando éstos sean los tradicionales que suelen emplear los criadores (como la cruza de ciertos ejemplares) en la búsqueda de mejorar la especie.

El objetivo de Monsanto es apropiarse de golpe de un mercado que se encuentra en expansión debido a la creciente demanda de productos cárnicos. Según Monsanto, posee métodos para acelerar la crianza, por ello necesita que los cerdos y su progenie sean susceptibles de ser patentados y obtener así regalías de la comercialización.

Sueños corporativos, anhelos imperiales

Monsanto, el gigante corporativo de la biotecnología, ha avanzado de forma agresiva sobre el control de cultivos transgénicos y el mercado de semillas convencionales a través del sistema de patentes. Esto ha convertido a Monsanto en una amenaza para la biodiversidad, para la seguridad alimentaria y para millones de campesinos que no están en condiciones de pagar regalías para seguir cultivando sus semillas. Sin reparar en ello, Monsanto ha invetido durante la última década más de 10 mil millones de dólares en la adquisición de empresas semilleras y productoras agrícolas.

El encandilamiento que los organismos genéticamente modificados ha provocado en la agroindustria y en muchos gobiernos ha permitido que no se repare como es debido en el sistema de patentes y todo lo que éste implica. Con esa misma dinámica empresarial, Monsanto pretende dar otro paso para ahora "privatizar" procedimientos convencionales de crianza de puercos, al patentarlos a pesar de que no representan ningún invento.

Los diferentes sistemas de crianza de animales, así como las diferentes formas de obtener semillas, son resultado de la observación y experimentación que campesinos y pastores de todo el mundo han realizado durante milenios. Privatizar prácticas agrícola-ganaderas tradicionales por medio de patentes es atentar una vez más contra el libre conocimiento de la humanidad, en busca de beneficios económicos para unas cuantas empresas.

Acerca de las patentes: Las patentes son garantías gubernamentales que proveen a un inventor de derechos exclusivos en el uso, venta o manufactura de un invento por un determinado periodo de tiempo. Las patentes se conceden sólo para inventos humanos, no para descubrimientos. Los organismos vivos que se encuentran en la naturaleza, como las plantas, los animales y sus genes por supuesto que no son el invento de alguien. Por lo tanto, por definición, nunca deben ser patentados y puestos bajo el control privado.

Fuente: Ortiga.org

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