Monsanto y las regalías semilleras en Argentina, por GRAIN

Una comedia dramática en tres actos (por ahora). O cómo las corporaciones continúan imponiendo sus pretensiones para aumentar sus ganancias con la complicidad de los gobiernos

"A Contrapelo" - Octubre 2004 - GRAIN

Detrás de las grandes promesas de "transferencia tecnológica" y "alimento para el mundo" yace una brutal verdad: las corporaciones como Monsanto están preocupadas solamente por sus propias ganancias. No están ofreciendo semillas genéticamente modificadas (GM) al Sur por caridad. Quieren apoderarse del mercado de semillas y obtener de los agricultores tanto como puedan - lo cual aún en los países pobres puede ser mucho-. La fórmula parece ser la siguiente: apuntar hacia los cultivos que más dinero generan (algodón, soja, maíz, etc), encontrar un punto de acceso, contaminar el suministro de semillas y luego asumir el control. Argentina, el primer país fuera de los Estados Unidos que comenzó a plantar cultivos GM, es un ejemplo de la aplicación de esta fórmula. Pero el mismo modelo está siendo reproducido en todo el mundo, como por ejemplo el algodón GM en la India y en África Occidental. La historia de lo que ocurrió en Argentina debería servir como severa advertencia de lo que sucede cuando la agricultura transgénica hecha raíz.

Acto uno: tiempo de contaminar

1996- Argentina aprueba el cultivo comercial de la soja RR y, a partir de allí, la multiplicación de la semilla por parte de los agricultores crece al mismo ritmo geométrico que crece el cultivo de la soja RR. La expansión del cultivo de soja RR de una superficie de menos de 1.000.000 Ha en el año 1996 a más de 9.000.000 Ha en el 2001 tiene mucho que ver con la multiplicación y venta "ilegal" de la semilla a través de la llamada "Bolsa Blanca". Por esta misma vía se expande el cultivo de la soja RR a Brasil, Paraguay y Bolivia donde los transgénicos están prohibidos.

Monsanto no ha registrado patentes sobre la soja RR en Argentina. Los derechos de la empresa sobre las semillas GM están circunscriptos a la ley nacional de semillas (1). Esta sólo permite que los agricultores guarden semillas para uso propio y no autoriza su comercialización (que es lo que se hace con la "bolsa blanca"). Sin embargo, Monsanto permanece en silencio frente a todo este proceso observando cómo su tecnología (soja resistente al glifosato y el mismo glifosato) se expande por todo el Cono Sur de la mano de las ventajas que el modelo de agricultura industrializada de la siembra directa les ofrece a los grandes terratenientes de la región pampena y sus zonas limítrofes.

Ningún reclamo se escuchó en esos años de parte de la empresa confirmando lo que muchos sospechábamos: la expansión de los cultivos transgénicos a través de la contaminación y la violación de las leyes de cada país fue una estrategia conciente e intencional de las grandes corporaciones y se repitió con diversas variantes en diferentes regiones del mundo.

Acto dos: tiempo de amenazar

2001- Con el cultivo de soja transgénica impuesto en Argentina y en plena expansión en toda la región, Monsanto comienza a amenazar a los productores agrícolas sobre el uso "ilegal" de su semilla y a exigirle al gobierno argentino que haga cumplir la ley. En ese momento se realizaron varios operativos policiales pero la práctica de comercializar la semilla de producción propia continuó. Y, de la misma manera, continuó la expansión del cultivo de soja en la región avanzando la frontera agrícola sobre los últimos bosques existentes en la región chaqueña y otros ecosistemas frágiles de Argentina, Paraguay y Brasil. Ya para ese entonces la soja "Maradona" (nombre que se le daba a la semilla traficada ilegalmente desde Argentina) era famosa en Brasil.

Al mismo tiempo, bajo la presión de los productores de soja estadounidenses que reclamaban por la "injusta competencia", Monsanto comienza a instaurar sus propias medidas. Desde 1999 aplica, a través de los licenciatarios de sus semillas (Nidera por ejemplo), el cobro de "regalías extendidas": cobra a los agricultores un monto de U$S 2 más IVA e impuestos por cada bolsa de 50 kilos de semillas que se guarden para uso propio (2). Esta cláusula de los contratos de venta de la semilla va contra la misma ley de semillas que, como antes decíamos, permite el uso propio sin condicionamientos de ningún tipo. Ninguna voz se escuchó desde el gobierno argentino sobre la ilegalidad de este tipo de exigencias.

La "regalía extendida" tiene como objetivo, según la empresa, "el recupero de la inversión realizada en investigación y desarrollo genético, con un menor valor y una base más amplia y justa de cobro, que se suma a la regalía pagada en la semilla certificada?. Pero Monsanto iba por más"

Acto tres: tiempo de cobrar

2004- Monsanto comienza el año con un despliegue espectacular e informa en febrero de 2004 que "nos salimos del mercado de soja en la Argentina porque para nosotros no es rentable" y señala que la principal razón de la retirada es la alta difusión entre los agricultores de las semillas "ilegales", conocidas como "bolsa blanca" (3). En ese momento, promete dedicarse al negocio del maíz y el sorgo y niega rotundamente que se trate de "presiones al gobierno".

Pocos días después, el Secretario de Agricultura de la Nación, Miguel Campos "casualmente" da a conocer que el gobierno está estudiando la creación de una Ley de "regalías globales" por el que se crearía un Fondo de Compensación Tecnológica. Este fondo sería manejado por la misma Secretaría y consistiría en una alícuota que los agricultores pagarían con la venta (a acopiadores y exportadores) de soja (entre el 0,35 a 0,95 por ciento del precio de venta) que se destinaría a las empresas semilleras. (4).

De esta manera, se comienza a instrumentar el cobro de un impuesto desde el gobierno destinado a financiar a Monsanto. Casi como los "derechos de los agricultores", pero aplicados a la inversa. El Proyecto obtuvo un rechazo bastante masivo por parte de las organizaciones de agricultores y no avanzó durante los últimos meses en su tránsito por el Parlamento. De hecho, nunca fue ingresado formalmente al Congreso sino que fue apenas presentado por las autoridades a las Comisiones.

Esta situación es la que ha llevado al nuevo "acto" de Monsanto durante la última semana cuando declara que para cobrar las regalías por el gen RR introducido en la soja (y para el cual no tiene patente en Argentina) procederá a cobrar las mismas en los puertos de destino de la soja argentina donde la patente está vigente (5). La ofensiva incluyó una solicitada en los principales diarios el día 19 de agosto declarando "que sólo el 18 por ciento de los 14 millones de hectáreas que se cultivaron con soja en Argentina durante el ciclo 2003/04 fue sembrado con semillas certificadas y vendidas en el mercado legal".

Esta vez el show incluyó fuertes declaraciones del Secretario de Agricultura diciendo que el mecanismo exigido por la firma para cobrar regalías por la soja transgénica es "extorsivo e inaceptable" porque "en un país serio el pago de los derechos debe encauzarse por las vías institucionales" (6).

El día 22 de agosto se realiza una reunión entre las autoridades, Monsanto y las organizaciones semilleras en las que se dejó de lado todo el histrionismo puesto en escena días atrás para llegar a un acuerdo: la creación de un "Fondo de Compensación Tecnológica" en el curso de los próximos 45 días, el cual se estaría instrumentando antes de fin de año a través de una Ley o una resolución del Ministerio (7). Una vez más, Monsanto se sale con la suya.

Epílogo

Este, por supuesto, no es el final de la historia. Nuestra única certeza es que los pequeños agricultores están sufriendo -y continuarán sufriendo- si estos planes continúan desplegándose, y que las regalías de Monsanto serán extraídas de los bolsillos de la sociedad argentina.

También sabemos que el de Argentina no es un caso aislado. El mismo patrón de diseminación descontrolada de soja RR fue puesto en marcha en los vecinos países de Brasil y Uruguay. Al principio, Monsanto operó con los productores de soja ilegal para ejercer presión sobre el gobierno y lograr que éste liberara el cultivo. Una vez que el cultivo fue legalizado en Brasil, cambió de estrategia: terminó con el mercado negro. En Brasil, en donde el gobierno ofreció una amnistía a aquellos agricultores que registraran sus cultivos como soja "GM", Monsanto llevó a cabo un acuerdo con determinadas organizaciones de productores, procesadores de soja, cooperativas y exportadores con el objetivo de obligar a los agricultores a pagar regalías. Bajo este acuerdo, los agricultores pagan una tasa de US$ 3.45 a US$ 6.90 por tonelada al entregar sus cosechas a los cargadores. Los cargadores son los responsables de recaudar los aranceles y, a cambio, se quedan con un porcentaje. Si los agricultores no declaran su soja como "GM", sus cultivos serán sometidos a pruebas que, en el caso de resultar positivas, expondrán a estos productores a multas y sanciones de miles de dólares, incluso si plantaron la soja GM sin saber que era tal. En la India, el algodón Bt está fuera de control. ¿Será allí en donde se eche el guante a la próxima regalía? ¿O en México, centro de origen del maíz que ha sido ya ampliamente contaminado? ¿Qué le espera a África Occidental? Allí, la introducción del algodón Bt parece inminente, lo cual pondrá a la región entera al borde de una acelerada contaminación. En Sudáfrica, la agricultura transgénica se está expandiendo más y más. ¿Qué sucederá allí, en donde las fronteras con los países vecinos son aún mucho más dinámicas que las de América Latina? La situación es aún incierta, pero una cosa es segura: nadie debería esperar de la industria biotecnológica equidad, caridad o rendición de cuentas.

Referencias

1- Ley de Semillas 20247

2- Nidera

3- La Opinión de Rafaela

4- Bolsa de cereales

5- AGM News

6- INFOBAE

7- La Nación

Más información

- Javier Souza Casadinho, Impacto de los cultivos transgénicos en la estructura agraria y en la alimentación. Análisis de la situación Argentina

- Walter A. Pengue, Argentina: soja: ¿el grano de la discordia?

- Lilian Joensen y Mae-Wan Ho, La paradoja de los transgénicos en Argentina

- Ing. Agr. Adolfo Boy, Grupo de Reflexión Rural, El maíz en Argentina

- GRAIN, Enfrentando la contaminación: cinco razones para rechazar la coexistencia con los cultivos genéticamente modificados

"A contrapelo" es una serie de artículos de opinión sobre tendencias y desarrollos recientes en las áreas de manejo y control de la biodiversidad. Lo publica GRAIN con frecuencia irregular, y está disponible en nuestro sitio web: GRAIN. Se pueden solicitar copias impresas a GRAIN, Gianone 195, Marcos Paz, Buenos Aires, Argentina, (E-mail: carlos@grain.org).

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